Cerramos ciclo con “Anatomía de un Asesinato” una pieza quintaesencial del cine norteamericano, 160 minutos de CINE con mayúsculas y la obra maestra con la que Otto Preminger, en plena madurez artística, alcanzó la cumbre de su cinematografía.
En esta
película distinguiremos todas las virtudes filosóficas y narrativas del cine
del maestro austríaco, envueltas en un atractivo vehiculo argumental y
desarrolladas por unos personajes, capitaneados por ese gigante que fue James Stewart, magníficamente
retratados e interpretados.
“Anatomía de un asesinato” te llena intelectual y
emocionalmente con su agudeza para ahondar con objetividad en las luces y las
sombras de la naturaleza humana, así como en las fallas de los sistemas (en
este caso del judicial) que esos mismos humanos, tan humanos, utilizan para
poder vivir en sociedad. Y todo ello contado
con sabiduría, pulso y sentido del humor, retratado en un soberbio B&N y al
ritmo de una música que… ¡Menuda música!
FICHA TÉCNICA: ANATOMÍA DE UN ASESINATO
“Anatomy of a Murder”
AÑO: 1959. DURACIÓN: 160 min. PAÍS: Estados
Unidos.
DIRECTOR: Otto
Preminger.
GUIÓN: Wendell Mayes. MÚSICA: Duke Ellington.
FOTOGRAFÍA: Sam
Leavitt (B&N).
REPARTO: James
Stewart, Lee Remick, Ben Gazzara, George C. Scott, Arthur O´Conell, Eve Arden, Joseph
N. Welch.
PRODUCTORA: Columbia Pictures. Productor: Otto Preminger.
GÉNERO: Drama. Judicial.
SINOPSIS: Paul
Biegler, un abogado de provincias antiguo fiscal del distrito, es contratado
por Laura Manion para defender a su marido, el teniente del ejercito Frank
Manion, acusado de asesinar al hombre que presuntamente la había violado.
Las peculiaridades
del matrimonio Manion, Frank es un marido violentamente celoso y Laura una esposa algo ligera de cascos, complicarán la
tarea de la defensa durante el juicio, que pese a todo solicitará el veredicto
de inocencia para el teniente Manion, alegando que disparó sobre Barney Quill siguiendo
un impulso irresistible mientras se hallaba sumido en un estado de locura
temporal.
Es un
placer cerrar nuestro ciclo dedicado al gran Otto Preminger con la reseña de “Anatomía de un Asesinato” mi película favorita del realizador austríaco.
La cinta
estrenada en 1959 fue un gran éxito de crítica y público; cosechó varios
galardones, James Stewart obtuvo el
premio de la crítica de NY, el Laurel y la copa Volpi como mejor actor, Arthur O´Conell el Laurel al mejor
secundario, Wendell Mayes el premio
de la crítica de NY al mejor guión y Duke
Ellington un Grammy por la banda sonora; además de un buen puñado de
nominaciones a prestigiosos premios, entre las que cabe destacar siete nominaciones
a los Oscar, cuatro a los Globos de Oro, tres a los BAFTA y al León de Oro del Festival de Venecia.
En el
momento de su estreno hubo cierto grado de polémica entre los sectores
conservadores norteamericanos por el uso de lenguaje explícito en la película, en
el que se incluían palabras como “putón”,
“violación”, “penetración”, “esperma”
y “bragas” (unas bragas que incluso llegan
a aparecer en pantalla), este mismo lenguaje hizo que la cinta fuese blanco de
la censura en países más reaccionarios como la España franquista.
La película
debe una buena parte de su éxito a la excelente labor de Wendell Mayes, a la hora de adaptar la novela homónima escrita por Robert Traver, seudónimo tras el que se
escondía John D. Voelker juez
retirado del Tribunal Supremo de
Michigan, basada en un caso real del que se había ocupado durante su
carrera.
El guión,
una pieza de precisión que derrocha talento, se nutre de un tono predominantemente
realista que no renuncia a los contenidos dramáticos ni a la crítica social y
que a su vez está repleto de brillantísimos diálogos tan divertidos como ácidos
que contribuyen a aligerar la trama y a potenciar la omnipresente naturaleza
dual de la misma.
En la
historia se cuestiona la fiabilidad del sistema jurídico norteamericano, un
sistema en el que la administración de “verdadera
justicia” está amenazada por la falta de escrúpulos de los abogados y la
maleabilidad de los jurados populares. Pero sobre estas lacras, prevalece el
principio de presunción de inocencia como motor de la “verdadera justicia” y como derecho incuestionable de todo individuo
que se ve enfrentado a ella.
Respecto a
estas ideas el propio Preminger
relataba una anécdota ocurrida en Moscú cuando fue invitado a presentar la
película en la Academia Rusa de Cine: “Había ochocientos jóvenes, todos muy ácidos, que empezaron a criticar
la película. Dijeron que el hombre era malísimo y su mujer una prostituta. ¿Por
qué tenía que salir absuelto al final? Intenté demostrarles que la idea básica
de la película era demostrar que en nuestro sistema legal, un hombre es
inocente hasta que se demuestra su culpabilidad. No había manera de que lo
entendieran. Decían: «¿Qué quiere decir? Es evidente que es culpable». «Pero el
estado no puede demostrarlo- les dije- y nosotros pensamos que es preferible
dejar libres a cien culpables que condenar a un inocente». Me resultó muy
difícil explicar esto a personas que habían crecido sin ese concepto.”
“Anatomía de un Asesinato” forma parte del subgénero judicial
en su vertiente dramática, en ella se renuncia de forma expresa a la exposición
del crimen, centrándose en su análisis posterior
desarrollado durante el juicio.
