Un hombre misterioso ha llegado a Coronado, nadie sabe
quien es, ni que motivos le traen a esta ciudad de Nuevo México limítrofe con
la nación apache. Su deseo de permanecer en la zona va a desatar un torbellino
de temores, amenazas, intentos de soborno y estallidos de violencia.
Con esta línea argumental tan afín al cine negro Anthony Mann nos presenta el último de
sus westerns en colaboración con James
Stewart, donde la épica propia del género (que en el cine de Mann alcanza sus cotas más altas) se
entremezcla con un soberbio estudio de la psicología y las motivaciones de los
personajes ¿Pero qué es lo que busca Will Lockhart (James
Stewart)?
FICHA
TÉCNICA: EL HOMBRE DE LARAMIE “The man from Laramie”.
AÑO:
1955. DURACIÓN: 104 min. PAÍS: Estados Unidos.
DIRECTOR: Anthony Mann.
GUIÓN: Philiph Yordan, Frank Burt. MÚSICA: George Dunning. FOTOGRAFÍA: Charles Lang.
REPARTO: James Stewart, Arthur Kennedy, Donald Crisp, Cathy O´Donnell, Alex Nicol, Aline McMahon, Wallace Ford.
DIRECTOR: Anthony Mann.
GUIÓN: Philiph Yordan, Frank Burt. MÚSICA: George Dunning. FOTOGRAFÍA: Charles Lang.
REPARTO: James Stewart, Arthur Kennedy, Donald Crisp, Cathy O´Donnell, Alex Nicol, Aline McMahon, Wallace Ford.
PRODUCTORA: Columbia
Pictures. Productor: William Goetz. GÉNERO: Western.
SINOPSIS: Will Lockhart al mando de varias carretas de
suministros procedentes de Laramie (Wyoming) llega a Coronado
(Nuevo México), un pueblo fronterizo cercano a las tierras de los Waggoman, los
rancheros más poderosos de la zona. El verdadero motivo que ha llevado a
Lockhart a la zona es la búsqueda del hombre responsable de la muerte de su
hermano. Este hombre sin escrúpulos vendió una partida de rifles de repetición
a los indios apaches que masacraron a la compañía de caballería de la que
formaba parte el hermano de Lockhart.
Este personaje
marcado por un ardiente deseo de venganza está perfectamente retratado.
Director y guionistas no sólo nos dan el “porque” de la venganza, sino que
ahondan en la psicología del personaje, justificando con varias secuencias
magistrales su naturaleza indomable e individualismo, los cuales le llevan
a buscar él mismo al culpable y tomarse la justicia por su mano.
El
guionista Philip Yordan comentaba para
Cahiers Du Cinéma
en febrero de 1962 al respecto de la idiosincrasia del protagonista y el marco
en el que se enclava: “He intentado
recuperar la pureza de los héroes de las tragedias antiguas, las tragedias
griegas y, en este sentido, me he entendido perfectamente con Anthony Mann. He
querido recrear una mitología trágica, dándole gran importancia al Destino, la Soledad , la Nobleza. Un hombre
llega de no se sabe dónde –de Laramie pero, repito, Will no se siente de ningún
lugar-, y tampoco sabemos a donde va, sólo que está desgarrado por las Furias y
que busca desesperadamente la paz interior. He conjugado este tipo de héroe con
un personaje típicamente americano, típicamente popular también (…) con el fin
de evitar el maniqueísmo peligroso del Héroe que creyéndose infalible y
poderoso, se permite juzgar a los que le rodean y de arrogarse el derecho a la
vida y a la muerte”.
En la
historia además de la subtrama de investigación y deseo de venganza de Will, se
desarrolla otra no menos importante como es la particular coyuntura de la
familia Waggoman, los caciques ganaderos de la zona.
Alec
Waggoman (Donald Crisp) patriarca de
la familia es un hombre severo y directivo que trata de preparar a su hijo Dave
(Alex Nicol) para asumir el control
del rancho. Dave un sujeto débil y poco inteligente aprovecha cualquier
oportunidad para descargar su agresividad. Alec Waggoman encarga a Vic Hansbro
(Alex Kennedy) capataz del rancho la
difícil tarea de controlar a su joven hijo, prometiéndole a cambio el derecho a
sucederle al mando del rancho, para co-dirigirlo junto a Dave, una vez que él
se haya retirado.
