martes, 15 de mayo de 2012

CASABLANCA II


En el rodaje de “Casablanca” participaron personas de 34 nacionalidades distintas, si excluimos a los norteamericanos, el nutrido grupo restante estaba formado principalmente por europeos emigrados a Hollywood en busca de fortuna, que desde el otro lado del Atlántico veían como sus países padecían la guerra y el terror nazi. Húngaros como Michael Curtiz o S.Z. Sakall, franceses como Madeleine LeBeau o Marcel Dalio, rusos como como Leonid Kinsky o Gregory Gaye, checos y eslovacos como Paul Henreid y Peter Lorre, suecos como Ingrid Bergman, británicos como Claude Rains y Sydney Greenstreet e incluso alemanes como Conrad Veidt
Todos ellos tenían algo en común, habían dejado en casa seres queridos que ahora padecían y estaban en peligro; familiares y amigos que luchaban y resistían, o bien, eran perseguidos y morían en los campos de exterminio.
La épica secuencia de la Marsellesa capta la emoción que se vivió en el estudio durante su rodaje, lágrimas auténticas se mezclaron con los emotivos compases. Los exiliados de “Casablanca”, símbolo de una Europa desgarrada, se levantaban heroicamente contra el terror fascista. Ahora ya no luchaban solos, a su lado estaba Rick (Humphrey Bogart), el nuevo y oportuno símbolo del norteamericano posterior a Pearl Harbor; duro pero comprensivo, escéptico pero idealista, dotado de una ironía nacida de la experiencia pero dispuesto a luchar de nuevo por una causa justa. Un aliado de peso y un enemigo letal en potencia.



FICHA TÉCNICA: CASABLANCA.
AÑO: 1942. DURACIÓN: 102 min. PAÍS: Estados Unidos.
DIRECTOR: Michael Curtiz.
GUIÓN: Julius y Philip Epstein, Howard Koch y Casey Robinson. MÚSICA: Max Steiner.
CANCION “As time goes by”: Herman Hupfield. FOTOGRAFÍA: Arthur Edeson (B&N).
REPARTO: Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Paul Henreid, Claude Rains, Conrad Veidt, Sidney Greenstreet, Peter Lorre, Dooley Wilson.
PRODUCTORA: Warner Bros. Productor: Hal B. Wallis.
GÉNERO: Drama Romántico. Thriller. II Guerra Mundial.


SINOPSIS: El líder de la resistencia Victor Laszlo llega a Casablanca con su esposa Ilsa huyendo de una Europa ocupada por los nazis. Su perseguidor, el mayor Strasser de la Gestapo, aliado con el capitán Renault de la policía colonial francesa tiene por misión retenerle indefinidamente en la ciudad norteafricana, evitando su partida hacia Norteamérica.
El azar reunirá a Ilsa con Rick. Un norteamericano, dueño de un populoso club nocturno, con el que mantuvo un fugaz pero intenso romance en los días previos a la ocupación alemana de París.




Para el primer día de rodaje el escenario era París; Rick, Ilsa y Sam al piano tomaban champán en un café mientras planeaban dejar la ciudad. Fuera de plano Elliot Carpenter, el pianista del estudio, tocaba “As time goes by” ya que Dooley Wilson era batería y no sabía tocar el piano. 
Las fechas apremiaban y sólo Bergman, Bogart y Wilson estaban bajo contrato, así que no quedaba otra que comenzar a rodar con ellos el largo flashback parisino que describía la historia de amor entre Rick e Ilsa en los días previos a la ocupación.
Las escenas fueron escritas por Casey Robinson sólo cuatro días antes de ser rodadas y Howard Koch las consideraba innecesarias, pero para Curtiz el origen del romance era esencial. Así que se les dio el visto bueno y encargaron a los Epstein que pulieran los diálogos. 
Escuchemos a Koch: “Las diferencias entre nosotros eran principalmente un problema de énfasis. Mike se inclinaba por los elementos románticos de la historia, mientras que yo estaba más interesado en las intrigas políticas, mostrando como el mundo se enfrentaba al fascismo. Sorprendentemente, estos enfoques tan diferentes encajaron de algún modo y tal vez esta guerra particular entre Mike y yo fue lo que le dio al film cierto equilibrio”.
Los Estudios Warner de Burbank iban a alojar todo el rodaje, estas escenas parisinas se filmaron entre la “French Street” del estudio y los decorados de “La Extraña Pasajera”. El café de Rick, lugar en el que discurre la mayor parte de la película, se construyó en el plató nº 8. 
Las únicas tomas en exteriores, correspondientes a la llegada del mayor Strasser a Casablanca, se rodaron en el viejo Aeropuerto Metropolitano de Los Angeles




El resto de los actores se incorporó progresivamente al rodaje conforme iban cerrándose sus contrataciones. Claude Rains, protagonista entre otras de “El Hombre Invisible” (1933), “Robín de los Bosques” (1938),  “Encadenados” (1946), compondría un inolvidable capitán Renault, su personaje más recordado. Conrad Veidt, “El Gabinete del Dr. Caligari” (1920), “Las Manos de Orlac” (1924), “El Espía Negro” (1934) uno de los actores más importantes del expresionismo alemán, expatriado por su condición de demócrata y esposo de una mujer judía, se haría cargo del mayor Strasser, el malvado y sofisticado impersonator de la amenaza hitleriana. Peter Lorre, “M el Vampiro de Dusseldorf” (1931), “El Hombre que Sabía Demasiado” (1934), “Arsénico por Compasión” (1944), especialista en personajes siniestros, untuosos  y amorales compondría al contrabandista Ugarte. Sydney Greenstreet, el célebre gordo de “El Halcón Maltés” (1941), encontraba un personaje apto para su talla en Ferrari, dueño del “Loro Azul” y capo del mercado negro.
El último en acercarse al café de Rick fue Paul Henreid, encargado de interpretar a Victor Laszlo, que se incorporaba al rodaje un mes después de su comienzo debido a los retrasos sufridos en “La Extraña Pasajera”, película que coprotagonizaba  junto a Bette Davis en el momento de firmar para “Casablanca”.






