“Los norteamericanos sólo han creado dos formas de
expresión artística genuinas: el western y el jazz; es curioso como los propios
norteamericanos han dejado de apoyarlas.”
Clint Eastwood
Esta extraordinaria
película sobre la vida del mítico saxofonista Charlie Parker supone la culminación del fervor por la música jazz de su director. Eastwood, pianista y gran amante del country, el blues y el jazz, se
implica artística y emocionalmente,
hasta las últimas consecuencias, en el abordaje de la figura genial y
patética de uno de sus músicos favoritos. Fruto de esa pasión y del
extraordinario trabajo de su protagonista, Forest
Whitaker, Clint Eastwood
consigue con “Bird” su primera obra
maestra como realizador, un brillante retrato cinematográfico que huye de la
mitificación y se centra en la música y en lo humano.
FICHA TÉCNICA: BIRD
AÑO: 1988. DURACIÓN: 161 min. PAÍS: Estados
Unidos.
DIRECTOR: Clint Eastwood.
GUIÓN: Joel Oliansky.
MÚSICA: Lennie Niehaus. FOTOGRAFÍA:
Jack N. Green.
REPARTO: Forest Whitaker, Diana Verona, Michael
Zelnicker, Samuel E. Wright, Keith David, Michael McGuire, James Handy, Damon
Whitaker.
PRODUCTORA: Warner
Bros, Malpaso. Productor: Clint Eastwood, David Valdés.
GÉNERO: Drama.
Biopic. Jazz.
SINOPSIS:
Reconstrucción de la vida de la leyenda del jazz
Charlie “Bird” Parker, desde sus
orígenes en una aldea sureña hasta su consagración como figura del bebop y renovador del jazz en los años cuarenta. Parker, de raza negra, se casa con
Chan Richardson, una mujer blanca muy adelantada a su tiempo ligada al mundo de la música
y el espectáculo desde su infancia.
Ya en la cumbre de
su carrera la adicción al alcohol y a la heroína del saxofonista hace que
pierda importantes contratos; su salud está devastada y su carrera hundida.
En marzo de 1955 Parker fallece a los 35 años de un
ataque al corazón mientras veía la televisión.
Tras ejercer dos
años como alcalde de la ciudad costera de Carmel (California), en los que dejó
de interpretar y dirigir películas, Clint
Eastwood decidió retomar la actividad cinematográfica. Para tal empresa el
protagonista de “Harry el Sucio”
repescó un guion firmado por Joel Oliansky sobre la vida de Charlie Parker. El guion, basado en las memorias de la viuda del músico Chan Parker, llevaba varios años
circulando de estudio en estudio e Eastwood
pudo conseguirlo para su productora Malpaso
gracias a un intercambio de derechos cinematográficos.
El productor Ray Stark era el propietario de los
derechos sobre el guion y pretendía hacer con los mismos una película de alto
presupuesto financiada por la
Columbia e
interpretada por el cómico negro Richard Pryor. La tibieza con la que el estudio acogió la propuesta de Stark hizo que este decidiera
deshacerse del guion de “Bird” a
cambio de los derechos que le ofrecía Eastwood
sobre el thriller “Revenge”.
Gracias a este
trueque Clint Eastwood dispuso de los
cimientos necesarios para dirigir una película que versaría sobre la figura de
uno de sus mayores héroes musicales.
Ya comenté en el
encabezamiento la fascinación que la música popular americana, en casi todas
sus vertientes, ejerce sobre el actor y director. Esta vena melómana, que ya
había dado sus primeras señales de existencia en trabajos tan interesantes como
“El Aventurero de Medianoche” (1982)
y “Escalofrío en la Noche ” (1970), fue determinante para que Clint apostase por la delicada tarea de
realizar un biopic.
“Siempre me he sentido fascinado por los
músicos: El honky tonk era una especie de arquetipo de
los cantantes de folk y country. Pero adoro a los jazzmen desde hace tiempo,
Lester Young, Count Basie…Hoy los jóvenes sólo conocen el rock y no el jazz. Es
una lástima.”
Esta implicación
personal hace de “Bird” uno de los
proyectos más ambiciosos desde el punto de vista artístico en la carrera de Eastwood director; una película imprescindible
para situarse entre la élite de los realizadores cinematográficos
contemporáneos.
“Bird” es su sincero homenaje al músico y al
propio jazz.