La
composición de estos personajes es excelente, destacando especialmente la de Donald Crisp. Este interpreta a un
hombre poderoso en el ocaso de su vida decepcionado con su hijo y sabedor de su
débil naturaleza. Aun así es un padre amante que teme por la vida de Dave, ya
que vive obsesionado por la figura de un hombre que se le aparece en sueños y
asesina a su hijo.
Ambas
líneas argumentales coexisten durante todo el metraje y confluyen en la
resolución del film. Y así Mann
configura este particular “ecosistema” a caballo entre la épica propia del
género y el drama shakespeariano; en el que el autor se muestra más preocupado por profundizar
en la psicología de los personajes y sus relaciones que por atar algunos cabos
sueltos del guión. Lo cual no resta para conseguir un disfrute absoluto de esta
obra maestra, pues el espectador encuentra solo las respuestas.
No puedo obviar destacar el uso del formato panorámico y la maestría de Anthony Mann
para el encuadre. El cinemascope le permite acentuar los aspectos
épicos de la historia y la naturaleza del medio en interrelación con los personajes.
Cito al
crítico de cine André Bazin con respecto al uso del cinemascope en esta
película: “En la mayor parte de los
westerns, e incluso en los de John Ford, por ejemplo, el paisaje es un marco
expresionista en el cual se inscriben las trayectorias humanas. En los filmes
de Mann es un ambiente. El aire mismo se separa de la tierra y el agua. Como
Cézanne, que lo quería pintar, Anthony Mann nos quiere hacer sentir el espacio aéreo,
no como un contenedor geométrico, un vacío de horizontes y horizontes, sino
como una cualidad concreta del espacio. Su cámara cuando filma una panorámica,
respira. De aquí el uso tan remarcable del cinemascope, que nunca es utilizado
como un nuevo marco. Simplemente, como el pez en un acuario más grande el
cowboy está más a sus anchas en la pantalla grande. Si atraviesa el campo
nuestro placer es doble, porque lo vemos dos veces más lejos”.
Merece
la pena, si vuestro televisor dispone de ello, utilizar el formato de pantalla
alargada y así disfrutar del talento de Mann para el encuadre.
Y para concluir deciros que “El
hombre de Laramie” es, en esencia, una espectacular película con un rico
trasfondo psicológico que a buen
seguro nos va a ofrecer 104 minutos de emoción pura y arte cinematográfico en
forma de western.
Magnífico western repleto de acción. Me encanta el James Stewart de esta cinta: un tipo aguerrido cuando hay que serlo y resolutivo. Gran entrada.
ResponderEliminarSaludos.
No he visto la pelicula, pero por James Stewart la vería aunque fuese mala.
ResponderEliminarMuy buen post, David. Estamos ante algo de épica clásica del western mezclada con la tragedia del héroe griego y del héroe Shakespiriano. Interesante. Espero verla pronto para comentar algo al respecto...
ResponderEliminarPuse un comentario acerca de Dublineses. Te anticipo que me encantó... su sobriedad y su sencillez (menuda fiestuca se montan tan especial... nada más llegar los invitados se ponen a bailar, ni prolegómenos ni leches jaja buenísima y sin malgastar recursos)...pero ahí se esconde algo que trasciende... Nos vemos
Gracias David por tu post (yo también soy más de Testigo De Cargo) y disculpa la tardanza en contestar. Yo asimismo quiero felicitaros por este gran blog de cine que teneis y que sigo desde ya.
ResponderEliminarFeliz 2011!!!
Gracias a todos por vuestros comentarios, os animo a revisar la película y a seguir participando en el cine-forum.
ResponderEliminar@Kinezoe: Bienvenido al blog.
El Stewart de los westerns de Mann a pesar de su apariencia fragil es un hombre fuerte y justo que sabe ser implacable cuando es preciso, eso sí, sin caer el la crueldad.
@Bruja Truca: Bienvenida.
Anímate a verla, que merece la pena.
Una fan de Stewart como tú no puede perderse ninguno de los cinco westerns que hizo con Anthony Mann.
@javi: Gracias Javi.
Te di la réplica en Dublineses, has estado muy acertado en el comentario.
@Cinexim: Gracias por pasarte por aquí, es fantástico, seguimos en contacto.
Me atrevo a destacar la dureza como característica fundamental de toda la película. El paisaje es inhóspito, inmenso, difícil. Vemos extensas llanuras, y una única montaña, que hay que escalar a lomos de los caballos y que oculta el terrible secreto de los rifles.
ResponderEliminarLos personajes se han forjado a base de crímenes y luchas.
Los diálogos están cargados de violencia.