La película
consta de dos partes bien diferenciadas: La primera en la que son presentados
el caso y los personajes y la segunda centrada en el juicio.
Una de las
principales virtudes de la cinta radica en compatibilizar el proceso judicial
con un excelente estudio de los personajes y de su moralidad, profundizando en
sus mundos y sus motivaciones. Los personajes son tratados de forma objetiva y
no se elucubra ningún tipo hipótesis acerca de su conducta ética, la dualidad
que se respira en todo el film es su mayor virtud.
La naturaleza
de los personajes es tan humana como realista, sin artificios ni polarización
moral, en ellos el bien y el mal no son absolutos y la moral se ajusta a las
circunstancias.
Las figuras
principales y las secundarias están muy bien retratadas en la película: Paul
Biegler (James Stewart), el abogado
defensor, es un gran tipo y un buen profesional que aún así acepta defender a
un individuo a todas luces culpable; con Laura Manion (Lee Remick) sólo surgen dudas, su comportamiento descarado y
provocador hace que nos planteemos si existió la violación o hubo
consentimiento; pocas dudas sobre Frank Manion (Ben Gazzara) maltratador, celotípico y mentiroso, presunto inocente
aunque claro culpable, nadie le puede negar el derecho a ser defendido ante la
justicia y finalmente Claude Dancer (George
C. Scott) el fiscal estrella, tan implacable como falto de escrúpulos.
La galería
de personajes es más profunda, y a la vez más generosa con la naturaleza
humana, y en ella encontramos a seres entrañables como los ayudantes de
Biegler, Parnell McCarthy (Arthur
O´Conell) y Maida (Eve Arden) o
el juez Weaver (Joseph Welch), todos
ellos importantes por su contribución a la trama y por su capacidad para ofrecer
contraste con el resto de personajes moralmente más ambiguos.
“Anatomía de un Asesinato” fue la primera película que Preminger rodó íntegramente en
localizaciones (en el estado de Michigan) y los figurantes fueron reclutados
entre los habitantes de la zona, todo ello contribuyó exponencialmente a
potenciar el tono realista del guión.
El director
explicaba: “A las películas realistas les
beneficia rodar en localizaciones no sólo por una cuestión de verosimilitud. Casi
todas las localizaciones se pueden copiar, yo podría haber fotografiado el
tribunal y haber mandado construir una réplica en Hollywood. Pero cuando se
rueda en localizaciones no puede hacer uno lo que le de la gana. No se pueden
mover las paredes, hay techos y la iluminación está limitada. Entonces hay que
dirigir de una forma más realista, emplear la imaginación; es un desafío.”
“Yo creo que la figuración
profesional son gente desengañada que suele pasar de todo. Son actores fracasados,
que van de película en película y adoptan el mismo maquillaje, las mismas risas
y gestos. Pero con gente de verdad, si uno va a la península septentrional de
Michigan y sienta a gente de verdad en la sala, si el jurado son personas de
verdad, se obtiene una realidad. A veces eso les influye a los actores, les da
una sensación de realidad que no tendrían de otra forma.”
El
realizador supera el desafío con suma elegancia y soltura; y así consigue que sus
queridos planos secuencia se adapten sin mayor problema a la geografía del
juzgado siguiendo a los letrados con sutiles movimientos de cámara por estancias
y escaleras; disfrutamos también de estupendas panorámicas para los exteriores
y de planos fijos con profundidad de campo para las secuencias que se desarrollan
en el interior del juzgado; en éstas últimas el director nos mantiene al tanto
de la acción principal desarrollándola en primer termino así como de las
distintas reacciones en las sucesivas capas del plano.
Sorprende
también la utilización de planos subjetivos (algo que Preminger no utilizaba habitualmente) en algunos diálogos con
estructura plano contra plano, ejecutados
con picados y contrapicados para acentuar los diálogos mantenidos entre el juez
(siempre en posición elevada dentro de la sala) y los abogados o los acusados.
El montaje
lineal y la estupenda fotografía naturalista en blanco y negro del habitual de Preminger Sam Leavitt, son dos elementos más de los que se vale el director
para enfatizar el tono realista deseado.
Para el
apartado interpretativo Preminger
apuesta por una combinación entre actores veteranos y jóvenes desconocidos, consiguiendo
unos resultados que difícilmente podrían haber sido mejores. Sin miedo de que
nuestra opinión quede en entredicho, bien podemos afirmar que las
interpretaciones de esta película son maravillosas.
James Stewart se reinventa a si mismo para
encarnar al abogado Paul Biegler y nos ofrece una actuación estelar
consiguiendo un personaje entrañable y lleno de matices. Paulie es inteligente,
apasionado y buen amigo de sus amigos. Durante todo el metraje nos hará
disfrutar con su sentido del humor elegante, mordaz y cínico.
Éste amante
del jazz, la pesca y los viejos libros de leyes es encantador pero presenta
cierto grado ambigüedad moral en el ejercicio de su profesión y es capaz de
recurrir tanto a trampas éticas como legales para conseguir sus fines.
Lee Remick, que asumió el papel de Laura
Manion después de que Lana Turner fuese rechazada por no querer vestirse para
el papel tal y como deseaba Preminger,
compone de manera extraordinaria su primer papel protagonista (anteriormente ya
había brillado en papeles secundarios en cintas de prestigio como “Un Rostro entre la Multitud ” y “El Largo y Calido Verano”)
consiguiendo que Laura Manion, la desinhibida y provocadora esposa digna
representante del white trash
americano, sea un personaje que conmueva y sorprenda generándonos a la vez compasión y rechazo.