El mérito de reunir aquel maravilloso equipo de actores perteneció a Steve Trilling, director de casting de Warner, que se encargó de negociar para Wallis la contratación del elenco. Los contratos de estos secundarios de lujo oscilaban entre los 3000$ y los 5000$ semanales, algunos cobraban más que el propio Bogart, unos salarios elevados que hacían que Wallis aumentara las presiones sobre el equipo de guionistas, para que escribiesen a buen ritmo las nuevas escenas a la vez que Curtiz rodaba las ya existentes.
Las frases que ahora nos resultan tan familiares fueron naciendo poco a poco durante las semanas en que siguió revisándose el guion: “Te dije que no tocaras esa canción”, “Hay barrios en NY a los que yo le recomendaría que no se acercara”, “De todos los bares en todas las ciudades tiene que entrar en el mío”… Para los miembros del equipo aprender, descartar y aprender nuevos diálogos llegó a convertirse en un ritual diario, haciendo que la paciencia de todos se estirase hasta el límite.

El papel de Rick era el más largo y las molestias que generaban los continuos cambios en el diálogo, además de las habituales e inevitables discusiones con el temperamental Michael Curtiz acabaron por quebrar la paciencia de un actor tan profesional como Humphrey Bogart.
El actor, veterano de los cambios de guion en el plató, permaneció las primeras semanas en calma, jugando al ajedrez en los descansos  y aprendiéndose las escenas recién salidas del horno antes de empezar el rodaje del día. 
Bogart, que ya había trabajado en cuatro ocasiones previas con Curtiz, conocía su manera autocrática de dirigir un rodaje y procuraba encajar con frialdad los desplantes del húngaro. 
Según Leonid Kinsky, Humphrey Bogart hizo gala de gran profesionalidad y compañerismo en todo momento a pesar de sus desavenencias con el director: “Siempre tenía tiempo para los habituales comentarios entre las tomas o para ayudar a novatos como Joy Page… Cualquiera que piense que Bogie no trabajaba sus papeles esta muy equivocado. Nunca interpretó nada sin reflexionar con seriedad sobre todas las frases del personaje que encarnaba”.
En las últimas semanas de rodaje, cuando las continuas reyertas con el director crispaban a Bogart, se limitaba a largarse del set de rodaje dejando al húngaro con un palmo de narices después de dejarle bien claras sus opiniones.






Ingrid Bergman no tardó en ganarse con su encanto a todos los miembros del equipo, hasta Michael Curtiz, tan duro y caprichoso con los actores, cayó rendido ante su hechizo y la llamaba su “chica navideña”, probablemente porque la sueca tenía el aspecto de ser algo que a uno le gustaría que le regalasen por Navidad.
Pero Ingrid era mucho más que una cara bonita, era también una actriz muy profesional y antes del rodaje se dedicó a estudiar la forma de interpretar de Bogart visionando una y otra vez “El Halcón Maltés”. Consciente de su falta de experiencia, la perspectiva de trabajar con un actor consagrado como Bogart la ponía nerviosa, de ahí su preocupación por ofrecer una réplica interpretativa a la altura de su pareja.




La principal diferencia entre ambos protagonistas, además de la altura esta vez física, se apreciaba en sus respectivas maneras de enfocar las escenas románticas. Bergman se dejaba ganar por la calidad romántica de sus papeles y no le gustaba marcharse del estudio seducida por la fantasía de sus escenas. Por el contrario a Bogart, las escenas de amor resultaban más molestas que agradables tal y como confesó en una entrevista: “No me gustan, quizás porque no las hago muy bien. En este negocio no es posible rodar una escena de amor sin tener a un grupo de técnicos de pelo en pecho mascando tabaco a un metro de distancia. Prefiero enfrentarme con esas cosas en la intimidad de mi dormitorio”
Quizás el amor en la pantalla no fuese para él pero su imagen en “Casablanca” es la de un hombre muy enamorado. Fue la profesionalidad de ambos lo que creó la magia en la pantalla, su calidad como intérpretes mucho más que la fantasía de las revistas de la época, alentada por los publicistas del estudio, que airearon historias sobre un posible idilio en la vida real. 




Como podéis imaginar en un rodaje plagado de tensión, improvisaciones y genialidad como el de “Casablanca” no faltaron un buen número de anécdotas memorables.
Me gustaría relataros unas cuantas particularmente divertidas. Como la vez que Peter Lorre introdujo un micrófono en la caravana de Curtiz a través del cual todo el equipo pudo disfrutar de los escarceos eróticos del húngaro con una starlet. O esa de Claude Rains, que agobiado por las presiones de Curtiz, que le exigía entrar rápidamente en Rick´s para la detención de Victor Lazslo, apareció en escena a toda velocidad pedaleando sobre una bicicleta entre las carcajadas del resto del equipo. 
O aquella en la que Curtiz, con su inglés macarrónico, pidió a un ayudante un estanque (pool) para un decorado y este le trajo un perro de aguas (poodle). O bien las apariciones de Jack Warner en el plató vestido con uniforme de coronel, rango que se le había concedido tras la entrada en la guerra de los Estados Unidos, para arengar a Curtiz y a Wallis en la empresa de acabar el rodaje de una película que ni siquiera tenía guion en tan sólo siete semanas.


Las semanas de rodaje se iban sucediendo, los domingos el equipo disfrutaba de su día libre y los guionistas se reunían con Curtiz y Wallis para intentar definir el guion y resolver los problemas planteados hasta el momento. En julio, después de siete semanas de filmación y con solo dos más previstas en el plan de rodaje, uno de los principales problemas seguía sin resolverse: ¿Cómo acabar la película?
Todos los guionistas estaban a favor de que se mantuviera el mismo final de “Everybody Comes to Rick´s” en el que Rick perdía a Ilsa, pero el estudio prefería un final, de acuerdo con las convenciones de Hollywood, en el que los protagonistas acabaran juntos en un típico happy end.
Finalmente prevaleció  la opinión de los escritores,  lo que dio paso a nuevas preguntas que exigían respuestas. ¿Cómo conseguir que Ilsa se marchase de una manera convincente?, y ¿Qué sucedería después con Rick?
Al final del rodaje sólo había caos y nadie sabía lo que estaba pasando. Bergman suplicaba a Curtiz y a Koch indicaciones: “¿Cómo voy a interpretar convincentemente una escena de amor si aún no se con quién me voy a marchar?”.
Los guionistas llegaron a incluir un chiste a tal respecto en uno de los diálogos entre los protagonistas:


- ¿Puedo contarte una historia?
- ¿Tiene un final feliz?
- Aún no se como acaba.
- Bueno, cuéntamela. Tal vez se te ocurra algo mientras lo haces.




Curtiz no ocultaba su preocupación y desahogaba su frustración con los actores, todo el equipo tenía los nervios destrozados cuando por fin llegó el ansiado final. 
En él, según el memorando presentado por los guionistas, Rick se convertía en el deux ex machina, obligando a Ilsa a vivir a la altura de su idealismo, forzándola a seguir adelante con su labor de sostén emocional del héroe Lazslo, una labor más importante en esos tiempos de amenaza y lucha que el amor entre dos personas insignificantes.