Sin embargo esta
admiración no deslumbra a Eastwood,
que concede una importancia similar a la faceta humana del genio, con sus
debilidades y miserias. Evitando mitificar pero también moralizar, Eastwood elabora el retrato de un
antihéroe (que posteriormente repetirá en muchas otras películas), de figura
roída por demonios interiores que pese a sus destellos de grandeza siempre
acaba perdiendo. Unos personajes que, como el propio Clint Eastwood, beben del cine del maestro John Huston.
“Si Charles Parker no hubiese muerto tan joven, todavía
actuaría. Esta es sin duda la última lección del jazz, saber que robas el
protagonismo a los otros cuando mueres. Le descubrí en seguida, sus discos me
parecieron grandiosos, Parker fue un revolucionario del arte del saxofón. Pero
también me interesé en el hombre, por sus relaciones, por lo que le hacía
vibrar y por lo que le daba la inventiva... He querido hacer peli sobre Bird,
su misterio, sus debilidades, sus mujeres, la droga (no es un film antidroga,
aunque si los espectadores lo perciben así tampoco me sentiré contrariado) el
alcohol y, sobre todo, su genio.”
La realización de “Bird” supone uno de los mayores logros
artísticos en la carrera de su director. La película está construida en torno a
las relaciones entre Parker, su
esposa Chan y la música. Los
diálogos y los recuerdos se ven complementados con actuaciones musicales, que
apuntalan la unión indivisible entre vida personal y profesional, entre el
hombre y el genio.
La estructura
narrativa, inspirada en las partituras jazzísticas, hace gala de una marcada
atemporalidad y en ella confluyen múltiples flashbacks
integrados entre sí.
Eastwood juega con
la complicidad de sus espectadores,
confiándose a su inteligencia, trazando un buen número de elipsis narrativas
bidireccionales que marcan el ritmo y potencian la simbología de la trama.
La iluminación en
casi toda la película es baja y la fotografía de Jack N. Green es sombría. Esta oscuridad también responde a
intereses artísticos ya que actúa como metáfora de la perspectiva tétrica que
el protagonista posee de su propia vida, unas sombras que sólo se apaciguan
cuando los focos le iluminan en el escenario.
Como no podía ser
de otra forma la música juega un papel fundamental en “Bird”. Para llevar la música de Parker a la película, Clint
obró con el mismo rigor con el que había abordado la documentación sobre su
persona. Para ello contó con la inestimable colaboración de su viuda, Chan Parker, que entregó a Eastwood gran número de grabaciones
inéditas de solos del jazzmen.
Lennie Niehaus, el compositor habitual de sus películas,
se encargo de integrar estos solos convenientemente vestidos por músicos de
sesión (entre los que estuvo el auténtico Red “Albino Blanco” Rodney), con
grabaciones de diferentes actuaciones de los grupos en los que formó Parker. El resultado es tan auténtico
como fascinante y hace que la banda sonora sea un auténtico regalo para los
aficionados en forma de temas inéditos.
Forest Whitaker era un desconocido cuando Eastwood le ofreció su primera gran
oportunidad con esta película. Whitaker
había trabajado en pequeños papeles en algunas películas de éxito, como “El color del Dinero” (1986) de Martin Scorsese o “Platoon” (1986) de Oliver Stone, pero nunca se había metido en la piel
de ningún protagonista.
El actor americano
consigue una interpretación soberbia, mostrándonos las diferentes facetas de un
hombre, frágil, sensible y lleno de encanto, que es incapaz de conservar
aquello que ama por culpa de sus propias debilidades. Y a la vez la del genio
intuitivo que sólo consigue plasmar adecuadamente sus emociones y sentimientos
a través de su música.
Al final de la
película, Whitaker convierte a su
personaje en una figura patética y vapuleada; un fantasma destrozado físicamente,
excluido del mundo de la música e incapaz de refugiarse en su familia, que vaga
por la ciudad oscura hasta encontrase con su temprana muerte.
Diana Verona es la encargada de dar la réplica a Whitaker interpretando a la esposa del
músico. Verona nos brinda una
composición compacta y coherente, ya sea como la joven independiente entusiasta
de la nueva música, al comienzo de sus relaciones, como la de la esposa-madre
tolerante en la que Charlie siempre
encuentra refugio. Su personaje destila, además de comprensión, amor y firmeza,
una visión preclara de la indivisible naturaleza de su hombre como genio y
personaje maldito.
En “Bird” Clint Eastwood apuesta por la consecución de unos objetivos
artísticos y emocionales dejando de lado la vertiente comercial, el hecho de
que el propio Eastwood no apareciese
en la nómina de intérpretes es buena muestra de ello, en consecuencia la
película obtuvo unos resultados discretos en taquilla y unas magníficas
críticas.