El
recientemente fallecido Ben Gazzara
y George C. Scott eran dos
desconocidos en el mundo del cine cuando se pusieron en la piel del teniente
Manion y del fiscal Claude Dancer respectivamente.
Ambos dan
la talla sobradamente en la interpretación de sus personajes, Gazzara el marido celoso consigue
asesinar con su mirada, cargada de ira y en absoluto enajenada, a todos los que
se acercan a Laura; y Scott ejecuta
su papel de implacable fiscal como una figura simétrica y opuesta al personaje
de Stewart, al mismo tiempo que hace
gala de una ambigüedad moral profesional similar a la de éste.
Arthur O´Conell y Eve Arden
son dos magníficos veteranos que nos recompensan con su buen hacer cada vez que
salen en pantalla.
Parnell (Arthur O´Conell) el entrañable abogado
fallido borrachín, se redimirá de todos sus fracasos gracias a la oportunidad
que Paul le brinda convirtiéndole en su ayudante durante el caso.
Maida (Eve Arden) secretaria y figura
maternal, aportará sentido común e intuición femenina al pintoresco equipo
defensor.
Cerramos el
apartado actoral con la sorprendente contribución de Joseph N. Welch como juez Weaver.
Welch no era actor sino abogado, gozó de
cierta fama en su tiempo porque en un juicio televisado en el que defendía a la Armada , le espetó varias
veces al senador Joseph McCarthy la frase
“¿Tiene Vd. sentido de la decencia?”.
Preminger le ofreció el papel tras rechazarlo
Spencer Tracy y Burl Ives, Weaver lo
aceptó a cambio de la sorprendente condición de que su esposa apareciese como
figurante entre los miembros del jurado.
Cierro la
reseña con dos citas ineludibles teniendo en cuenta que estamos hablando de “Anatomía de un Asesinato”.
La primera,
los ya míticos títulos de crédito que realizó Saul Bass para la película; estos son a mi juicio su obra más
lograda junto a los que había confeccionado anteriormente para “Vértigo” de Hitchcock. Conceptualmente brillantes, nos presentan el texto de
los créditos en diferentes piezas anatómicas (un brazo, una pierna o una
cabeza) dibujadas con ese particular estilo gráfico de Bass que marcó una época.
Y para
terminar, y como guinda de esta película, la potentísima banda sonora que
compuso el gran Duke Ellington para
la película.
Ellington, que realiza un cameo en la
película tocando el piano a cuatro manos junto a James Stewart, compuso una serie de enérgicos temas para big-band con objeto de acentuar el carácter de los personajes, especialmente
de los femeninos y una melancólica composición para piano en clave de ragtime interpretada por Biegler en las
horas previas a la conclusión del juicio.
Aquí os
dejo un enlace donde el experto en jazz y cine Carlos Tejada analiza en
profundidad la música de la película.
Y esto es
todo de momento, me despido con un consejo, si dispones de 160 minutos y amas
el buen cine, no lo dudes, nada mejor que dedicarlos a ver “Anatomía de un asesinato”; los que admiramos esta película hace
tiempo que somos conscientes de ello, pero si aún no la has visto, no pierdas
ni un segundo y hazlo, vas a quedar plenamente satisfecho.
PD. Como “Anatomía de un Asesinato” es una
película amada por todo cinéfilo que se precie, muchos de nuestros amigos de la
blogosfera ya le han dedicado unas líneas en algún momento.
Desde Ciclos de Cine nos gustaría
recomendaros la lectura de las reseñas sobre la cinta que han publicado los
compañeros de los excelentes blogs Cine para Gourmets y Esculpiendo el Tiempo.
Pertenezco al grupo de esos cinéfilos que no sólo han encontrado esos 160 minutos una vez, sino que en estos días atrás han vuelto a invertir esos 160 minutos en, una vez más, el disfrute de esta obra maestra.
ResponderEliminarUna de las cosas que más sorprende es la utilización de ciertas explícitas palabras que en 1959 no eran habituales en el cine. Incluso no se utilizan sólo en una ocasión así como de pasada sino que se oyen a menudo y son clave en el juicio. Añadiré también la palabra ‘faja’. Incluso en un momento del juicio, se cuestiona la descripción de las bragas de la señora Manion a lo que Stewart contesta que es un hombre soltero, por lo que es un tema absolutamente desconocido para él. Tampoco hay que abusar a la hora de provocar al censor.
Voy a centrarme en el personaje de la señora Manion, mujer contraria a todos los cánones de la perfecta esposa americana de la época, que está claro que no desea ser. A mi no me conmueve en absoluto. Sabe que tiene un marido celoso y agresivo pero a pesar de ello no le importa salir sola a divertirse y coquetear con otros hombres. Sabe que es un objeto de deseo y le gusta serlo. Stewart lo sabe y por eso la ‘disfraza de solterona’ a la hora del juicio, sabiendo que la señora Manion no gustará al jurado. Este personaje no me produce ternura, tampoco rechazo pero sí que la veo en parte culpable del desarrollo de los acontecimientos.
¡Qué maravillosa película!!!
Saludos.
Manderly me alegra que empieces fuerte y que saques a la palestra a la señora Manion, es obligatorio extenderse con los personajes, al menos con Laura y Paul (que a mi modo de entender son los más interesantes), como Javi y Cris también se animan a reflexionar sobre ellos propongo abrirles un comentario propio abajo; anímate y le damos vidilla.
EliminarUn cordial saludo.
Hola Manderly me alegra saber que eres, como yo, devota de "Anatomía..".