El 17 de julio los actores se reunían en un plató nº 1 envuelto en niebla artificial para rodar la escena del aeropuerto. Al fondo, iluminada con habilidad, se distinguía la silueta de un avión con la portezuela abierta, que hacía las veces de avión para Lisboa.
La escena dependía en gran manera de la interpretación de Bogart, al que habían entregado la noche anterior un monólogo de cuatro páginas con breves instrucciones. Bogart tenía una idea concreta sobre como interpretar la escena y Curtiz otra, y eso hizo que los últimos vestigios de paciencia se esfumasen y ambos acabaron gritándose como energúmenos.
Finalmente y gracias a la mediación de Wallis, que tuvo que emplearse a fondo para calmar los ánimos, se llegó a un consenso entre director y actor sobre como rodar la escena. 
Cuando las cámaras se pusieron a rodar volvió la magia.
Los planos de la despedida de Rick e Ilsa requirieron varios días. Bogart se concentró en el rostro resplandeciente de Bergman y ella se dejó llevar por la intensidad de la escena. 
La planificación de Michael Curtiz y la iluminación de Arthur Edeson, ambas magníficas, fueron cómplices de unos interpretes que consiguieron inmortalizar una de las escenas más memorables de la historia del cine, rebosante de magnetismo, emoción y belleza.






Ya sólo quedaban unas pocas escenas pendientes y algunos planos que repetir. Wallis pidió a su protagonista, con la chica fuera de escena, un poco más de esa dureza y sequedad marca de la casa Bogart para la secuencia de la muerte de Strasser.
El destino de Rick tras la muerte del nazi lo resolvieron los gemelos Epstein, poniendo en boca del capitán Renault una de esas frases geniales con las que justificaban su contrato: “Detengan a los sospechosos habituales”.
Con todo al desquiciado equipo le parecía que faltaban cosas para poner el definitivo punto final al rodaje y los guionistas se devanaban los sesos para rematar la faena. Durante ese lapso de tiempo Curtiz se dedicó a rodar las secuencias de ambiente marroquí (el café de Ferrari el “Loro Azul”, las callejuelas de la medina y el zoco) aprovechando los decorados de “The Desert Song”, una película Warner que se estaba rodando al mismo tiempo ambientada también en el Marruecos francés.
Ingrid Bergman abandonaba “Casablanca” del 3 de agosto, para incorporarse de inmediato al rodaje de “Por Quien Doblan las Campanas”, Wallis intentó retener dos días más a la actriz pero la Paramount se negó en redondo. 
El productor, ya seguro de no poder contar con la protagonista para repetir más planos, decidió convocar una reunión de urgencia para ver el material reunido hasta la fecha y comprobar si se podía poner fin al rodaje. Así fue y el mismo 3 de agosto de 1942 se daba por terminado oficialmente el rodaje de “Casablanca”.




Pero el fundido en negro final se resistía y la réplica de Rick a Renault, mientras ambos se alejaban juntos entre la niebla, no terminaba de llegar y  se decidía que se añadiría más adelante, durante el montaje, junto a la banda sonora de Max Steiner. Al propio Wallis le corresponde el mérito de dar con la celebrada frase final, “Louis creo que este es el comienzo de una maravillosa amistad”, tan sencilla e inspirada, tal y como reconoció el propio Casey Robinson años más tarde.
También podemos anotar en la lista de méritos del productor la idea de iniciar la película al más puro estilo documental, con la voz en off de un narrador explicando la situación mundial y la ruta de huida de los refugiados, mientras ésta aparece marcada con una línea negra sobre un globo terráqueo que gira hasta fundirse en un montaje de masas en movimiento. 


Pese a los problemas de producción Warner Brothers en seguida fue consciente de que tenía un gran éxito entre manos. Los teletipos echaban humo.
A finales de agosto llegaban las primeras impresiones tras los pases de la versión definitiva para los ejecutivos del estudio. Según Charles Endfield:
Casablanca es maravillosa de verdad. Dirigida con brillantez y magníficamente fotografiada. Una de las películas que van a dar más dinero. Creedme va a estar entre las primeras de cualquier lista.


La historia se aliaba con el cine y el 8 de noviembre las tropas norteamericanas y británicas  desembarcaban en Argel y Casablanca. Jack Warner muy excitado, inmovilizaba todas las copias de la cinta para rodar un nuevo final:
Hay que hacer una toma de Casablanca en la que necesitaremos a Claude Rains y Humphrey Bogart y unos 50 o 60 extras. Consigue uniformes franceses para todos ellos. Rains está en Pennsylvania y le he pedido a su agente que lo mande aquí lo antes posible porque me gustaría rodar la escena esta misma semana.


David O. Selcnick, escribió a Wallis al día siguiente y en un cable de agradecimiento por el trato recibido por su pupila aprovechaba para desaconsejarle cualquier cambio:
Estoy muy agradecido a Mike (Curtiz) y a ti por el sensacional tratamiento de Ingrid. Gracias a los dos y por supuesto a Ingrid, el papel parece mucho mejor de lo que es en realidad… Una breve escena con las tropas americanas desembarcando, es una nueva historia completamente independiente, que no encajaría en el filme actual.


Finalmente J.L. Warner dos días después, con la misma brusquedad con la que propuso los cambios, abandonaba la idea:
Se ha decidido que no vamos a tocar la película. Increíble reacción del público anoche después de una nueva proyección previa. Desde los títulos hasta el final hubo aplausos y emoción. Cientos de personas  dijeron que no se tocara. Mi opinión personal es que si ahora se toca haremos una chapuza.




La premiere se realizó el 26 de noviembre (día de Acción de Gracias) en el Warner´s Hollywood Theatre de Nueva York, la crítica llevaba semanas calentando el estreno, deshaciéndose en elogios, y el departamento publicitario de la Warner, sabedor de que además de la prensa la historia misma estaba con “Casablanca”, añadía algunos toques más a la puesta en marcha del mítico film. Ex combatientes de la resistencia francesa desfilaron desde su cuartel en la 5ª Avenida hasta el cine, donde hubo discursos de sus líderes, además de puestos de reclutamiento para liberar Francia en el vestíbulo. Al mismo tiempo que la Oficina de Información sobre la Guerra del Gobierno de los Estados Unidos, retransmitía la ceremonia en directo por onda corta.
En un cablegrama desde Londres Charles de Gaulle, jefe de las fuerzas de la Francia libre, solicitaba una copia de la película para una proyección especial destinada a su estado mayor.