Se palpan la tensión entre los personajes,las amenazas, las sospechas y el miedo.
Y encabezando el reparto, tenemos a un hombre en apariencia frágil, enjuto, algo encorbado y bien educado. Sin embargo, las apariencias engañan,tiene una voluntad férrea, y un motivo muy concreto para estar donde está.Es un desconocido que llega a Coronado, y que desencadena un aluvión de violencia. Todos le exigen que se vaya, desde la chica que siente amenzar su vida sentimental, hasta el gran patron, Alec Waggoman que vive obsesiondo por un sueño. El sueño de Alec es, como no, una pesadilla. Es el presagio de una muerte anunciada, la de su hijo, al que ama aunque se siente defraudado por él.
James Stewart es el héroe manniano,se esconde bajo la apariencia de un comerciante y su móvil es la venganza. Lockhart no perdona nunca. Exige cobrar toda ofensa. Nuestro héroe no conoce el perdón ni la transigencia, es el ojo por ojo.Las amenazas que recibe no hacen sino reforzar su voluntad.
SPOILER:Cuando al final de la película puede por fin cumplir con su venganza,se abstiene,deja partir al culpable, pero no por mucho tiempo, no en vano nos repiten en varias ocasiones que nadie se atreve a engañar a los indios.
En el guión existen varios flecos,son puntos a mi juicio que quedan en el aire, sujetos a hipótesis y conjeturas. Por ejemplo ¿quién es y para quién trabaja el "cotilla", quién lo mata?¿Que papel juega el indio en esas escenas?
Mann ahonda en el retrato psicológico de cada personaje.Se interesa por las motivaciones oscuras y negativas de cada uno de ellos. El hijo es débil y torpe, carece de la inteligencia y de la fuerza de su padre, y esto lo llena de amargura y prepotencia. El capataz aparentemente leal, odia la condescendencia con que se le trata y cree tener derecho a mucho más de lo que le toca, y si no se lo dan lo arrebatará cueste lo que cueste. La chica se siente traicionada por su tio el gran Alec, que mintió a su padre y la dejó en la miseria.
La vieja dueña del rancho vecino es enmiga de Alec Waggoman por despecho, no olvida que fue repudiada por él.
El propio Waggomann vive lleno de temor. Es un miedo que nace del absurdo, pero no por ello menos real, sino todo lo contrario. Cree ver en Lockart al desencadenate del suceso que más teme, por eso trata primero de ganarse su amistad y al no conseguirlo quiere expulsarlo utilizando cualquier método.
Un caso aparte lo representa el guia mestizo que acompaña a Lockart, resulta ser el único "sano" del film.
Mann estaba muy interesado en retratar el lado oscuro de los protagonistas. En esto el guión me recuerda al acercamiento que hace el cine negro de sus personajes.
Leyendo tu último comentario, Cristina, aún tengo más ganas de ver esta peli. No creo haberla visto, pero igual al empezar con su visionado, me acuerdo de algo
ResponderEliminar"El hombre de Laramie" es fantástica por muchos motivos, pero destaca sobre lo demás lo bien definidos que están los personajes principales.
ResponderEliminar-Will: Encarnado por un "grande" como Stewart personifica al héroe manniano como nos comentaba Cristina.
La secuencia de la pelea a puñetazos con Dave y Vic habla por sí misma. Ejemplifaca la naturaleza de Will,un hombre que no va a cejar en su empeño de resarcirse de la injusticia y le da igual... se tenga que pelear con uno o con cien. La furia le posee, va a por Dave él solo y le golpea con saña. Pura rabia transformada en golpes. Eso sí no es un asesino, no saca el revolver y dispara sobre Dave, no, va a por él y lo forra a ostias.
Ya lo tenemos dibujado: Individualista, con una voluntad de hierro y un alto sentido de la justicia, pero capaz de dejarse llevar por una gran violencia.
-Papa Waggoman: Excelente Donald Crisp.
Un hombre que ha labrado su fortuna imponiendo la ley del más fuerte y en el ocaso de su vida es consciente de que tiene un hijo débil y mezquino.
Trata de enseñarle y controlarle con Vic porque le ama. Pero intuye que es un mal bicho y que por sus malas obras algún día le volarán la cabeza de un tiro y así Alec vive obsesionado con la muerte de su hijo.
Primero teme que Will sea el asesino potencial de Dave (trata de intimidarle y luego de comprarle para mandarlo lejos), pero se da cuenta y ve la pasta de la que Will está hecho y lo que trata es de reclutarle para que sea una nueva "babbysitter" del niñato.