EliminarComo ya hemos comentado varias veces durante el ciclo, Preminger tras independizarse de los grandes estudios y constituir su propia productora (Carlyle Productions), comenzó a introducir en su cine temáticas que hasta el momento nadie había tocado (al menos tan frontalmente), ya sea por su carácter inmoral según el código Hays o por tratar temas que cuestionaban el funcionamiento de la sociedad y las instituciones.
Podíamos decir que Preminger, y la demanda de una sociedad que ya no se identificaba con la gazmoñería conservadora, se cargó el código Hays con sus películas tratando abiertamente temas de índole sexual: La homosexualidad en Tempestad sobre Washington, violación en Anatomía... y las relaciones prematrimoniales con embarazo incluido en "La luna es azul".
Creo que la polémica que suscitó esta ultima película en el año 55 (una inocente comedia romántica) y su inesperado éxito comercial fueron claves para que el cine de Preminger fuese tan transgresor, se dio cuenta que estaba ofreciendo un "nuevo producto" que el público estaba deseoso de consumir y que además se iba a beneficiar de una importante publicidad por su naturaleza escandalosa.
Ah es cierto, la (muy decente)faja también tiene su cuota de protagonismo y al igual que las indecentes bragas acaba disfrutando de un plano en la pantalla; me gusta ese momento en el que ella le quiere regalar la faja a Paulie (acabado el juicio ella le ofrece en calidad de recuerdo "de lo que pudo haber sido y no fue" la faja "contenedora" de su sexualidad) y el le contesta que la guarde que puede volver a hacerle falta :)... y es que Paul sabe que los Manion son carne de cañón y que con sus personalidades (o más bien sus taras)es muy probable que la historia se repita.
Camarada, gracias por recordar la entrada que hace tiempo dediqué a esta gran película. Como no quiero ser redundante, me limito a lo que ya expresé allí. Felicidades por la excelente entrada. Por cierto, ¿cuál será el próximo ciclo? :).
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te haya gustado la entrada yo también he disfrutado con su elaboración; si es cierto, como dice Cristina, que cuando escribo sobre películas que me apasionan consigo transmitir esa pasión en mis líneas, esta entrada debe derrochar pasión y amor por la película.
EliminarNuestro próximo ciclo está dedicado al cine de Michael Curtiz, así que afila tu espada de pirata y desempolva el sombrero y la trinchera que tenemos 6 citas pendientes con otro de los grandes del cine clásico. :)
Un abrazo.
Esta película me parece espléndida en todos los aspectos. No sabría que destacar más, pero puestos a elegir empezaré hablando de los diálogos del excelente guión. Para apreciarlos en su justa medida habría que ver la película muchas veces. Son un auténtico encaje de bolillos en cuanto a matices e inteligencia. Y si además los ponemos en boca del magnífico James Stewart el resultado es espléndido. Me parece el actor perfecto, no me imagino a ningún otro mejorando el papel. Es precisamente su actitud nada directiva y algo naïf la que da soporte al personaje. Pauli no reacciona a las provocaciones, no censura nunca ni nada, ni siquiera la actitud más que evidente de esposa díscola, ni enjuicia de palabra ni de obra al violento celotípico que es su marido. Se limita a aplicar la ley, de una forma inteligente y hasta ladina, pero sin salirse nunca de lo establecido. Como muy bien dice David en su entrada, Pauli tiene una moral ambigua, pero eso no le impide atenerse al estado de derecho.
ResponderEliminarEl Sr fiscal del distrito George C. Scott es un digno oponente que nada puede contra ese aire de despistado y vulnerable que tiene el abogado defensor. El fiscal genera desconfianza y cautela mientras que a Pauli dan ganas de defenderle y ayudarle. Y es que Steward consigue producir ese efecto como ningún otro actor.
El guión es una pasada y los diálogos son buenísimos, dignos de una comedia ácida del tipo Mankiewicz o Wilder, pero a la vez con mucho peso humano como en el cine de Capra o de Ford y además en determinados momentos hasta parecen diálogos de película de cine negro.
EliminarSon diálogos de una riqueza brutal, hasta dan ganas de leer la novela para saber hasta que punto el mérito es de Mayes o de Voelker.
Encaje de bolillos me ha gustado el calificativo.
Exactamente David, eso mismo he pensado yo. De quién es el mérito, del escritor de la novela o del guionista?A priori y sin quitarle mérito a Mayes, el verdadero genio debe ser Voelker.
EliminarEn otro plano están los dos personajes entrañables del film, el amigo borrachín Parnell y el juez Weaver. Ambos excelentemente interpretados, con gran naturalidad si cabe decirlo por parte del juez que era verdadero juez. Generan inmediatamente empatía y respeto.
ResponderEliminarLa despampanante Laura Manion, atrevida y ligera de cascos, que está tan segura de que su marido va a ser declarado inocente, que decide esperarle en el coche y no asistir a la decisión del jurado. Lee Remick consiguió el papel de rebote y lo hace estupendamente.
Gazzara no deja lugar a dudas, es un hombre violento que se deja llevar por sus celos, pero no parece que pueda perder el juicio tan fácilmente, es culpable sin asomo de duda y sin embargo le declaran inocente porque no se puede demostrar su culpabilidad. Ese es el verdadero transfondo de la película, la famosa presunción de inocencia y la falta de duda razonable.
Un film inmenso y atemporal.
ResponderEliminarUn abrazo
En eso estamos de acuerdo.
EliminarUn abrazo
La entrada muy buena, David. Poco más se puede alegar (ya que va de una de juicios ;-D)
ResponderEliminarPara mí una obra maestra y una de las mejores películas sobre juicios de la historia.