Tras el estreno todo el país se contagió de la fiebre de “Casablanca”. En Broadway quienes querían comprar entradas esperaban durante horas, pasando frío, en largas colas que giraban por la 8ª Avenida. Las reacciones fueron similares en todas las grandes ciudades del país.
La película batió el record de recaudación y consiguió elogios superlativos de la crítica, no sólo para Curtiz y los actores principales, sino también para los secundarios. 
Entre tal expectación comenzaron los  rumores sobre una posible secuela  y Selznick desmarcó rápidamente a su pupila para tal empresa. Aun así en la Warner se esbozó el proyecto con Bogart y Geraldine Fitzgerald como protagonistas. Finalmente la idea no prosperó aunque la Warner repetiría esquemas y equipo prácticamente similares a los de “Casablanca” (sin Bergman ni Henreid) en la reivindicable “Pasaje para Marsella” sólo un año más tarde.


En la ceremonia de los Oscar de 1944 “Casablanca” obtenía el premio a la mejor película, Michael Curtiz se alzaba con la estatuilla al mejor director y el equipo de escritores ganaba a su vez el de mejor guion. Humphrey Bogart, Claude Rains, Arthur Edeson, Max Steiner y el montador Owen Marks fueron nominados pero no conseguían alzarse con los respectivos premios.
Finalmente el efecto conjunto de ligar en una película una historia de amor con la corriente, más amplia, de los acontecimientos mundiales obtenía una recompensa que nadie había podido prever, dejando para la posteridad una de las mejores historias jamás contadas en la gran pantalla.




PD. Si queréis saber más sobre esta obra maestra podéis consultar aquí los detalles previos al rodaje y el estreno.

30 comentarios:

  1. Tu entrada es un prodigio de documentación como todas las tuyas. Casablanca es una película que me gusta por encima de otras consideradas de culto. Los distintos elementos como la historia de amor y transformación de Rick, el duelo de los alemanes con “La Marsellesa”, los diálogos memorables, la acertada elección de actores principales y secundarios (menos mal que no le dieron el papel de Rick a Ronald Reagan), la replica final de Rains... Todo contribuye a que sea una película impactante.

    Un saludo

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    1. Gracias Maribel, estas dos entradas las he preparado con un mimo especial, ya que para mi Casablanca también es una película especial. Por mi educación sentimental tengo ligada Casablanca con mi pasión por el cine desde la infancia .
      Para preparar la entrada he usado tres textos: una biografía de Bogart, otra de Curtiz y un estudio de la propia película.

      Las pequeñas reflexiones que acompañan a los datos biográficos son mías, pero apenas profundizo en los habituales análisis sobre interpretaciones, guion y aspectos tecnicos y narrativos.
      Eso espero que lo hagamos ahora entre todos, la semana entrante tendré más tiempo que las dos pasadas y podré ir moviendo este cine fórum, espero vuestras opiniones.

      Un cordial saludo.

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  2. Más allá de sus virtudes técnicas, apartado en el que la cinta me parece impecable, creo que "Casablanca" es lo que es a día de hoy gracias, sobre todo, a su componente emotivo. Apuesto a que muchos desearían vivir permanentemente en esta película.
    Gran entrada, camarada.
    Un abrazo.

    PD: ¿Cuál será el próximo ciclo?

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    1. Coincido al 100% contigo en que el aura de imperecedera y bigger than life le viene a Casablanca por su calidad emocional como ya señalé en la intro de mi primera entrada dedicada a la película.
      De hecho, para mi es una peli difícil de revisar cerebrálmente, para ello debo hacer un esfuerzo, porque su hechizo es tan poderoso que siempre tiendo a verla con el corazón (joer que hortera que me ha quedao) y es que la historia, los personajes y los diálogos son absolutamente embriagadores.

      Técnicamente es excelsa, porque Curtiz era un crack a la hora de narrar con imágenes, será un artesano, pero eso no es óbice para considerarlo un virtuoso del lenguaje cinematográfico.
      Además está Edeson que es uno de los mejores fotógrafos (en mi modesta opinión) del clásico en B/N.
      Y las interpretaciones.... ufff son soberbias.

      Próximo ciclo: Howard Hawks; abróchense los cinturones porque será un ciclo largo (siete pelis) y movidito.

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  3. Enhorabuena, amigo David, por esta auténtica crónica sobre "Casablanca", detalladísima en datos y cuidada en la exposición. Se nota, desde luego, que amas esta película. Como tantos de nosotros, claro está.

    "Casablanca" es un caso único. Se ha intentado mil veces repetir la fórmula, sin éxito. ¿Qué tiene este film? Tú lo has resumido muy bien: "Cuando las cámaras se pusieron a rodar volvió la magia."

    Salucines

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    1. Estimado Fernando, creo sinceramente que es imposible amar el cine y no amar a Casablanca.
      Esta película junto a selecto grupo de clásicos atemporales componen el alma imperecedera del séptimo arte.
      Pura magia.

      Salucines

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  4. Me he esperado a la segunda parte que dedicas a esta película para entrar en el debate. Casablanca, qué duda cabe, es punto de encuentro de cinéfilos y encrucijada de mitómanos y va más allá de ser una de tantas historias relacionadas con la guerra que los estudios produjeron en la primera mitad de los cuarenta, pues se ha convertido, sin que la inmensa literatura que ha derivado de ella lo pueda explicar con certeza, en una de las obras emblemáticas del cine. Únicamente hay que echarle una ojeada a -casi- todas las listas de mejores películas para cerciorarse de esto ya que suele estar incluida en ellas. Yo, por mi parte, la revisé el verano pasado y creo que, independientemente del valor técnico del filme o de las interpretaciones más o menos acertadas que se han hecho del mismo, hay un elemento misterioso que otorga al producto un valor añadido para muchos aficionados y profesionales del cine que continuamente le rinden tributo como Woody Allen, por nombrar alguno (Sueños de un Seductor).Un saludo.

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    1. Querido Ca, el mejor análisis intelectual que he leído sobre la magia que destila Casablanca es el que escribió mi venerado Umberto Eco en su artículo "Casablanca, o el renacimiento de los dioses"
      Citaré aquí algunas perlas del mismo:
      "Entonces se está tentado de leer Casablanca del mismo modo que Eliot releyó Hamlet. Eliot atribuía la fascinación de este drama no al hecho de que fuera una obra lograda, ya que la consideraba una de las piezas menos felices de Shakespeare, sino justamente a lo contrario: Hamlet sería consecuencia de una fusión no lograda entre distintos Hamlets precedentes, uno que tenía como tema la venganza (con la locura como mera estratagema) y otro cuyo tema era la crisis provocada por la culpa de la madre, con la consiguiente desproporción entre la tensión de Hamlet y la imprecisión e inconsistencia del delito materno. De modo que crítica y público encuentran hermosa la obra porque es interesante, y la consideran interesante porque es hermosa.