Las escenas del duelo por Dave son buenísimas y la sobrecogedora carga a caballo, disparando y casi ciego(en solitario, otro ejemplo de "individualista-hombre de honor" como Will)tiene connotaciones mitológicas y recuerda un poco a Príamo el rey de Troya.
Alec Waggoman es puesto en su sitio por sus propios actos:
Como ha sido violento y despótico para ser el amo del lugar el destino le otorga un hijo violento que muere violentamente.
Como ha confiado su tierra y los cuidados de su hijo a Vic (SPOILER)el destino hace que éste sea el personaje menos digno de confianza ya que no sólo mata a su hijo sino que intenta asesinarle. Vic es manipulador, ambicioso y capaz de cometer la atrocidad de armar a los apaches.
Pobrecito Alec vaya cura de humildad. Menos mal que al final lo compensan con un romance otoñal y es que este personaje se acaba haciendo querer.
Dave Waggoman: Como decía un profe que tuve en el colegio "Donde hay un tonto hay un peligro" y es que Dave es malo, tonto y peligroso por lo imprevisible. Ambicioso, carente de escrúpulos y de honor. Pura escoria.
Seguiré con los demás más adelante, un saludo para todos.
Viendo esta obra maestra llama la atención la extrema violencia que Mann sabía impregnar a sus obras (dejando en mantillas la camara lenta de Sam Peckinpah) con escenas memorables como la tortura, humillación y casi mutilación que sufre Stewart en las salinas...
ResponderEliminarSi Mann y la violencia... un tema a tratar en profundidad. Hoy en día, en tiempos tan explícitos y efectistas, no llama excesivamente la atención, pero en su momento secuencias como la que comenta El Tirador Solitario fueron tan innovadoras como rompedoras.
ResponderEliminarNo en vano se le tiene por uno de los padres de "La generación de la violencia" del cine americano. Esta incluye a los directores Anthony Mann, Samuel Fuller, Nicholas Ray, Richard Brooks, Donald Siegel, Richard Fleischer y Robert Aldrich.
No es más que una forma de etiquetar de manera artificial a un grupo de realizadores que fueron claves en la gestación y el afianzamiento de un cine violento, física y moralmente, en el Hollywood de los años cincuenta y primeros sesenta. Estos cineastas junto a las nuevas influencias (Nouvelle vague) procedentes de Europa fueron elementos vehiculares para el paso del clasicismo a la modernidad.
Dentro de las líneas argumentales más recurrentes del western clásico, las que mantienen intacta la delimitación entre buenos y malos sin entrar en disquisiciones filosóficas o en ambigüedades al estilo de las películas dirigidas a partir de los sesenta por Sam Peckinpah, pocas han dado tanto juego como la ambición desmedida de los comerciantes ávidos de riquezas que no dudaban en poner en peligro el frágil equilibrio de la paz y la integridad física de los miles de pioneros que poco a poco iban poblando los territorios recién conquistados a los pieles rojas con tal de ver aumentada su cuenta de beneficios.
ResponderEliminarÉsta es una de las características más recordadas de El hombre de Laramie, que ofrece uno de los mejores trabajos del tándem formado por Anthony Mann y su actor fetiche, James Stewart, y que cuenta, además, con el trabajo a cargo del guión del magnífico Philip Jordan, autor entre otros de joyas como Johnny Guitar.
Vamos, una maravilla.
Es un buen momento para seguir diseccionando la psicología de los principales personajes de "El hombre de Laramie".
ResponderEliminar-Vic Hansbro: Es el personaje que está definido de forma más ambigua ya que presenta aparentes contradicciones entre sus actos y sus aspiraciones.
(SPOILER)Vic es el malo en la sombra, el verdadero malo.
Mann nos muestra a un personaje cabal capaz de oponerse a Dave en sus desmanes violentos (en la escena de la humillación de Will en la salina consigue parar la masacre de las mulas) y por ello Alec le promete satisfacer sus ambiciones respecto al rancho si accede a proteger a Dave de sí mismo y de los demás. Además de estar comprometido con la chica (Cathy O´Donnell), tiene aspiraciones a priori justas con respecto a su candidatura a la sucesión del rancho.
Teniendo esto en cuenta no se entiende muy bien que ponga todo esto en juego por su negociete de los rifles con los apaches.
Entiendo que desde el guion se quiera dar un pequeño golpe de efecto con el tema de quien es el verdadero malo, pero la verdad es que está bastante forzado.
