TENER Y NO TENER

Ver esta película es un pasatiempo de lo más entretenido, que además aporta al espectador ese bienestar que proporciona toda gran obra. Recordarla es aún mejor, te permite saborear los instantes intensos y electrizantes del film, reteniendo en la memoria ese plano con esa mirada o ese diálogo chispeante, que te atrapan para siempre.

Howard Hawks, nos deleita con una dirección natural y discreta a su modo habitual, que permite el lucimiento de los dos protagonistas y de unos secundarios insustituibles. El director se adentra en el género del thriller, aderezándolo con toques de cine negro y cine de aventuras exóticas con acierto y buen pulso, apoyándose en unos diálogos pulidos y picantes llenos de dobles sentidos.

Una ambientación de film noir, con sus claro oscuros, su media luz y sus sombras; una trama entretejida de peligros y reales y supuestos; una historia de amor intensa y un final a lo Howard Hawks, hacen de este film uno de los grandes.

FICHA TÉCNICA: TENER Y NO TENER. “To Have and Have Not”

AÑO: 1945. DURACIÓN: 96 min. PAÍS: Estados Unidos.

DIRECTOR: Howard Hawks.

GUIÓN: William Faulkner, George Furthman.

MÚSICA: Franz Waxman. FOTOGRAFÍA: Sydney Hickox (B&N).

REPARTO: Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Walter Brennan, Dolores Moran, Hoagy Carmichael, Walter Molnar, Marcel Dalio, Dan Seymour.

PRODUCTORA: Warner Bros. Productor: Howard Hawks.

GÉNERO: Thriller. Segunda Guerra Mundial.

SINOPSIS

La acción se desarrolla en la Martinica Francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Harry Morgan es un americano propietario de una embarcación con la que se gana la vida sacando a pescar a los adinerados turistas. Harry procura mantenerse al margen de los avatares de la guerra, rehuye cualquier implicación política y prefiere dedicarse a su propia supervivencia. Es un hombre solitario cuyo único amigo es un viejo borrachín. Pero los acontecimientos le alcanzarán y acabará comprometido en una causa que no era la suya.

Además una seductora mujer llamada Slim irrumpirá en su universo. Inmediatamente Harry se sentirá atraído e intrigado a la vez por la joven aventurera, que con su descaro y sus encantos acabará atrapando al duro marino entre sus redes.

Hawks estaba empeñado en llevar a la gran pantalla una obra de su amigo el escritor Ernest Hemingway, pero este no daba su consentimiento alegando que siendo como era el mejor en su especialidad no quería arriesgarse a probar en otro medio. La constancia de Hawks acabó dando sus frutos en este film, cuando retó al escritor a hacer una gran película de su peor novela. El premio Nobel cayó en la trampa y se mostró de acuerdo con Hawks cuando este le dijo que en su opinión la peor obra era “Esa porquería titulada «Tener y No Tener»”.

Durante diez días director y escritor fueron estableciendo las premisas de la futura película al tiempo que se dedicaban a uno de sus pasatiempos favoritos, la pesca.

Hawks pagó 80000 dólares por los derechos y se puso manos a la obra para dar forma a las bases que preestableció con Hemingway y que curiosamente contaban lo que había ocurrido antes del principio el libro.

Hawks muy hábilmente consiguió que William Faulkner aceptara sumarse al proyecto con el consentimiento por parte de Hemingway. Aunque ambos escritores se admiraban (y envidiaban) nunca se reunieron y trabajaron por separado en la escritura del guion.

El director fiel a su costumbre y apoyándose en su guionista de lujo, que compartió la misión con Jules Furthman, mimó y elaboró unos diálogos que hoy por hoy han quedado como iconos sonoros. Los textos rebosan sugerencia y doble sentido sin olvidar el permanente toque de humor y de sarcasmo. Son perfectos para el tándem Bogart-Bacall.

Hawks consideraba imprescindible adaptar los diálogos a las escenas visuales pero sobre todo al actor que los interpretaba. Para él los papeles se reescribían casi al completo en función del actor elegido. El personaje debía adaptarse al actor tanto como este al personaje.

Al igual que su protagonista, el director quiso dejar clara su ausencia de intenciones con trasfondo político, moral o social, del film, máxime teniendo en cuenta el momento histórico que se vivía entonces, en plena Segunda Guerra Mundial.

El film acabó de rodarse en mayo del 44 pocos días antes del desembarco en Normandía y aunque tuvo mucho éxito en EEUU, no cayó bien entre la crítica francesa e inglesa, que le reprocharon entre otras cosas, la falta de compromiso político de su protagonista.