“Bird” no es sólo una de las mejores películas
sobre la música jazz de la
cinematografía mundial, sino uno de los biopics
más exquisitos que jamás se han realizado sobre la vida de un artista.
Gracias a esta
película Eastwood obtuvo el
espaldarazo definitivo como director, algo que quedaría corroborado con sus
triunfos en los Globos de Oro y en
el Festival de Cannes de ese mismo
año. “Bird” es, sin duda, la primera obra maestra del director contemporáneo más clásico del cine americano, con
ella alcanza una de las cotas más altas de su cine e inicia una serie
extraordinarias películas en las que afianzará sus señas autorales y con las
que cosechará extraordinarios resultados.
Y que mejor reclamo
para animaros a revisar “Bird” que
dejaros con la música de Charlie Parker.
Si amáis el jazz y el cine no podéis perdérosla.
Las elipsis del inicio del filme, en las que se muestra el crecimiento físico y musical de Parker, son en verdad magistrales. Desde un punto de vista narrativo, se trata del filme más complejo de Eastwood. En fin, espero dedicarle pronto en mi blog una reseña a esta tenebrista obra maestra.
ResponderEliminarUn abrazo.
El caso es que nunca te sientes incómodo ni muy desorientado con el cruce de flashbacks por dos motivos: por lo bien llevada que está de la historia (que pese a ser dramática destaca por su naturalidad y nunca se regodea en los contenidos dramáticos)y por la habilidad de Eastwood a la hora de retomar los cabos sueltos con brillantes metáforas visuales.
ResponderEliminarMe parece estupendo que le dediques una reseña a esta magnífica película, no puede faltar en casa de un amante del cine de tío Clint como tú, espero con impaciencia leer esa entrada.
Un abrazo.
Es una película que se podría ver con los ojos cerrados y los oídos muy abiertos. Valga la metáfora para señalar el inmenso placer que produce escuchar esa banda sonora. Si además abres los ojos puedes adentrarte en las profundidades de una mente prodigiosa enturbiaba por el alcohol y las drogas y que destella de fulgor y excelencia cuando la música se adueña de ella. Claro que más bien debería decir que la música siempre está presente y que nos llega cuando en esas escenas oscuras y tenebristas en las que Bird se convierte en música.
ResponderEliminarLa fotografía oscura, que a veces te resulta incómoda, es muy importante en la película. Partiendo de la base de que el jazz es una música nocturna que adquiere su máxima expresión en la oscuridad del club, con los espectadores engullidos por la sombra y los artistas en escena iluminados por los focos.
EliminarDespués la iluminación baja actúa de forma metafórica ya que capta la oscuridad del personaje (no es un chiste racial fácil) y la percepción que el mismo tiene de su vida.
Forest Whitaker está más que espléndido, su simbiosis con el personaje es mucho más que convincente. Es un actor que me gusta mucho, tiene un algo humano y tierno, como un niño pequeño al que hay que proteger. Y eso es lo que hace su mujer Chan. Clint tuvo la inestimable ayuda de la verdadera Chan para hacer su película.T
ResponderEliminarPues sí Whitaker es un actor de esos a los que los papeles complejos le sientan como un guante, sin caer en histrionismos de ningún tipo. "Juego de Lágrimas" y "Ghost Dog" son otras dos buenas películas con las que siempre relaciono a este hombretón.
EliminarY sí , desde luego, que es un actor que tiene algo de niño grande.
Y Diana Verona, también está muy bien, es curioso que esta mujer haya hecho tan poca carrera, en Bird apuntaba maneras para convertirse en un proyecto de musa indie para los 90´s.
Un post excelente David.
ResponderEliminarAlgunas escenas son demasiado oscuras, casi no se ven no resulta cómodo para mi como espectadora.
ResponderEliminarMe parece una obra extraordinaria. Con una historia de amor de las que dejan huella. Diane Venora está espléndida. Y la evolución de la relación es compleja y rofunda, sensual al comienzo, con swing, y posteriormente apegada al drama.
ResponderEliminarSe tocan muchos temas y el film deja satisfecho tanto al amante del jazz como al del biopic.Incluso añadiria más, al amante del buen cine.
Y coincido respecto al trabajo fotográfico,muy estudiado, trabajando con lassombras y la penumbra como elemento dramático.Una obra excelente.
Solo discrepo amistosamente respecto de una cuestión, que lógicamente es subjetiva. A mi no me parece que esta sea la primera gran obra de Clint. Admiro como una de sus grandes películas "el fuera de la ley", en ocasiones un tanto olvidada.