Sin embargo Alex Kennedy interpreta su papel muy bien lo cual nos ayuda a digerir más facilmente estas incoherencias.
Mata fríamente a Dave, cuando en plena locura intenta entregar los rifles a los apaches, ve que no puede controlarle y lo ejecuta. Mann nos muestra que asesinar no es un impedimento para mantener sus aspiraciones.
Luego está estupendo dejándose llevar por la ansiedad al derrumbarse sus mentiras. La secuencia en la que empuja a Alec para matarle es de alto voltaje. De nuevo asesina al verse acosado, esta vez no tan friamente, pero aún así nada le detiene.
En definitiva un malo con matices, luces y sombras que le hacen mucho más real, pero con unas motivaciones un tanto confusas.
-Barbara Waggoman: La chica. Resentida con la parte rica de la familia (Alec & Dave) por el trato injusto que le dieron a su padre. Ese mismo trato que pronostica, de manera agorera, para su prometido Vic.
Cathy O´Donell encarna de manera solvente a una mujer encantadora y educada, todo un hallazgo en plena ciudad fronteriza, Will queda absolutamente prendado de ella desde su primer encuentro.
Cuando sus miradas se cruzan surje la atracción y comienza una historia de amor muy bien tratada, muy respetuosa con un desarrollo coherente de los personajes.
Ambos contienen sus deseos lo cual queda patente en sus conversaciones, dotadas de una tensión sexual educada y galante, pero bastante palpable.
La contención es por motivos obvios, Barbara pertenece a otro hombre (Vic) con el que está comprometida (incluso hay ensayo de boda para que nos quede bien clarito), por otra parte Will no está para el amor, un hombre como él sólo tiene un objetivo: Sus pesquisas y su venganza.
La despedida entre ambos es muy romántica y sugerente, me gusta su historia de amor.
Y esto es todo amigos.
Un saludo para Toni, buen amigo y gran aficionado al western, todo un placer contar de nuevo con tus comentarios.
De los westerns de Mann me quedo con Winchester 73 más que con El hombre de Laramie, aunque ésta también me parece una gran peli. Me meto mejor en los westerns que tienen aventura y acción, con cabalgadas, persecuciones, tiros, fuertes rodeados de indios disparando flechas, carabanas acechadas, etc. Esto tampoco sería incompatible con que se pueda contar una buena historia, como pasa con El hombre de Laramie. En ésta, como en otros westerns tipo Johnny Guitar, hay un examen de la personalidad y psicología de los personajes y lo que los mueve desde su interior; las emociones como la rabia, la valentía o la cobardía, la intimidad entre algunos de los personajes o sentimientos como el amor forman parte inherente de la trama. Eso no quita para que también haya acción y aventura y la violencia esté presente en cada escena de forma contundente, y, aunque no sea del todo explícita, duela y afecte un tanto a quien la contempla.
ResponderEliminarEl film se centra en las relaciones entre los personajes y lo que sienten. Tiene un algo de culebrón, pero dicho en el buen (yo diría buenísimo) sentido de la palabra ya que aquí no hay una exageración de las emociones (en ocasiones hasta esperpéntica cuando se trata de culebrones para la tv) ni el estilo tiene nada que ver, aunque en su estructura, y por los temas que trata, tenga aspectos del culebrón: disputas enconadas, enfrentamientos familiares, herencias y los conflictos que surgen por ser el beneficiario, drama, emociones alteradas... de todo, y contado con la presencia continua de la violencia, humillaciones incluidas.
Mi momento favorito recae sobre la escena en que Vic mata a Dave. Está llena de tensión. Hasta ese momento, Vic intercedía arreglando los desaguisados de Dave. Le protege de los demás, tal y como le ha encargado el gran hombre, y de sí mismo.
ResponderEliminarPero los sentimientos de Vic son confusos y peligrosos. Y, sin vacilar acaba con el hijo del jefe. Matando al heredero queda como único candidato para hacerse cargo de la hacienda. Alec está acabado, su ceguera y su edad le impiden seguir al frente del rancho. Por otro lado ya no tiene que seguir haciendo de niñera de un sujeto pusilánime y cobarde. Muerto el perro se acabó la rabia.
Como dice David, lo que no queda claro es porque se ha metido en el negocio de los rifles. No parece que sea por dinero ya que piensa heredar la hacienda a medias con Dave. Conoce el riesgo que corre al negociar con los indios, tanto por si incumple el trato, como porque una vez armados estos pueden ir a matarlos a todos. De hecho estos son los argumentos que utiliza para convencer a Dave de que no mande señales de humo a los apaches.