El papel del abogado es magistral. Parece despistado e ingenuo a veces, pero no hay quien pueda con él; un hombre con muchísimas capacidades para la abogacía, con su ambigüedad moral como es lógico al tratarse de un abogado que a veces (como en el caso) defiende a gente de la que él mismo sospecha o no demasiado recomendable. Véase como preparan entre él y el acusado Gazzara las alegaciones para salvarse. No es demasiado noble lo que hacen (los personajes que hacía Stewart para Capra no hubiesen, posiblemente, actuado así por idealismo): cogerse al último recurso y por muy pequeño que sea para salir airosos del trance.
Es además un tío graciosísimo, el abogado. La peli tiene escenas de lo más graciosas dentro de lo que es el tono, un tono más bien dramático.
La escena de la palabra bragas en el juicio y la reacción que provocaría en el público al pronunciarla es descojonante ;-))
Como te metes a tratar el personaje de Stewart podemos abrirle un apartado propio (como a Laura manion) un poco más abajo. Así, creamos un diálogo entre todos los que queremos debatir...
EliminarMe gusta como con tres o cuatro parámetros claros puede trenzarse un caso que en principio no parecía tan complicado. Los matices serán importantes. Esos factores serían la violación de Lee Remick (o la posible violación. Hay que aclararlo a lo largo del film), los celos de su marido y las reacciones violentas hacia su mujer, a la que considera una zorra, y el comportamiento descarado de ella con relación a los hombres. La pareja que forman Gazzara y Lee Remick es totalmente incompatible. Él es violento con ella y le pega por sus celos enfermizos.
ResponderEliminarElla no lo ayuda con su actitud. Es descarada con lo hombres, provocativa, sale de noche y se divierte en compañía masculina.
Hay dos preguntas:
ResponderEliminar¿La manera de comportarse de Remick es así por su naturaleza o hay algo de castigo hacia su marido por comportarse con ella violentamente? Supongo que ella será así; si fuera la segunda opción lo normal sería separarse de él. Pero igual lo quiere de un modo extraño y su actitud se retroalimenta con los celos de Gazzara. No sé, puede que haya una especie de masoquismo.
La segunda pregunta sería: ¿Gazzara se carga al que viola a su mujer por celos, o por sentirse humillado o por lo de ese impulso irrefrenable, que suena tan a coña, pero del que hay un precedente que lo puede salvar?
No se si con lo que voy a decir contexto a estas preguntas pero me parece que es muy importante aclarar que lo único que se sabe que ocurrió a ciencia cierta es que Manion mató a Barney Quill.
EliminarDe ese cargo es culpable al 100%; lo que ocurre es que la locura te exime del cargo de asesinato u homicidio y si además es una locura temporal te exime de la reclusión en un manicomio... esto a Preminger no le importa demasiado, de hecho es un poco irreal que los Manion se puedan ir de rositas a los dos días de salir la sentencia.
Todo el empeño de Biegler en demostrar que Laura fue violada y maltratada por Quill, tiene un sólo objetivo: Apuntar que esos hechos fueron los que desataron la crisis de locura de Manion o su impulso irresistible...
Pero quien nos asegura, con la información que tenemos como espectadores (y no como miembros de un jurado) sobre Laura que no hubo tal violación, sino que consintió, y que la paliza se la propino Manion... esto también genera una duda más que razonable.
Cuando el testimonio de Mary Pilant confirma que las bragas fueron sustraídas por Quill y que además estaban rotas, la cosa cambia ya que confirma la declaración de Laura de que efectivamente ella fue forzada... y una vez que el jurado acepta ésto todos los demás puntos "dudosos" de las declaraciones de los Manion (la paliza y el acceso de locura de Manion) son aceptados también. Porque al establecer la violación como un hecho "real" y provado, se acepta la posibilidad de que el impulso irresistible pudo darse y por consiguiente no se puede demostrar la culpabilidad de Manion.
Yo creo que ese impulso irresistible enmascara cláramente el impulso de venganza, que es lo que realmente ocurre, pero que con otro nombre ya no es tan grave y sirve como justificante para tomarse la justicia por su mano.
EliminarSi yo también pienso lo mismo (y creo que todos... hasta Paulie) pero ahí esta el diagnostico del psiquiatra y sobre todo la jurisprudencia, que hacen que sea imposible demostrar que Manion no sufrió el famoso impulso. Así que aplicando a rajatabla el principio de presunción de inocencia (tal y como hace el jurado) hay que declarar inocente al celoso.
EliminarHay algo que también me llama la atención: en el caso precedente en el que se acepta el 'impulso irresistible', desconocemos -porque no lo mencionan- qué había originado este impulso en aquel asesino. ¿Celos?¿Venganza?¿Que le apetecía matar porque sí?¿Nada?
EliminarNo sabemos las causas del impulso irresistible del caso precedente. El fiscal podría haber tirado de este hilo...
No sé no soy abogado, si alguno lee esto igual nos lo puede aclarar, pero una vez que una sentencia sienta jurisprudencia, vale para todos los casos que posteriormente se ajusten a los mismos parámetros.
EliminarEl precedente del juez Holmes (me quede con el nombre del juez por razones obvias:) daba un veredicto de inocencia a alguien al que habían diagnosticado de locura temporal y que había matado siguiendo un impulso irresistible.
La situación es la misma, sin importar el desencadenante del estado de locura temporal, por eso el fiscal y el juez aceptan (no les queda otra por la jurisprudencia)un juicio en el que la defensa defenderá la inocencia del acusado.