      Con Casablanca, aunque en menor grado, ha ocurrido lo mismo: obligados a inventar sobre la marcha, sus autores han metido de todo un poco en la trama argumental, y para ello eligieron material del repertorio de lo tradicionalmente aceptado. Cuando la elección de lo ya aceptado es limitada, se obtiene un filme amanerado, de serie, o incluso Kitsch. Pero cuando de lo aceptado se utiliza verdaderamente todo, lo que se logra es una arquitectura como la Sagrada Familia de Gaudí. Se logra el vértigo, se roza la genialidad."

      "En cuanto se entra en el local de Rick, escuchamos música de Gershwin. África, Francia, Estados Unidos. En este momento entra en juego una intriga de arquetipos eternos. Situaciones que han presidido las historias de todos los tiempos. Aunque habitualmente para hacer una buena historia basta con una sola situación arquetípica. Y sobra. Por ejemplo, el Amor Desgraciado. O la Fuga. Casablanca no se contenta con eso: las mete todas. La ciudad es el lugar de un Paso, el paso hacia la Tierra Prometida (o hacia el Noroeste, si lo prefieren). Para pasar, sin embargo, hay que someterse a una prueba, la Espera (“Esperan, esperan, esperan…”, dice una voz off al comienzo). Para pasar de la sala de espera a la tierra prometida hace falta una Llave Mágica: el visado. En torno a la conquista de esta llave se desencadenan las pasiones. El medio para llegar a la llave parece ser el Dinero (que aparece repetidamente, casi siempre bajo la forma de Juego Mortal, o ruleta): pero al final se descubrirá que la llave sólo puede conseguirse a través de un Don (que es el don del visado, pero también es el don que Rick hace de su Deseo, sacrificándose). Porque también ésta es la historia de una vertiginosa danza de deseos de los cuales sólo dos acaban satisfechos: el de Victor Laszlo, el héroe purísimo, y el del joven matrimonio búlgaro. Todos aquellos que tienen pasiones impuras fracasan."

      Y aun hay mucho más... que reservo para los análisis de este cine-fórum.

      Un saludo

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  5. Voy leyendo y comento mientras lo hago lo que se me va ocurriendo:
    Se puede decir que el reparto de la peli es globalizadamente antifascista…buen dato. Como era de esperar no tenía ni idea.
    Claro que encajaba lo político en el romanticismo, y tanto. Casablanca es un buen ejemplo.
    Ferrari capo del mercado negro en Casablanca. Si no ponían a un italiano en ese papel les daba algo :-D
    Estaría bien ver esos desplantes de Bogart a Michael Curtiz jaja
    En las escenas de amor Bogart demostró su profesionalidad por lo que leo. Simpático el comentario que hace sobre la troupe que había alrededor cuando se rodaban esas escenas.
    La anécdota del micrófono de Lorre muy graciosa. Y eso que el tío no tenía para nada pinta de pillo. Lo que son las apariencias :-)
    Muy bueno lo que cuentas sobre la escena final. Es increíble, la verdad, emocionante. A mí siempre que la veo se me humedecen los ojos. No puedo remediarlo.
    Totalmente de acuerdo con que sobrarían las escenas de las tropas aliadas desembarcando en Casablanca. Como decía Selcnick, eso sería como contar otra cosas…
    Tremendo el éxito en taquillas y a todos los niveles. En aquellos momentos era algo emblemático imposible de que no tuviera tanta repercusión. Su simbolismo iba en su favor, e intérpretes como Bogart, Ingrid Bergman y esos secundarios de lujo le dieron un impulso extra imparable.
    ¿Cómo no podía faltar una secuela de tal éxito? Esto es Hollywood jeje normal que saliera el tema. Creo que se hizo muy bien en descartar tal idea.

    El post chulísimo

    Un saludo David y Cris

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    1. Pues sí Javi leyendo sobre esta peli te encuebtras cosas sorprendentes el anecdotario es enorme y muy sabroso.
      Me deje alguna buena en el tintero pero como te han gustado las voy a escribir aquí mismo.
      las dos primeras versan sobre como (mal)trataba Curtiz a sus actores, pasando de ellos a la hora de darles indicaciones pero haciéndoles repetir la toma si no quedaba satisfecho.
      A Bogart, con lo quemado que lo tenía, le dijo que quería rodar un plano en el que nada más tenía que asentir. Y allí que va Humphrey asintiendo con desgana... más adelante tras el montaje el actor se dio cuenta que ese asentimiento formaba parte de uno de los momentos clave de la película. La silenciosa orden da Rick a la orquesta para que esta siga a Lazslo con la Marsellesa. Ni que decir tiene como encabronó a Bogart la parquedad de Curtiz.

      También comento que Ingrid Bergman estaba agobiadísima en su biografía comentaba:
      “Cuando preguntaba si debía estar enamorada de Rick Blaine (Bogart) o de Víctor Laszlo (Paul Henreid), me respondían: Aún no lo sabemos…actúe… actúe mitad y mitad” y eso se lo decía Curtiz como no.

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    2. Sobre el presunto idilio entre las dos estrellas (que en ese momento aún no eran estrellas sino más bien un gran actor y una joven promesa) corrieron ríos de tinta, pero la verdad es que todo quedó en un estricto plano profesional. Bogart se mantenía distante, cortés y distante. Comentaba Bergman en su bio: “Era naturalmente cortés, pero advertí siempre en él cierto distanciamiento. Fuera del estudio vivía como encerrado en una cápsula de vidrio y me intimidó... Besé a Bogart, pero nunca llegué a conocerle".

      Lo cierto es que Bogart estaba pasando por un infierno en su matrimonio con la actriz Mayo Method, alcoholizada y paranoica, que llegó a irrumpir en los estudios hecha una furia y presa de los celos. Así que creo que no estaba para intimidades ni nada por el estilo.

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    3. El avión de Lisboa que se utilizó en la escena final no era tal, era sólo una silueta pintada a escala y para interpretar a los operarios del mismo se contrató a enanos. La genial iluminación de Edeson y la planificación de Curtiz crearon la ilusión de un avión a escala real.

      La mítica canción "As time goes by" no es de Max Steiner ni siquiera fue compuesta para la película. De hecho en la postproducción Steiner quería sustituir la canción por una composición propia, afortunadamente no fue así. El tema fue escrito por Herman Hupfeld para el musical de Broadway de 1931 Everybody's Welcome.

