Ajustad la dosis de vuestro antidepresivo favorito porque
“La calumnia”, film con el que
cerraremos la programación dedicada a William
Wyler, es un drama de dimensiones épicas.
En esta película del año 1962 un Wyler que ya lo había conseguido todo en el cine vuelve a sus
orígenes con drama protagonizado por mujeres y rodado casi completamente en
interiores.
En él explora el poder de la calumnia. Ésta en manos de
ricos y poderosos provoca irremediablemente la ruina y la exclusión social de
los inocentes. También disecciona a una sociedad de valores corruptos que se
recrea morbosamente en la desgracia ajena y condena hipócritamente la
homosexualidad.
FICHA TÉCNICA:
AÑO: 1962. DURACIÓN: 104 min. PAÍS:
Estados Unidos.
Director: William Wyler
GUIÓN: Lillian Hellman. FOTOGRAFÍA: Franz Planer (B&N).
Director: William Wyler
GUIÓN: Lillian Hellman. FOTOGRAFÍA: Franz Planer (B&N).
MÚSICA: Alex North.
REPARTO: Audrey Hepburn, Shirley McLaine, James Garner, Miriam Hopkins, Fay Bainter, Karen Balkin, Veronica Cartwright.
REPARTO: Audrey Hepburn, Shirley McLaine, James Garner, Miriam Hopkins, Fay Bainter, Karen Balkin, Veronica Cartwright.
PRODUCTORA: United
Artists. GÉNERO: Drama. Homosexualidad.
SINOPSIS: Kathe (Audrey
Hepburn) y Martha (Shirley McLaine)
son dos maestras y amigas que dirigen un colegio privado de señoritas, ambas
ven arruinadas sus vidas, sus ilusiones y proyectos por un malintencionado
rumor, difundido por una alumna malvada y resentida, que las acusa de ser
amantes.
En esta sorprendente trama Wyler
después de los excesos de “Ben-Hur” y de “Horizontes de grandeza”
vira hacia el minimalismo del cine de autor. El director recupera la pieza teatral de Lilian
Hellman “The Children’s Hour” sobre la que ya había realizado
una primera versión en 1936 titulada “Esos tres” (“These three”). En aquella no pudo utilizar el trasfondo de la homosexualidad como motor de la película por
culpa del puritano código Hayes imperante en la época.
Apoyándose en las interpretaciones llenas de fuerza y credibilidad de Shirley
McLaine y Audrey Hepburn, consigue con apenas efectismos
estéticos, realizar no sólo una película llena de emoción y sentimientos,
sino una implacable crítica a la sociedad.
No puedo dejar de citar otros
tres personajes femeninos escalofriantemente bien recreados y determinantes en
el devenir de la película como son el trío formado por la nefanda niña Mary
Tilford (Karen Balkin), la estúpida srta. Lily Mortar (Miriam
Hopkinks) y la implacable abuela Tilford (Fay Bainter) que cual las tres parcas determinan el funesto final de las dos protagonistas.
Un DRAMA, un autentico dramón.Wyler sabe como nadie dejar recaer el peso del dramatismo en la interpretación de los actores. En este caso muy buenos actores. Es sorpendente ver actuar a Audrey Hepburn en un papel tan serio. Son escasas las ocasiones en que llena la pantalla con esa sonrisa encantador, el papel no lo requiere. La sonrisa de las comedias, como "Vacaciones en Roma" por ejemplo. Sin embargo, esta actriz da la talla en un papel poco habitual en ella. Shirley MacLaine,tan joven y creible, el espectador va intuyendo siempre un paso por delante de ella misma, lo que siente y va a ocurrir. Esa niña repelente lo hace estupendamente. Se trata de una crítica social dura y mordaz. Sólo Kathe sale indemne, limpia de toda esa hipocresía y morbosidad sociales, así entiendo la media sonrisa con que despide la película. Los demás apenas si son espectadores mudos del drama que han generado. El pretendiente, salpicado por su propia desconfianza, se esconde trás el arbol. Parece que todos la envidian.
ResponderEliminarComo dice un amigo gay, salir del armario es exactamente así.