Absoluta obra maestra de la que no recordaba ese pequeño gran detalle de su banda sonora. Eso la hace más redonda.
ResponderEliminarBienvenido a ciclos de cine Sergio, aquí los amantes del mejor cine y del mejor jazz, dos cosas que sin duda se dan cita en "Anatomía de un asesinato", siempre son bien recibidos.
EliminarUn saludo.
Caramba, juraría que esta no la he visto. Y ya veo lo que me estoy perdiendo.
ResponderEliminarPor lo tanto no puedo hablar y sólo he leido en diagonal la entrada, no quiero que se me desvele la pelicula. Ahora, la mulita a trabajar!!
Saludos!
Ponte a ello inmediatamente amigo Lorenzo que estas ante una emergencia cinematográfica. :)
EliminarDe ese sabrosísimo subgenero que es el cine judicial, podríamos decir que "Anatomía..." es la mejor o al menos está en el grupo de las mejores junto a otras joyas del calado de "12 hombres sin piedad", "Vencedores o Vencidos", "Testigo de cargo", "Matar a un ruiseñor" y "Veredicto Final".
Un saludo.
Hablemos AQUÍ del personaje interpretado por Lee Remick: LAURA MANION
ResponderEliminarDe Laura Maniom o la mujer deseo.
EliminarProvocativa, ¿ingenua? o ¿usa la ingenuidad como arma? pobrecilla dan ganas de protegerla.....o ¿mejor protegerse de ella?
Insinuante al hablar, al moverse al sonreir y hasta al llorar.
Sabe que gusta a los hombres, lo ha constatado muchas veces y eso le encanta. No va a desperdiciar esa cualidad que la adorna y que hace que su vida sea más divertida y emocionante.
¿Su marido? La hace sentir deseada, especial,un verdadero tesoro que quiere solo para él y que defenderá con uñas y dientes. Que emocionante es esto para ella!!!. Claro que si se pone violento con los demás es porque ella lo vale ¿verdad? y si se pone violento con ella, que se le va a hacer....no todo puede ser perfecto, al fin y al cabo tiene que reconocer que a veces se pasa y le da motivos para meterla en cintura.
Los celos de él no la oprimen, tampoco que la vigile. Pero desde luego no quiere que la sorprenda flirteando con otros.
Estos son los pensamientos que corretean por la linda cabecita de la Sra Manion, desordenados superficiales y alocados, osea como ella misma.
Es un mujer que consigue de los hombres aquello que se propone. Su físico y su comportamiento atrae a los hombres que ven en ella una mujer fácil con la que poder divertirse un rato.
EliminarSe sabe que Manion era compañero del primer marido de su mujer así que su relación es quizás la más larga que ella haya tenido. Primero como la deseada esposa de un amigo y luego como esposa propia deseada por el resto. Es un trofeo que Manion defiende a costa de lo que sea y que además gusta mostrar al resto.
Ella juega con todos, incluso con Manion, al que no sabemos si realmente es fiel o no, pero que más bien parece que no.
Sólo piensa en sí misma aunque a veces demuestre miedo hacia su marido como en la escena en el coche en donde coquetea con Paul y deja de hacerlo rápidamente al enterarse de que Manion está viendo la escena. ¿Este miedo son malos tratos cotidianos? A pesar de que así parece, ella se va de juerga por las noches sola...
Sí es un tema delicado el de Laura Manion, de hecho tu primer(y duro)comentario me ha hecho reflexionar en lo que escribí sobre ella en la reseña y lo he cambiado,he cambiado ternura por compasión, ya que este sentimiento me parece me parece más ajustado.
EliminarLa Manion coquetea, provoca e invita a los hombres sin ningún pudor; pero más que una seductora o una devoradora de hombres, es una chica de baja extracción ingenua y resultona.
Lo triste de su persona es que sus horizontes son tan limitados, tan vulgares que sólo se siente valorada si despierte sentimientos de deseo y posesión en los hombres. Esto al final es un juego peligroso, pero ella es tan limitada que no se hace cargo del todo, esta vez le ha costado una paliza y una violación... Pero quien sabe lo que le puede costar en lo sucesivo, de hecho el encargado del camping ya apunta que antes de su marcha ella estaba llorando... seguro que fruto de una "muestra de amor" en formato tortazo por parte de Manion.
Por todo esto me causa rechazo y a la vez compasión, su comportamiento inmoral (para mi comportarse como una buscona estando emparejada es inmoral) y me parece reprobable, pero a la vez me genera tristeza el patetismo de su persona (que vida tan fea y vacua) elegida por voluntad propia y lo poco valora su integridad física.
Apenas un apunte para destacar la música del film. El gran Duke compartiendo piano con Pauli. Es una delicia ver el discurir de las escenas sobre el fondo musical ....que maravilla!
ResponderEliminarLa verdad es que es una gozada vera esos dos colosos del cine y del jazz compartir plano y piano :)
EliminarDan una sensación de buen rollo, de que ambos se lo están pasando bien con su música, Stewart realmente sabía tocar el piano y el acordeón, así que tocar ese ratito junto a un grande como Duke y su banda le tuvo que saber a gloria.
Como curiosidad recordar que Jimmy Stewart se puso en la piel de Glenn Miller, en el biopic de Cukor "Música y lagrimas", que fue otro de los grandes del jazz, como Duke, especialista en música para big bands.
Estupenda reseña, David, de un film insuperable. "Anatomía de un asesinato" es un título que, lo cojas por donde lo cojas, resulta genial: desde los títulos de crédito al mismo final.