      Por último comentarte que pese a estar intimidada por la altura actoral de Bogart en cuestiones de talla Ingrid Bergman sobrepasaba al bueno de Bogie.
      La sueca medía 1.75m. y a Humphrey le daban un 1.70m. en las versiones oficiales.
      Unas alzas compensaron la cosa.

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  6. Que tiene Casablanca que la hace especial, mágica e imperecedera. Desde luego su componente emotivo que nos torpedea una y otra vez con cada nueva revisión del clásico.
    ¿Y de donde le viene esa capacidad para conmovernos? Leo los primeros comentarios que nos habéis dejado y lo intuyo en vuestras respuestas: Amor desgraciado, lealtad, esperanza en la naturaleza humana, el duelo entre el bien y el mal, la redención, la huida y el idealismo.

    Bonita colección de arquetipos o mitos, porque en Casablanca se dan todos esos arquetipos, esas situaciones míticas condensadas en una sola trama localizadas en un marco de exotismo Marruecos, África. Y representadas en ese teatro de pasiones que es el café de Rick en el que se dan cita los diferentes personajes (arquetipos cinematográficos esta vez) y en el que cualquier cosa puede ocurrir.
    Personajes como Rick: Aventurero ambiguo de connotaciones hemingwaynianas, asceta amargado por un desengaño amoroso y alcohólico redimido. ¿Cuantas veces hemos visto a Bogart calzarse estas pieles y cuantas veces hemos visto estos personajes en el cine?
    Lo mismo que Ilsa, la mujer misteriosa no exenta de cierta fatalidad, nexo de unión del atípico triangulo amoroso del que todos sus integrantes salen trasquilados. Y Lazslo el cantarín, el héroe purísimo agente claro de la civilización y la dignidad humana frente a la barbarie encarnada por los nazis.
    O Reanault el bribón oportunista que alcanza la redención arrastrado por el ejemplo de su (futuro gran) amigo Rick el héroe que sacrifica su amor en pos de esta redención.
    ¿A que nos suenan?

    Umberto Eco en su artículo "Casablanca o el renacimiento de los dioses" compara la esencia de Casablanca con La Odisea y La Iliada catalogando a la cinta de homérica por esta conjunción de mitos (y alguno más) con los arquetipos cinematográficos que hemos presenciado en mil y una películas.

    Creo que lo voy a colgar en el blog merece y mucho la pena.

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  7. CASABLANCA, O EL RENACIMIENTO DE LOS DIOSES

    Umberto Eco, 1975

    Dos semanas atrás, toda la gente de cuarenta años estaba sentada ante el televisor para volver a ver Casablanca. Pero no se trata de un fenómeno normal de nostalgia. En realidad, cuando Casablanca se proyecta en las universidades norteamericanas, los jóvenes veinteañeros subrayan cada escena y cada réplica célebres (“Arrestad a los sospechosos de costumbre”, o bien “¿Son los cañones o los latidos de mi corazón?”, o cada vez que Boggie dice “pequeña”) con ovaciones que habitualmente se reservan a los partidos de béisbol. Y pude observar esta misma actitud en una filmoteca italiana frecuentada por jóvenes. ¿Cuál es entonces la fascinación de Casablanca?

    Pregunta legítima, ya que Casablanca, estéticamente (o desde el punto de vista de una crítica exigente), es una película muy modesta. Fotonovela, folletín, donde la verosimilitud psicológica es muy débil y los efectos dramáticos se encadenan sin demasiada lógica. Y sabemos incluso por qué: la película fue pensada a medida que se rodaba, y hasta el último momento ni el director ni los guionistas sabían si Ilse se Marcharía con Victor o con Rick. De modo que lo que parecen sagaces hallazgos de dirección y arrancan aplausos por su inesperada osadía, son en realidad decisiones toadas por desesperación. ¿Cómo es posible entonces que de esa cadena de improvisaciones surgiera un film que aún hoy, visto por segunda, tercera o cuarta vez, arranca aplausos admirativos, reclama un bis o despierta el entusiasmo ante sus inéditos hallazgos? Ciertamente, hay en Casablanca un reparto de formidables actores. Pero esto no es suficiente.

    (SIGUE)

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  8. CASABLANCA, O EL RENACIMIENTO DE LOS DIOSES

    Umberto Eco, 1975


    Están él y ella, amargo él y tierna ella, románticos, pero se han visto otros mejores. Casablanca no es La diligencia, otra película de retorno cíclico. La diligencia es, en cualquier aspecto, una obra maestra, todo está donde tiene que estar, los personajes están justificados en todas sus acciones y la primera parte de su argumento (esto también cuenta) se basa en obra de Maupassant. ¿Y entonces? Entonces se está tentado de leer Casablanca del mismo modo que Eliot releyó Hamlet. Eliot atribuía la fascinación de este drama no al hecho de que fuera una obra lograda, ya que la consideraba una de las piezas menos felices de Shakespeare, sino justamente a lo contrario: Hamlet sería consecuencia de una fusión no lograda entre distintos Hamlets precedentes, uno que tenía como tema la venganza (con la locura como mera estratagema) y otro cuyo tema era la crisis provocada por la culpa de la madre, con la consiguiente desproporción entre la tensión de Hamlet y la imprecisión e inconsistencia del delito materno. De modo que crítica y público encuentran hermosa la obra porque es interesante, y la consideran interesante porque es hermosa.

    Con Casablanca, aunque en menor grado, ha ocurrido lo mismo: obligados a inventar sobre la marcha, sus autores han metido de todo un poco en la trama argumental, y para ello eligieron material del repertorio de lo tradicionalmente aceptado. Cuando la elección de lo ya aceptado es limitada, se obtiene un filme amanerado, de serie, o incluso Kitsch. Pero cuando de lo aceptado se utiliza verdaderamente todo, lo que se logra es una arquitectura como la Sagrada Familia de Gaudí. Se logra el vértigo, se roza la genialidad.

