EVA AL DESNUDO

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El 20 de marzo de 1951 “Eva al desnudo” se alzaba con seis premios Oscar: Mejor película, director, guión adaptado, sonido, montaje y actor secundario para George Sanders. Algo que convertía a Joseph L. Mankiewicz en el único director galardonado por la Academia con el mítico binomio, mejor película-mejor guionista, en dos años consecutivos.  
Mankiewicz tenía sólo 41 años y acababa de recibir su merecido reconocimiento por la que sin duda constituye la mejor película que se ha realizado jamás sobre el mundo del teatro. Una inquietante parábola en la que el director nos hace partícipes de las intrigas que se ocultan tras el telón, las candilejas y el escenario; introduciéndonos en un mundo turbio, plagado de ambiciones, narcisismo, vanidad, mentiras y arribismo. Un mundo que pertenece a Eva, el lobo vestido con piel de cordero, que poco a poco se desnuda ante nosotros, mostrándonos su verdadera naturaleza, la de un ser amoral capaz de cualquier cosa por alcanzar el éxito.

FICHA TÉCNICA: EVA AL DESNUDO “All about Eve”.

AÑO: 1950. DURACIÓN: 138 min. PAÍS: Estados Unidos.
DIRECTOR: Joseph L. Mankiewicz.
GUIÓN: Joseph L. Mankiewicz. MÚSICA: Alfred Newman. 

FOTOGRAFÍA: Milton Krasner (B&N)
REPARTO: Bette Davis, Anne Baxter, George Sanders, Celeste Holm, Gay Merril, Hugh Marlowe, Thelma Ritter, Marilyn Monroe, Gregory Ratoff. 
PRODUCTORA: 20^th Century Fox. Productor: Darryl F. Zanuck.

GÉNERO: Drama. Teatro.

SINOPSIS: Eva es una joven enamorada del teatro que todas las tardes espera las entradas y salidas de la gran diva Margo Channing al comenzar y acabar sus funciones. Una noche Karen Richards la mejor amiga de Margo, sorprendida por la devoción de Eva, invita a ésta a conocer a su admirada Margo. Eva, tras una conmovedora charla en la que relata una triste vida únicamente llena por su idolatrada Margo, se gana las simpatías de ésta, que inmediatamente la “adopta” abriéndole las puertas de su mundo. Poco a poco Eva se convierte en la eficaz secretaria de Margo, siempre alerta, precisa y omnipresente.

Creo que “Eva al desnudo” es una película paradigmática dentro de la filmografía de Mankiewicz. No sólo recoge lo mejor de su cine: Un estupendo guión, con unos diálogos brillantes, afilados y sólo aptos para mentes despiertas. Más una excelente utilización de los recursos narrativos cinematográficos como son el vertiginoso flashback que fragmenta la cinta ya desde la primera secuencia y la narración en off repartida entre los personajes de Addison DeWitt (George Sanders) y Karen Richards (Celeste Holm).

Sino que se erige como referente del discurso dramático-intelectual favorito del director, ya que reflexiona sobre la ambición y el choque generacional a través de la confrontación entre mujeres, utilizando a éstas como sus vehículos predilectos para tales fines. Dejaremos que el propio Mankiewicz nos hable sobre la génesis del film y sobre como encajó este discurso dentro de una trama: “Lo tenía muy pensado. Toda la primera parte estaba perfectamente estructurada en mi cabeza, pero me faltaba el nudo de la intriga, que se me ocurrió al leer un cuento llamado La sabiduría de Eva. El guión lo escribí en seis semanas. El tema central es la rivalidad entre una ambiciosa y joven aspirante a actriz y una famosa y madura estrella deBroadway. El choque entre la juventud y la madurez es un tema que siempre me ha apasionado. Lo toqué, también, en El americano tranquilo, donde un cínico y no joven escritor compite con un chico por el amor de una muchacha vietnamita, y en Cleopatra, donde el joven Marco Antonio vive obsesionado por la omnipresente sombra del viejo César, a quien ha sucedido como gobernante y como amante de la reina de Egipto.”

El “campo de batalla” sobre el que Mankiewicz despliega todos estos argumentos intelectuales y cinematográficos no es otro que el mundo del teatro, un mundo al que castiga duramente a lo largo de la cinta pero al que el director miraba con cariño: “Disfruté haciendo Eva, donde intenté mostrar todo el brillo y la miseria que se encierra en las vidas de esa maravillosa gente que se ama y odia detrás de los decorados. A mí, particularmente, me hubiera gustado pertenecer a esa fauna única.”

Esta ambivalencia queda significativamente reflejada en el retrato que realiza de sus personajes: Vanidosos, codiciosos, egocéntricos, intrigantes y desconfiados; pero a la vez inteligentes, cultos, brillantes y llenos de talento.