Por lo demás,excelente traer al recuerdo esta pieza de orfebrería. Un abrazo
Bueno Victor, reconozco a "Outlaw Jossie Walles" como una de las grandes películas de Clint.
EliminarYo que soy eastwoodniano la incluyo en el top ten de mis películas favoritas del director, pero aún así creo que Bird está artísticamente un peldaño por encima del excelente western, por eso en la entradilla le otorgo el calificativo de obra maestra.
Aunque si te he de ser sincero confesaré que la epopeya de Walles la he visto al menos el doble de veces que la de Charlie Parker... por algo será.
Un abrazo.
Me alegra mucho ver como se reconoce esta portentosa película de Eastwood. Muy olvidada, demasiado, solo nos acordamos de ella cuando alguien la nombra, o la analiza de la manera tan estupenda que has hecho.
ResponderEliminarAparte de la sensacional dirección de Eastwood, creo que tiene uno de los mejores guiones de toda su filmografía, lleno de jazz, alcohol, droga, rebosante de drama en donde el gran actor Whitaker realiza la mejor interpretación de su carrera.
Un abrazo.
Es cierto que siempre que pensamos en los grandes films de Eastwood como director no venimos un poco más adelante en el tiempo: Sin Perdon, Los puentes de Madison, Mistyc River, Million Dollar Baby y Gran Torino.
EliminarPero es en los 80 (con El jinete Palido y con Bird)cuando Eastwood da el gran salto hacia el Olimpo de los realizadores americanos.
Y otro aspecto que me gustaría reseñar y que viene al hilo de tu comentario es la forma excelente con la que Clint maneja asuntos tan peliagudos como la drogadicción de Parker o la muerte de su hija. Es ejemplar como maneja los contenidos dramáticos, sin caer en manipulaciones de ningún tipo, consiguiendo emocionar sin que nos atrevamos a realizar juicios de valor sobre los personajes. Al menos ese es mi caso, ya que el personaje de Parker despierta compasión y admiración a partes iguales y el de su esposa admiración y respeto.
Muy grande esta peli.
Un abrazo.
Aunque ya lo comentas en la cabecera lo de Eastwood y el Jazz ya viene desde su primer film "Play Misty for me". A mi Bird me parece uno de los mejores Eastwood, por el que se suele pasar de puntilllas, a mi me gusta entre otras muchas virtudes porque amo a Parker, el músico. En la sesión de documentales de Scorsese y el Blues, hay uno dirigido por Eastwood que es una gozada, hablando de los grandes pianistas de la historia del Jazz (Ahí me agarró con Oscar Peterson) muy recomendable. Además hay un disco DVD homenaje, titulado Eastwood on Eastwood, un homenaje que el mundo del Jazz le brinda al director en el Carneggie Hall, en Nueva York, en los años noventa, ni que decir tiene que tambíen es indispensable si te gustan ambos, además el propio Clint interpreta un par de canciones aporreando las teclas.
ResponderEliminarExcelente entrada.
Roy
Gracias Roy, me pasa como a ti, que amo el cine de Eastwood tanto como el jazz; corolario: Bird es una obra maestra.
ResponderEliminarLa pasión musical le viene de lejos a tío Clint, ya cuando hacía Rawhide (la serie de TV gracias a la cual le descubrio Leone) tocaba la guitarra y cantaba. Y esta vena melómana le ha acompañado durante toda su carrera (por eso las BS de sus pelis son tan buenas) pero es a partir de Bird cuando Clint se vuelca en la producción de documentales y películas dedicados al jazz, te dejo tres titulillos:
-Thelonius Monk: Straight no Chaser (1989)
-Monterrey Jaz Festival: 40 legendary years (1998)
-Piano Blues (el que comentas para Scorsese) (2003).
Un abrazo.
De Whitaker diría también Juego de lágrimas. Me parece un gran actor. En Ghost dog, de Jim Jarmusch está estupedo.
ResponderEliminarNo soy muy de biopics, pero la esta de Cllint Eastwood la pones demasiado bien como para no darle una oportunidad. Ya había oído hablar muy bien de ella.
Excelente, David.
Entre lo mejor de Whitaker se me olvidó citar otra gran interpretación, la que hace de Idi Amin, en la estupenda "El último Rey de Escocia". Gran peli, si algún día dedicamos este espacio a un miniciclo "cine y medicina", no lo dudes, caerá.