Wyler consigue todo esto sin artificios, casi sin mover la cámara,a veces da la sensación de que esta está oculta trás el ojo de una cerradura. Me parece magnífica la labor del director. Sin embargo estos dramones no me hacen disfrutar tanto como yo quisiera de la película.
La calumnia es otra película que atesora muchos quilates cinematográficos.
ResponderEliminarLas interpretaciones, la realización, el guión y el espíritu de denuncia hacen de ella una gran película.
Wyler se resarce de su anterior versión sobre el mismo texto de Lilian Hellman en el que Samuel Goldwyn prohibió cualquier alusión al lesbianismo para evitar problemas con el código Hayes http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3digo_Hays .
Wyler convencido por Hellman (que sostenía que lo más importante de su libreto era explorar el poder de la calumnia en manos de los poderosos) tuvo que transformar la relación de Martha y Kathe en un triangulo amoroso de un hombre con dos mujeres (por separado, nada de menage a trois).
En esta segunda versión la historia cobra mayor riqueza, con la sobrecogedora interpretación de Shirley McLaine, que sufre por triplicado:
-Primero: Con la calumnia y con la perdida de todo por lo que había luchado.
-Segundo: Con el autodescubrimiento de su homosexualidad y de la calidad de sus hacia Kathe que la hacen sentirse culpable e indecente.
-Tercero: Con el descubrimiento de sus sentimientos automaticamente pierde esperanza de tener un futuro ya que Kathe no va a corresponder a ese amor sexual que ya no puede obviar.
Bien por Shirley que ha conseguido conmoverme profundamente con su interpretación.
Por cierto esta película es de las que justifican los malos tratos infantiles. La niña se hace completamente odiosa.
ResponderEliminarSiempre me han dado escalofríos estos papeles de los "niños fatales", sobre todo en un contexto de realidad como en esta película.
Mi momento favorito de la película es el de la salida del armario de Martha.
ResponderEliminarEs impresionante.
Como toma conciencia de la naturaleza de sus sentimientos hacia Kathe, le parecen inadmisibles y reconoce en ellos el motivo por el que se han visto calumniadas. Y como se culpa, se culpa de arruinar la vida de su amada y se culpa por ser "anormal".
(SPOILER) Como gota que colma el vaso y que la arrastra al suicidio está el sentimiento de que después de todo esto ya no hay futuro para ella, ya que si a pesar de todo fuese correspondida por Kathe, todo lo podrían superar juntas. Pero Martha sabe que eso no va a ocurrir y esto hace que su vida carezca de esperanzas y de sentido.
por alusiones a david tambien es para mi la escena mas importande de lapelicula
ResponderEliminary tengo dudas de la correcciion de mi propio comentaria sobre la sonrrisa final tras ver otra vez esta ultima escena
Bueno, mi escena favorita es también la de la salida del armario. Sin embargo me gustaría comentar el momento en que la abuela acude al colegio y ve confirmadas sus sospechas al oir la charla despiadada de la vieja tia chiflada. La cara de la abuela es todo un poema. Se reflejan la incredulidad, el miedo, el "horror" ante semejante "crimen", y todo ello sin decir una palabra. Enlazando con esa escena vemos después aquella en que las dos protagonistas y el pretendiente acuden a casa de la niña demonio,a demostrar infructuosamente su inocencia.Es el momento en que culmina la intriga que se estaba gestando y que acarreará tantas desgracias a personas inocentes. El caso es que Shirley MacLaine se suicida porque se cree culpable, no inocente. Culpable de ser como es, culpable de haber arruinado la vida de su amor. Además por supuesto de no querer vivir siendo consciente de lo que "es", y sin poder tener nunca al objeto de su deseo
ResponderEliminarImpresionante, me que quedado sin respiración.
ResponderEliminarHe de reconocer que no soy objetivo: Soy homosexual.
Para mí esta película esta aún candente, el tema es actual, pero no por el argumento principal sino porque plantea algo que para mí y prácticamente la totalidad de los homosexuales docentes ¿Cuántos homosexuales conocéis que su profesión sea docente de menores de edad? Es el único caso en el que entiendo la no “salida del armario”, yo como gay liberado y asumido en todos los ámbitos sigo teniendo respeto y escrúpulos cuando trato con menores ya que en estos casos el común de los mortales engloba o mantiene afines los términos homosexualidad y pederastia.