ResponderEliminarCon todo, deseo ponderar dos cositas breves. Primero: mi secuencia preferida sigue siendo (¡y fíjate si hay maravillas donde elegir!) la de la confesión del colega borrachín con la secretaria en segundo plano, dos espléndidos actores de reparto. Segundo: un homenaje a Ben Gazzara, actor medianito, pero que sólo por participar en esta joya es digno de recuerdo.
Salucines
Gracias amigo Fernando, como bien comentas la película es magnífica y escoger sólo un pedacito ,que destaque sobre el resto, es casi misión imposible.
EliminarAsí que hay que dejarse llevar por la emoción (porque argumentos cinematográficos a la peli le sobran) e indudablemente los momento más emotivos son los que comparten la "familia" Biegler.
El que comentas es especialmente bonito (no me gusta usar este calificativo casi siempre sospechoso pero creo que aquí es el que toca) respira esperanza, emoción, cariño y amistad.
Otro momento también muy bueno de este entrañable trío es el que precede al dictado de sentencia, esas horas en capilla con los tres en el salón de Paul haciendo recapitulación de lo ocurrido en el juicio y con Stewart tocado el piano, transmitiéndonos con la música sus estados de ánimo... Otra maravilla.
Pues mira qué curioso, que, aún siendo necesario repasar el film en mi caso, recordaba esta escena entre otras. Yo esta peli la vi en la tele en su día, cuando en la tele ponían cine de verdad y en dos ocasiones: una en un "Clásicos en B/N" que la pusieron en VOSE (lo recuerdo porque a) acabó a altas horas de la madrugada y b) aprendí y nunca olvidé cómo se dice "bragas" en inglés) y la otra (aquí dudo, pero juraría que sí) como parte de una "Bola de cristal", justo cuando estaba a punto de cancelarse tan magno programa. Las escenas de la pesca, por las mismas razones que expone maese David, las recuerdo también con evidente cariño.
EliminarUn saludo cinéfilo.
Hola David!!!!
ResponderEliminarMe da mucha rabia que finalice este ciclo pues apenas he tenido tiempo de revisar los films de Preminger para poderlos comentar. De este film concreto, lo primero que me vino a la mente cuando lo vi, fue cuán diferente sería si lo hubiera rodado Hitchcock, me explico: viendo a James Stewart y viendo la temática puedes asociarlo fácilmente con el cine de Hitchcock, entonces me sorprendió ese realismo que posee el film frente al artificio-que me encanta, eh- que poseen los films del mago del suspense.
En segundo lugar me gustaría hacerte referencia a la elección de la música: en su momento me dejó tan descolocado como la música de Miles en Ascensor Para El Cadalso o la de Mancini para Sed De Mal -aunque ésta quizás menos.
Por último decirte lo mucho que han robado, digo homenajeado el póster de Bass en muchísimos otros films, algunos bastante recientes, lo que nos demuestra que Bass está muy vivo.
Un abrazo David!!!
Hola Cinexim, qué bueno leerte de nuevo.
EliminarComo siempre comentas cosas muy interesantes... ¡qué diferente hubiera sido todo en manos del mago!
Ahora mismo recuerdo dos de sus películas con juicio: "El proceso Paradine" puro Hitch y "Falso culpable" (aunque aquí el juicio es secundario, una mala decisión judicial es el motor de este drama) una película atípica del maestro, precisamente por su realismo algo que comparte con "Anatomía...". Francamente creo que ambas películas son inferiores (o al menos aportan menos) que la película de Preminger.
Es que esta peli me parece un dechado de virtudes cinematográficas donde todo encaja: Emociona, entretiene, divierte y te hace reflexionar; el guión, las interpretaciones y la realización son magníficas. No veo manera alguna de mejorar lo que hizo Preminger con este material, ni aun llamándote Don Alfredo :).
¿Se le puede pedir algo más a una película?
Pues sí que los detalles sean perfectos, pues ala, "Anatomía..." pone sobre la mesa los títulos de Bass y el musicón de Duke (con cameo incorporado).
Respecto a lo que comentas de la música, creo que Preminger cuidaba mucho la música de sus películas y con ella (al igual que con las temáticas abordadas en su cine) procuraba ser moderno y transgresor.
Ahí tenemos el jazz de "Anatomía..." y de "El hombre del brazo de oro"; sus musicales con actores negros y la banda sonora "british invasion" en Bunny lake... y esto no puede ser fruto de la casualidad.
Cuando hablas de esas bandas sonoras jazz tan impresionantes (jo lo has clavado porque a mi también me han marcado las tres) te das cuenta de la impresionante frescura que aportó el jazz al cine a partir de los 50´s.
A mi la banda sonora de "Ascensor..." me parece una pasada (adoro la época cool de Miles) y te recomiendo que te hagas con el CD edición especial que editó Columbia con las tomas que iba improvisando el genio con sus músicos de sesión, mientras veía los copiones que Malle había rodado.
Es tremendo... emociona.
Un abrazo.
Su superficialidad es peligrosa. Remick es ese tipo de gente que actúa mal no por maldad sino por ignorancia y por cultura.
ResponderEliminarHablemos AQUÍ del personaje interpretado por James Stewart: PAUL BIEGLER.
ResponderEliminarAbogado de vocación, bonachón, de gustos sencillos, cordial, simpático, metódico, reflexivo, amigable, divertido... un gran tipo!!
EliminarDefiende a Manion porque así se lo ha propuesto y es su trabajo, aún sabiendo que el matrimonio no es trigo límpio. En la escena final, no se sorprende ante la huída de éstos. Realmente, se lo esperaba.
Me gusta el sentido de la justicia de Paul, es un abogado honesto y eso le hace grande.