EliminarUn abrazo y gracias
Como amente de Clint Eastwood y el jazz me has tocado la fibra.Es una pena que sea una de las cintas que pasa de largo la gente en su filmografía. Además, para mí Charlie Parker es el más grande. Gracias por tu regalo.
ResponderEliminarUn saludo.
A mi también me gusta Parker como intérprete, pero tengo que confesar que mi corriente jazzistica favorita no es el bebop sino el cool. Y el gran monstruo del jazz ante el cual caigo de hinojos, cada vez que pincho uno de sus discos, no es otro que Miles.
EliminarUn saludo
Magnífica entrada, David, con el colofón de los videos del auténtico Bird, músico que siempre me ha encantado. No he vuelto a ver la película desde el estreno. La tengo en la estantería, pero hasta ahora no he tenido el impulso de volver a dedicarle una jazz session. Bueno, pues el impulso lo recibo ahora de tu post.
ResponderEliminarLa recuerdo muy oscura, sórdida y deprimente. Acaso como exige el guión...
De todos modos, creo que una revisitación (la prueba del paso del tiempo y de la calidad) la ganará el bueno de Eastwood.
Salucines
Me alegro mucho Fernando, el hecho de que mis líneas sirvan para que desempolves esta magnífica cinta de Eastwood de tu estantería ya justifica el esfuerzo de haberlas pensado y redactado.
EliminarCreo que con la revisión, como suele ser habitual, paladearas un buen puñado de matices que se perdieron en el tiempo. La cinta efectivamente es oscura, visual y conceptualmente hablando. Pero el bueno de Clint tiene el tacto y el talento suficientes como para no hacerla sórdida ni excesivamente deprimente. Y aunque toca temas muy duros siempre lo hace dándonos (a los espectadores) una cierta distancia, de tal forma que nunca te sientes manipulado en tus emociones, aunque por momentos te emociones (valga la redundancia).
Otro acierto de Eastwood es el evitar la sordidez en la puesta en escena, en ningún momento nos muestra escenas explícitas relacionadas con la droga, el alcohol o la enfermedad mental. Y el ambiente nocturno (lúdico) de los clubes nocturnos de los años 40, pese a su oscuridad, rezuman buenas vibraciones.
En fin, que no es tan fiero el toro como lo pintan; y teniendo en cuenta que artística (interpretaciones) y estilísticamente (realización) la peli es una auténtica gozada, no creo que te vayas a arrepentir de revisarla.
Salucines
Esa siempre me ha parecido, desde su estreno, una película poco comercial porque contiene tal cantidad de música que ahuyenta a quienes no saben degustarla y se les atraganta por exceso de bebop.
ResponderEliminarPor otro lado, el personaje y la música son un anzuelo infalible para el aficionado a la música, que, si coincide con la cinefilia, irremediablemente se rendirá al arte de Eastwood que sabe filmar de una forma muy acorde a la fórmula musical del propio artista que retrata, aunque, la verdad, jamás me ha parecido que Bird (que viene de Yardbird, mote aplicado por Dizzie Gillespie) sea un biopic al uso.
La tengo muy reciente, David, porque le dediqué cuatro líneas en junio pasado y todavía la siento en la piel...
Un abrazo.
Tengo que leer esa entrada Josep, ahora no tengo tiempo par hacerlo con mesura, pero seguro que esta tarde encuentro un huequito.
ResponderEliminarYa que entras en lo del mote de Yardbird, ¿es cierto que Dizzy le puso ese mote por la desmesurada afición que sentía Charlie hacia el pollo frito?
...esto me sugiere una estremecedora asociación con el horrísono Ramoncín. :)
Un abrazo, te respondo más amplia y seriamente esta tarde.
He leído B de Bebop y veo que nos movemos dentro de la misma melodía, y aunque nuestras variaciones no sean idénticas, el sonido final es el mismo.
EliminarUn abrazo
Un consejo a propósito de Bird a modo de programa doble cine-literatura; después de visionar esta película estoy seguro de que disfrutareis al mismo nivel leyendo el relato de Julio Cortázar "El perseguidor". Es este uno de los relatos más logrados del autor de "Rayuela", que era un gran fan del jazz, y que está inspirado en las andaduras de Charlie Parker en París (Cortázar usa el alter ego de Johnny Carter).
ResponderEliminarAprovechando las minivacaciones en París me llevé un libro de relatos de Cortazar para digerir las horas de avión y esperas en aeropuertos en el que estaba "El Perseguidor". Conexión Bird-París-El Perseguidor, más ad hoc imposible.