Esta película por suerte no plantea la pederastia, pero juega con la homosexualidad en un educador, por lo que saltan todas las alarmas.
Por otro lado, nunca antes había visto tan bien reflejado el sentimiento de ser gay antes de salir del armario, todo el proceso explicado en una secuencia. Es impresionante. Primero se define como diferente, pero no lo quiere aceptar por el mero hecho de no ser excluida del grupo sin más. Después empieza a identificar la rareza y es más espeluznante aun, pues la rareza no solo la excluye del grupo sino que además la estigmatiza. Después la negación, y por último, la salida del armario.
Creo que no respire ni una sola vez en toda la secuencia.
Y ni decir tiene que el final no me lo esperaba ni por asomo, vaya lección moralizante, aquí sí que la película esta desfasadísima.
Como es lógico y acorde a la moral progre de la época, la única salida digna de la lesbiana era la muerte. Yo como me deje llevar por la pasión y por la experiencia propia creí que con la salida del armario, comenzaría a ser feliz… pobrecilla.
La amiga que por un momento parece que le va a dar un beso, incluso todo apunta a que Kathe largando al novio, prepara el camino para vivir con Martha, y zas.
Y la última escena es durísima. Kathe, por supuesto altiva, porque entre todos han matado a su amiga, que en el fondo merecía morir, pero solo ella lo sabe.
No entiendo lo que quieres decir con estas dos frases:
ResponderEliminar"Como es lógico y acorde a la moral progre de la época, la única salida digna de la lesbiana era la muerte."
"Kathe, por supuesto altiva, porque entre todos han matado a su amiga, que en el fondo merecía morir, pero solo ella lo sabe."
Explicalas un poco, gracias.
Intuyo que el final feliz para tí hubiera sido que ambas fueran homosexuales.¿Acierto? Pero Kathe no lo es, y no puede comportarse como tal. Se acerca a su amiga para manifestarle su cariño y su apoyo a pesar de saber ya en ese momento que la otra es homosexual. Su reacción podría haber sido de horror (al igual que el del resto de la sociedad) y haber huido de Martha. El mensaje de la peli, está ahí precisamente, en que la homosexualidad no es censurable. Vemos como la censura la lleva a la muerte, no hay nada bueno en ello.Su amiga no merecía morir,ella a perdido a la persona que más quería.Bien,¿que te parece mi opinión?
ResponderEliminarPOR ALUSIONES, LA FRASE DE SENGUN LA MORAL DE LA Época..., ME REFIERO, QUIZA EN CIRCULOS SOCIALES LIMITADOS HE INTIMOS hubiera quien estaba fuera del armario, pero pública y notoriamente reconocidos como es el caso de la peli, no existían homosexuales. Así que una vez fuera del armario de esta forma tan salvaje no es posible la existencia, y la única salida digna es la muerte.
ResponderEliminarY la segunda frase:
Tola la presión social, moral, económica... a la que han sido sometidas, las ha puesto al límite más extremo, y para mas vuelta de tuerca, su amiga que es su único apoyo, también le sale rana, ya no hay salida, aunque no la refleje en el film si lo piensas, ahora sí que no tiene, solución, menos mal que a la colega le da por suicidarse.
Esta aliviada, porque ahora, si, realmente puede empezar una nueva vida libre de toda culpa y sin la absolutamente insoportable, implanteable carga de su amiga lesbiana
Toda la película está basada en la injusta acusación, tanto por lo injusto, como por lo monstruoso y antinatural de la acusación, el absoluto asombro, la estupefacción de que alguien pueda pensar algo así de ellas
Imagínate horrorizada por el escándalo que dicen menuda monstruosidad, y resulta, que va y lo peor del mundo mundial es verdad, al menos en parte
Imaginaros la liberación no solo es de lo que dicen que han hecho, sino que además, se ve liberada de la verdad.
y si , estoy deacuerdo con la interpretacion que hace cristina de lo que digo, la contratare como traductoraa jejejejej