EliminarNo juzga a los Manion, con lo fácil y tentador que es juzgarlos (y condenarlos jejeje) hace su trabajo y no se aprovecha de las circunstancias, ya que si hubiese sido un abogado menos honesto bien podía haberse corrido una juerguecita con la siempre dispuesta Laura.
Me gusta mucho la primera entrevista de Paul con Manion, y como Paul fuerza a Manion para que le de algo en lo que apoyar su defensa, algo que le sirva para "creer" en su inocencia.
Entonces Manion, presionado por la explosión de Paulie ya menos chulo que en el resto de la entrevista, improvisa diciendo que cree que se volvió loco. Hace que Paul cambie de registro pues ya le ha dado algo (aunque en el fondo sabe que es una trola) y se pone en marcha para trabajar en la defensa.
Aquí Biegler hace gala de una doble moral, defiende a alguien que cree culpable, porque éste se declara inocente y porque tiene derecho a ser defendido y porque es inocente hasta que no se DEMUESTRE lo contrario. ¿Es esto un atentado a la ética/moral o es llevar la ética profesional al paroxismo?
En lo personal estoy al 100% con vosotr@s, Paul es un tipo genial un quiet-man entrañable, de esos que merece la pena cultivar su amistad y disfrutar con ellos regularmente de buenas veladas.
EliminarEstoy con vosotros,Pauli es un gran tipo de esos que merecen la pena como personas como amigos y por lo cisto como abogados. Como es honesto, simplemente cumple con su trabajo que es aplicar la ley, y no existe ningun punto de subjetividad en el tratamiento que hace de esta.
EliminarMe gustaria recordar que una de las razones por las que se anima a aceptar el caso, es esa falta de clientes que parece que acarrea desde hace un tiempo, y que su secretaria le recuerda amablemente.Y digo bien que es uno de los puntos ya que un hombre honesto como él no hubiese aceptado el caso sólo por esa razon. Como dice David, Pauli pide a Mannion que le dé una buena razon para defenderle sino no hay trato.
Quiere a sus amigos de verdad y mira por ellos. Es gracioso, inteligente y muy listo (práctico). Moralmente, con sus ambigüedades en lo relacionado con su profesión, algo habitual en abogados que deben defender especímenes de todo tipo.
ResponderEliminarUna preguntita:
ResponderEliminar¿Cuanto peso creeis que tienen en la decisión de Paul, de asumir la defensa de Manion, los factores personales (la necesidad de ganar dinero para pagar deudas y el sueldo de Maida, de reconducir su carrera como tras muchos años como fiscal y de paso dar "la" oportunidad a Parnell de rehacer su vidas)?
Pues no sé qué decir. Creo que Paul quiere poder ayudar tanto a su paciente secretaria (que necesita un salario) como a su fiel amigo Parnell (que necesita algo que le separe de la bebida) pero también en lo personal, como abogado le atrae un caso difícil de defender.
EliminarCreo que ha sido una mezcla de todo, pero sobre todo que el caso le interesaba. A Paul le gusta su rabajo. Disfruta con ello y eso se nota.
Me parece algo difícil de saber realmente.
Saludos.
Yo pienso que los factores personales son clave para que Paul acepte el caso; retomar su carrera con un caso interesante y que además es mediático (va a atraer a nuevos clientes) es una oportunidad que le cae del cielo; aunque él no estaba muy angustiado por su situación laboral (pescando y pescando...), es un abogado de raza y no puede resistirse a un caso tan jugoso.
EliminarSi además con ello ayuda a sus dos amigos, todo son beneficios y mejoras.
Así que creo que sí, la oportunidad de mejorar su vida y la de sus amigos, hace que desde el principio Paul quiera el caso y además que lo quiera ganar.
Es clave para él mismo y para que sus dos amigos cambien de situación, merjoren, una situación que en el caso de su amigo comienza a ser preocupante. Como dices más adelante, es como un regalo que le cae del cielo-
EliminarCiao
ULTIMA PREGUNTA
ResponderEliminarComo esta película va de juicios y juzgados... juzguemos, juzguemos :) JUZGUEMOS A PAUL BIEGLER:
Desde un punto de vista ético, ¿Obra bien o mal, nuestro héroe?
Reunido el jurado y hechas las deliberaciones... bla, bla, bla..., mi veredicto es:
Eliminar¡Culpable!
Los hechos son los hechos: Manion asesinó a Quill. Biegler no ha encontrado ninguna prueba a su favor, así que la única solución era encontrar un precedente que pudiera justificar este asesinato.
La cuestion es que hace bien, y sobre todo es que lo hace bien. El caso parecia perdido hasta que la habilidad de Paul invierte la situacion y acaba consiguiendo un no culpable. Paul se ajusta a derecho y punto, el es abogado no enjuicia a su defendido sino que le defiende con las armas que le da la ley. Si algo hubiere que criticar no es la actución de Paul sino "la justicia" de la ley....
EliminarEs un abogado y su trabajo es defender a Paul. Ya se sabe que los abogados a veces defienden a indeseables aún sabiéndolo; pero si lo hacen es porque su conciencia se lo permite y entran en el juego de la justicia que, como todo en esta vida, es imperfecto.
ResponderEliminarEl tema de la conciencia (o mala conciencia) en la abogacía ya se tiene visto en otras pelis.
Un saludo, David
Inocente; Paul ejerce de abogado y no de juez, en su caso es lo que toca... y si además le permite mejorar a él y a sus amigos. Miel sobre hojuelas.
ResponderEliminar¿Cuándo se estrenó en España?
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