Y en ese mundo del teatro, con sus luces y sombras, el cineasta desarrolla la confrontación entre Margo
Channing (Bette Davis) una actriz madura en la cima de su carrera y Eva Harrington (Anne Baxter) la ambiciosa joven, no exenta de talento, que a través del engaño, la manipulación y el chantaje trata de arrebatar a su “admirada” Margo la gloria y la fama.
Alrededor de ambas, el alentoso Mankiewicz genera un grupo de personajes secundarios que configuran la sobresaliente geografía humana de este film, personajes que actuarán como testigos excepcionales de la pugna entre Margo y Eva: Addison De Witt (George Sanders) un malintencionado crítico teatral de lengua viperina que esconde en Eva su carta más valiosa. Karen (Celeste Holm) la mejor amiga de Margo, pero también principal valedora de Eva, introducirá a ese caballo de Troya hecho mujer que es Eva dentro de las seguras murallas que protegen la “familia teatral” de Margo. Su esposo, y casi un juguete en las manos de Eva, el escritor Lloyd Richards (Hugh Marlowe). Y el vehemente director de escena y sufrido novio de Margo Bill Simpson (Gary Merril).

Y además Mankiewicz nos regala con su genialidad creando una batería de personajes que podríamos denominar “terciarios”, que completan de manera brillante el particular ecosistema de “Eva al desnudo”: Birdie (Thelma Ritter) la resultona y preclara sirvienta-amiga de Margo. El inquieto y dispéptico productor Max Fabian (Gregory Ratoff) y la neumática aspirante a actriz Miss Caswell (Marilyn Monroe).

Todos los intérpretes están soberbios, del primero al último, componen a sus personajes de tal manera que resulta inimaginable verlos encarnados por ningún otro grupo de actores. Y es que este film funciona como un deslumbrante y preciso mecanismo de relojería en el que la maquinaria formada por guión, realización e intérpretes está maravillosamente engrasada por unos diálogos espectaculares, de lo mejor que se ha escrito nunca en un guión cinematográfico, que cuentan con frases de esas que a uno le gustaría soltar al menos una vez en la vida y en la situación adecuada.

Tras disfrutar del visionado de la película nadie podrá negar que el papel de Margo Channing parece escrito para Bette Davis, la vida real de la actriz se mimetiza con la de su personaje de una forma inverosímil, hasta el punto que Davis, al igual que Margo, acabó casándose con Gary Merril. Parece mentira que para el papel de Margo se hubiesen valorado previamente los nombres de Susan Hayward, Claudette Colbert y Marlene Dietrich.  
Bette Davis había nacido para ser Margo Channing, así que tras leer lo que ella misma denominó como “el mejor guión que había leído en su vida” no tuvo dudas a la hora de aceptar el papel que le ofrecía Zanuck. Y a pesar de todas las predicciones de los más agoreros Davis se comportó de un modo ejemplar durante el rodaje, siempre llegaba al plató ya vestida y maquillada un cuarto de hora antes de comenzar y cuando comenzaba su trabajo no vacilaba, sus palabras eran sus propias palabras, las de Margo Channing. 

Escuchemos hablar a Bette sobre su personaje: "No seré ni Lady Macbeth, ni Porcia, sino Margo Channing: Actuaría en la punta de una aguja, en cualquier sitio. Pero si me convierto en un hazmerreír soy yo, Bette Davis, la que ante el público ha quedado en ridículo. No es el productor, ni el director, ni el guionista o el portero de los estudios, no es nadie sino yo. Y aquí estoy yo dando la cara por todos. Ya hace mucho tiempo que lo decidí; si he de hacer el ridículo, no será con este papel, será cuando yo quiera".

Y así podría seguir, línea tras línea, elogiando a George Sanders (al que Mankiewicz
significativamente tildó de su alter ego), a Anne Baxter y a Thelma Ritter. Al gran Alfred Newman y a su maravillosa partitura. Al pintoresco intervencionismo de Darryl F. Zanuck
en la elaboración del guión. Y al maravilloso golpe de efecto que nos reserva Mankiewicz para el final de la película. Pero lo dejaré todo para el cine-fórum, que esta vez promete ser apasionante y muy participativo. Porque no se puede amar el cine sin amar una película como “Eva al desnudo” y todos los que transitáis por estas latitudes, me consta que haceis ambas cosas.

Sólo añadiré unos enlaces con el excelente making of de la película publicado por Alfonso Méndiz en la revista cinematográfica “Fila Siete”, a buen seguro completaran con su
objetividad mi análisis personal de la película:

-Parte I: Orígenes de la historia.

-Parte II: Escritura del guión.

-Parte III: Elección del reparto.

-Parte IV: Producción y postproducción de la cinta

-Parte V: Banda sonora y lanzamiento.

Apéndice: Tengo el inmenso placer de invitaros a continuar disfrutando del cine de Joseph L. Mankiewicz, con la estupenda reseña sobre “El fantasma y la señora Muir” que nuestro querido “camarada cinéfilo” Ricardo Pérez ha realizado en su imprescindible blog cinematográfico “Esculpiendo el tiempo”. Gracias a su trabajo completaremos un poco más nuestra revisión de la obra de este brillante realizador.

Gracias Ricardo.