    Olvidemos ahora cómo fue realizada la película y veamos qué es lo que nos muestra. Se inicia en un lugar de por sí mágico, Marruecos, el exotismo comienza con un compás de melodía árabe que se esfuma en las notas de La Marsellesa. En cuanto se entra en el local de Rick, escuchamos música de Gershwin. África, Francia, Estados Unidos. En este momento entra en juego una intriga de arquetipos eternos. Situaciones que han presidido las historias de todos los tiempos. Aunque habitualmente para hacer una buena historia basta con una sola situación arquetípica. Y sobra. Por ejemplo, el Amor Desgraciado. O la Fuga. Casablanca no se contenta con eso: las mete todas. La ciudad es el lugar de un Paso, el paso hacia la Tierra Prometida (o hacia el Noroeste, si lo prefieren). Para pasar, sin embargo, hay que someterse a una prueba, la Espera (“Esperan, esperan, esperan…”, dice una voz off al comienzo). Para pasar de la sala de espera a la tierra prometida hace falta una Llave Mágica: el visado. E n torno a la conquista de esta llave se desencadenan las pasiones. El medio para llegar a la llave parece ser el Dinero (que aparece repetidamente, casi siempre bajo la forma de Juego Mortal, o ruleta): pero al final se descubrirá que la llave sólo puede conseguirse a través de un Don (que es el don del visado, pero también es el don que Rick hace de su Deseo, sacrificándose). Porque también ésta es la historia de una vertiginosa danza de deseos de los cuales sólo dos acaban satisfechos: el de Victor Laszlo, el héroe purísimo, y el del joven matrimonio búlgaro. Todos aquellos que tienen pasiones impuras fracasan.

    (SIGUE)

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  9. CASABLANCA, O EL RENACIMIENTO DE LOS DIOSES

    Umberto Eco, 1975


    Y por tanto, otro arquetipo, el triunfo de la Pureza. Los impuros no alcanzarán la tierra prometida, desaparecen antes, aunque alcancen la Pureza a través del Sacrificio: he aquí la Redención. Se redime Rick y se Redime el capitán de la policía francesa. Aquí se advierte que en el fondo son dos la Tierras Prometidas: una es América, aunque para muchos es un falso objetivo; otra es la Resistencia, o sea la Guerra Santa. Victor viene de ella, Rick y el capitán de policía van hacia ella, se unen a De Gaulle. Y, si el símbolo recurrente del avión parece subrayar de cuando en cuando la fuga hacia América, la cruz de Lorena, que sólo aparece una vez, anuncia por separado el otro gesto simbólico del capitán que, al final, mientras está despegando el avión, tira la botella de agua de Vichy. Por otra parte, el mito del Sacrificio impregna toda la película. El sacrificio de Ilse que abandona en París al hombre que ama para regresar junto al héroe herido; el sacrificio de la joven esposa búlgara dispuesta a entregarse para salvar al marido; el sacrificio de Victor, que estaría dispuesto a ver a Ilse con Rick con tal de saberla a salvo.

    En esta orgía de arquetipos sacrificiales (acompañados por el tema de la relación Amo-Siervo, a través de la relación entre Boggie y el negro Dooley Wilson) se inserta el tema de Amor Desgraciado. Desgraciado para Rick, que ama a Ilse y no puede tenerla, desgraciado para Ilse, que ama a Rick pero no puede irse con él, desgraciado, en fin, para Victor, que comprende que no ha conservado verdaderamente a Ilse. El juego de amores desgraciados produce diversos entrecruzamientos hábiles: al principio, el desgraciado es Rick, que no comprende el rechazo de Ilse, después lo es Victor, que no comprende por qué Ilse se siente atraída por Rick, finalmente, será Ilse la desgraciada, que no comprende por qué Rick la obliga a partir con su marido. Estos tres amores desgraciados (o Imposibles), se estructuran triangularmente. Pero en el Triángulo Arquetípico hay un Marido Traicionado y un Amante Victorioso. Aquí, en cambio, ambos hombres son traicionados y perdedores: aunque en la derrota –y por encima de ella- juega un elemento adicional, tan sutil que escapa al nivel consciente: muy en el fondo se instala (sublimadísima) una sospecha de Amor Viril o Socrático. Porque Rick admira a Victor y Victor se siente ambiguamente atraído por Rick, y parece casi en cierto modo que se estableciera un doble juego, en el cual el sacrificio de cada uno fuera para complacer al otro. En cualquier caso, como en las Confesiones de Rousseau, la mujer se sitúa como Intermediaria entre los dos hombres. La mujer no es portadora de valores positivos, sólo los hombres lo son.

    Sobre el fondo de estas ambigüedades en cadena, se encuentran los caracteres de comedia: o todo bueno o todo malo. Victor juega un doble papel, agente ambiguo en la relación erótica, agente claro en la relación política: él es la Bella contra la Bestia Nazi. El tema Civilización contra Barbarie se entremezcla con los demás, a la melancolía del retorno de la Odisea se une la osadía bélica de una Ilíada en campo abierto.

    (SIGUE)

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  10. CASABLANCA, O EL RENACIMIENTO DE LOS DIOSES

    Umberto Eco, 1975


    Alrededor de esta danza de mitos eternos aparecen los mitos históricos, es decir, los mitos del cine debidamente revisados. Bogart encarna por lo menos tres de ellos: el Aventurero Ambiguo, amasado de cinismo y generosidad; el Asceta por Desengaño Amoroso y, al mismo tiempo, el Alcohólico Redimido ( y para redimirlo hay que alcoholizarlo, de golpe, cuando ya era un Asceta Desilusionado). Ingrid Bergman es la Mujer Enigmática o Fatal. Después tenemos Escucha Cariño Nuestra Canción, el Último Día en París, América, Africa, Lisboa como Puerto Franco, el Puesto de Frontera o El último Fuerte en los Límites del Desierto, la Legión Extranjera (cada personaje tiene una nacionalidad y una historia diferente) y por último el Gran Hotel Gente Que Va Gente Que Viene. El local de Rick es un lugar mágico donde puede ocurrir –y ocurre- de todo: amor, muerte, persecuciones, espionaje, juegos de azar, seducciones, música, patriotismo (el origen teatral del argumento ha producido, junto a la pobreza de medios, la admirable condensación de acontecimientos en un solo lugar). Este lugar es Hong Kong, Macao Infierno del Juego, prefiguración de Lisboa Paraíso del Espionaje, Barco en el Mississippi.

