Pocas
escenas de acción están tan soberbiamente rodadas como la vertiginosa carrera
de cuadrigas del film que hoy nos ocupa.
La
carrera fue rodada sobre una reproducción fidedigna de un circo romano (concretamente
el de Antioquía) sin miniaturas ni trucajes de cámara y con miles de extras.
Tras semanas de entrenamiento actores, especialistas y caballos consiguieron
dominar la técnica para correr con sus cuadrigas en grupo soportando choques,
golpes y saltos dejando para Wyler la magistral planificación de la
secuencia.
Eran
otros tiempos, la magia del cine aún no se sustentaba en la informática ni en
sus recreaciones virtuales y para competir con la pujante televisión los
estudios apostaron por superproducciones del llamado cine “Kolossal” siendo Ben-Hur su máximo exponente.