En una entrevista con Peter Bogdanovich, cuando este le pregunta: “¿Qué es para usted esta película?” Hawks contestó: “Para mí no es más que el telón de fondo de una historia de amor ambientada en un lugar insólito”. Bogdanovich insiste comentándole: “Se ha dicho que esta película es implícitamente antifascista, en el sentido de que la única vez que Bogart pasa a la acción es aquella en sus amigos se ven privados de su libertad individual”. A lo que Hawks contestaba: “No sé lo que quiere decir antifascista, o sea que no puedo contestarle”.  “Como la película se hizo durante la guerra…”. Seguía Bogdanovich. “Esas cosas no me interesan en absoluto”. Sentenciaba Hawks.

La primera noticia que tiene Hawks de Lauren Bacall le llega a través de su mujer Slim Hawks, que descubrió una pequeña foto de Lauren en la revista Vogue en la que estaba muy guapa.

La hicieron llegar desde Nueva York para el casting, pero a Hawks no le gustó su voz y la rechazó. Bacall puso todo su empeño en que le dieran el papel y consiguió convencer al director cuando un tiempo después apareció por su despacho demostrando que había modulado su voz a gusto de Hawks.

Hawks introduce una broma privada en el film con los nombres que da a sus protagonistas, Bacall es Slim, y Humphrey es Harry aunque Slim le llama Steve, el mismo nombre que Slim Hawks utilizaba para llamar cariñosamente a su marido Howard.

Poco a poco el director fue descubriendo los potenciales de la actriz, comprobó que estaba muy atractiva cuando se ponía insolente y lo explotó al máximo. Aseguró a Bogart, el hombre más insolente del cine, que iba a conseguir que en la película ella pareciera aún más insolente que él. Humphrey contestó que no creía que pudiera conseguirlo, y Hawks le dijo: “Te voy a decir una cosa, en todas las escenas que hagáis juntos te va a dejar plantado y vas a quedar en evidencia”. En realidad el director lo consiguió, pero sólo porque contó con la inestimable ayuda del destino, que quiso que los dos protagonistas se enamoraran en el mundo real y que Bogart permitiera que ocurriese.

Lauren Bacall tenía 19 añitos cuando empezó el rodaje y se amoldó perfectamente a todo aquello que le pidieron. Hawks afirmaba que hizo todo lo que le pidieron (hasta cantó una canción) a pesar de no tener la más mínima experiencia: “Estaba sumida en un trance de felicidad”. El director escribió escenas pensando en la actriz y en obtener de ella el mejor resultado posible. Hawks modeló para Bacall un personaje con el que extraer todo el potencial y el sex appeal de la joven actriz, ella lo interpretó a la perfección y se ganó el respeto y la confianza del equipo.

Marlene Dietrich acudió un día al rodaje y al verla actuar comentó a Hawks: “Sabes, esa soy yo hace veinte años”.

Y es que la actuación de Bacall es tanto más sugerente y embaucadora que real, parece rodeada de un aura intrigante a la vez que deja traslucir la situación precaria en que encuentra. Las miradas de enamorado y de deseo que le lanza Bogart no hacen sino acrecentar esa sensación de mujer inasible y terrenal a la vez. La química entre ambos estalla y sale de la pantalla, para disfrute del espectador.

Pasemos pues a hablar del gran Humphrey Bogart. La estrella que fue capaz de dejar que su compañera de reparto se adueñara de unas escenas, en las que él puso todo su talento interpretativo a disposición de ella con el único fin de realzar su papel. Y es que Humphrey era un hombre enamorado.

¿Qué podemos decir de Bogart que esté a la altura de su interpretación? Sobrio, insolente y convincente. El hombre duro que deja entrever su lado más tierno y humano cuando, aunque sólo sea por un momento, cae la máscara protectora que le recubre. Un hombre aparentemente frívolo y egoísta, pero que cuida tiernamente de su amigo borrachín y cae en las redes de la lucha por la injusticia. Bogart una vez más borda su papel.

Las relaciones entre director y actor siempre fueron buenas, se comprendían y respetaban. Hawks pensaba que Boggie era un actor infravalorado y que su ayuda fue imprescindible para conseguir lo que hizo con Bacall.

Los secundarios encabezados por Walter Brennan, que vuelve a componer para la ocasión uno de sus inolvidables personajes el entrañable Eddie (¿Te ha picado alguna vez una abeja muerta?), el matrimonio Bursac (Dolores Moran, Walter Molnar), el pianista Cricket (Hoagy Carmichael) y Gérard (Marcel Dalio) completan el estupendo reparto.

He dejado para el final los comentarios acerca del paralelismo entre esta película y “Casablanca” de Michael Curtiz. Me parece innegable su similitud en varios puntos, incluso su solapamiento argumental, así como el del papel de su protagonista masculino. Pero también quiero recordar su acercamiento a “Marruecos” (1930) de Jossef Von Sternberg en su inspiración para el papel de la protagonista femenina.

Tras esta breve revisión dejo los más jugosos comentarios para el cine fórum que queda abierto a partir de ahora, y en el que podremos desmigajar y sacar punta a escenas y diálogos que nos están esperando.

Un saludo amigos cinéfilos.