Por último, es un momento importante en el transcurso de la historia porque el verdadero malo sale a la luz.
El patrón respetaba los indios porque le convenía estar a buenas con ellos, un territorio lleno de nativos cabreados podía ir en contra de sus intereses; Vic tal vez le vendiera los rifles e hiciera negocio con ellos para ser un aliado, como el patrón en cierta forma. Quizás él creía que podía heredar todo porque el hijo del dueño era débil y tarde o temprano caería; el hacer negocios con los indios vendiéndoles armas podía ser una ayuda. Podía creer que así serían unos aliados más fieles, y darles poder a los indios sería una seguridad para él mismo... aunque esto podía ser un arma de doble filo: si los hacía más fuertes, a la larga, se podían volver en su contra. De todas formas, es cierto que aquí hay confusión y no se sabe muy bien qué interpretar. Un saludo
ResponderEliminar@jAVI: Está bien esa reflexión que justifica la confusa actitud de Vic.
ResponderEliminarComo ya comenté en la entrada Mann deja algunos flecos argumentales, el director está menos preocupado por esto que por tratar la violencia y los aspectos psicológicos de los personajes.
Seguramente las respuestas a ésto y a ¿Quién mató al personaje que interpreta Jack Elam? se perdieron para siempre en una sala de montaje.
Mi momento favorito de la película es el de la pelea a puñetazos de Will contra Dave y Vic.
Stewart personifica la ira (algo a lo que no nos tiene muy acostumbrados)a la perfección. El plano en que se acerca hacia Dave con gesto de cabreo enorme y determinación es buenísimo. Parece un toro a punto de embestir.
La aprecio especialmente, como ya dije en otro comentario, porque la secuencia funciona magníficamente como metáfora para describirnos el carácter de nuestro protagonista.
Un saludo a todos y gracias por vuestros comentarios. Especialmente para Javi, Toni y El tirador solitario.
Ummmm una de mis prefes...
ResponderEliminarhay que ver como hacia de vaquero este señor... me encanta... la he visto un montón de veces, los carros en la mina de sal, la chica que sale con el malo, la gente que vende las armas a los indios...y el como siempre un capitan del ejercito... camuflado..
me gusta mucho y mas que rescateis estas peliculas que están tan mal vistas y tan criticadas..
donde yo señalaria para mi lo mas importante los dialogos, breves, inteligentes, lentos, comprometidos, con contenido..
Bueno que me quedo si me admitis
@Hola Estrella Altair, gracias por tu comentario, bienvenida a este blog, un placer contar con tus opiniones,
ResponderEliminarSaludos.
(Perdón, comentario con dos semanas de retraso:)
ResponderEliminarNo me ha gustado. Bueno, la primera media hra estuve encantado, luego los personajes no me parecían reales. El hijo malo me pareció artificial, tan pronto parecía malvado como parecía tonto (por cierto, el personaje debía ser de un jovencito y el actor era cuarentón)
Y el capataz, el malo-malo... ¿qué pretendía vendiéndole rifles a los indios? ¿Que arrasaran el rancho con él dentro?
Los únicos personajes de carne y hueso me parecieron los dos viejos: el dueño de un rancho y la dueña de otro.
Rebienvenido Javier, te echabamos de menos por estas tierras cinéfilas.
ResponderEliminarYa suponía yo que esta peli te iba a chirriar, poco a poco me voy dando cuenta de que la coherencia en los guiones es una cosa que valoras mucho. Pues tienes toda la razón el malo-tonto más que un jovencito alocado parece un opositor para notario. Y el malo-malo toma unas decisiones que parecen de tonto-tonto.
Lo hemos debatido en los anteriores comentarios y ya le hemos "perdonado" a Anthony Mann esos pecadillos.
Esperamos que tú que eres todo corazón también le perdones y te reconcilies con su obra. Prueba con "Colorado Jim" que ahí si que vas a encontrar un guión simple pero sin fisuras.
Un abrazo para ti y para tus chicas.
Casi siempre se habla maravillas de esta pelicula, pero para mi fué una decepción. Los motivos de Vic, y me parece el personaje central, están forzadisimos. Para que ocultar el carro al padre, si este cree que es de su hijo, ahora que él lleva las de ganar.
ResponderEliminarEste fallo hace que el resto me guste menos, y prefiera otras peliculas de este director.