    Pero justamente porque están todos los arquetipos, justamente porque Casablanca es la cita de otras mil películas y porque cada actor repite en ella un papel interpretado otras veces, opera en el espectador la resonancia de la intertextualidad. Casablanca lleva consigo, como en una estela de perfume, otras situaciones que el espectador refiere a este film sin recordar otras películas aparecidas después, como Tener y no tener, en la que Bogart encarna un héroe a lo Hemingway, pero Bogart ya atrae sobre sí las connotaciones hemingwayanas por el simple hecho de que –según se dice en la película- Rick ha luchado en España (y, como Malraux, ha colaborado en la revolución china). Las reminiscencias de Fritz Lang afloran tras Peter Lorre; Conrad Veidt embebe su personaje de oficial alemán con sutiles efluvios de El gabinete del doctor Caligari, no es un nazi despiadado y tecnológico, sino un César nocturno y diabólico. Así que Casablanca no es una película, sino muchas, una antología. La película, realizada casi por casualidad, probablemente se hizo sola, si no en contra, por lo menos más allá de la voluntad de sus autores y de sus actores. Y por esto funciona, a despecho de teorías estéticas y cinematográficas. Porque en ella se despliegan con una fuerza casi telúrica los Poderes de la Narratividad en estado salvaje, sin que haya intervenido el Arte para disciplinarlos. Y entonces podemos aceptar que los personajes cambien de humor, de moral, de psicología de un momento a otro, que los conspiradores tosan para interrumpir su discurso cuando se acerca un espía, que alegres mujercitas prorrumpan en llanto al escuchar La Marsellesa. Cuando todos los arquetipos irrumpen sin pudor alguno, se alcanzan profundidades homéricas. Dos clichés producen risa. Cien, conmueven. Porque se percibe vagamente que los chichés hablan entre sí y celebran una fiesta de reencuentro. Del mismo modo que el colmo del dolor alcanza la voluptuosidad y el colmo de la perversión roza la fuerza mística, el colmo de la banalidad deja entrever un edificio de lo sublime. Algo ha hablado en lugar del director. El fenómeno es digno, si no de otra cosa, de veneración.

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  11. Una cosa que se me ocurrió con la reciente revisión del clásico es lo curioso de la representación cinematográfica del héroe americano con aval presidencial de la Segunda Guerra Mundial: Rick; con el héroe americano propuesto por la Casa Blanca tras la debacle del Vietnam: Rambo.

    Rick, el héroe roosveltiano, tiene un cariz progresista, su pasado antifascista de luchas por España y Etiopía, y un discreto idealismo soterrado en Casablanca por la amargura del desamor. Esta fraternidad con los oprimidos, esta hermandad de los pueblos libres frente a los opresores, le confiere un carácter de igual que se une a la lucha. Un igual bragado en batallas pasadas tan duro como idealista.

    Sin embargo Rambo, el héroe de la era Reagan, tras una primera puesta en escena encarnando al incomprendido guerrero cansado estigmatizado y despreciado en su vuelta a casa, se ve sorprendentemente convertido en el campeón del imperialismo yankee. Mortal enemigo de la amenaza roja, rebosante de esteroídes y metralla. Sin mucha inteligencia, todo instinto, ni ideología alguna, nada más que un difuso sentimiento patriótico.

    Mal envejeció el símbolo del luchador americano.

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    1. Nuestro protagonista es un héroe extraño porque no hace nada para evitar el arresto de Ugarte. Rick era un héroe pero ahora eso ya no le interesa, como bien dices, por desamor. Sin embargo, luego al 'recuperar ese Paris olvidado' vuelve a ser héroe pero... ¿por amor o por justicia? ¿Por Ilsa o por Lazlo?

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    2. La capacidad de amar o lo que es casi lo mismo de entregarse a algo a a alguien muere en Rick, o al menos queda atenuada, tras el abandono de Ilsa en la estación lluviosa de París (por cierto magnífica la escena):
      Al descubrir que en verdad ella le ama, y que sacrificó su amor por su sentido del deber para con su marido, el recupera esa capacidad de entrega y sacrifica su amor (y el de ella) por una causa mayor, por lo que Lazslo representa.
      Está muy bien como articula Eco en el artículo las relaciones a tres bandas de este amor desgraciado.

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  12. Intesesante entrada sobre una película que nunca deja de sorprendernos. No sólo nos interesa el argumento sino que todo lo que ha sucedido durante su rodaje es igual de interesante para los cinéfilos.
    Siempre llama la atención como a pesar de tanta inestabilidad con el guión y con casi todo lo demás se haya logrado este resultado que todavía da que hablar tantos años después.
    Gran acierto esa fialdad de Rick hacia todo y todos. Sin embargo en sus escenas con Ilsa en París, me encanta... a lo mejor es más por ella que por él pero me encanta. Esos días en París están llenos de grandes frases de complicidad entre ellos. O esa frase que pronuncia Rick cuando se reencuentra con Ilsa en el Café: 'los alemanes vestían de gris y tú de azul'. ¡Ay!
    Genial!!

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    1. Al contestarte un poco más arriba he recordado lo maravillosamente que está enlazado el flashback parisino con el presente:
      Entramos en el recuerdo de Rick a través del humo de su cigarrillo, que se transmuta en niebla. Después se desarrolla el romance entre ambos siempre a través del punto de vista de Bogart y se sale del flashback de igual manera que se ha entrado, con el humo del ferrocarril entre la lluvia, que se convierte en el humo del cigarrillo de Rick mientras el contenido de un vaso se derrama sobre la mesa.

      Lo dicho Curtiz dominaba extraordinariamente el lenguaje cinematográfico.

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  13. El frío Rick:

    RICK: ¿tengo que escuchar de nuevo que tu marido es un gran hombre que combate por una causa justa?
    ILSA: También fue tu causa y tú tambien luchaste por lo mismo que él
    RICK: Yo no lucho por otra causa más que por la mía propia. La mía es la única que me interesa ahora.

    YVONNE: ¿Dónde estuviste anoche?
    RICK: ¿Anoche? No tengo la menor idea.
    YVONNE: Y, ¿qué harás esta noche?
    RICK: No hago planes con tanta antelación.

    RICK: No me interesa la política y los problemas de los pueblos no son de mi incumbencia. Lo mío es un café.
    LASZLO: Mis informes no corroboran esa declaración: combatió usted en Etiopía; combatió al fascismo en España.
    RICK: Bueno, ¿y qué?
    LASZLO: ¿No es curioso que siempre estuviera en el bando de los desafortunados?
    RICK: Sí, resultó una afición muy cara; pero los negocios siempre se me han dado muy mal.

    El amor por Ilsa, y la reciprocidad de ella, redimen al héroe herido:

    RICK: Un día así no se olvida.
    ILSA: No.
    RICK: Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul.

    RENAULT: De todos modos no acabo de entender una cosa: Ilsa es muy bella, es cierto, pero a usted nunca le interesó ninguna mujer.
    RICK: ¿Eh! Ella no es ninguna mujer.

    ILSA: ¿Nuestro amor no importa?
    RICK: Siempre tendremos París. No lo teníamos. Lo habíamos perdido hasta que viniste a Casablanca; pero lo recuperamos anoche.

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    1. Me quedo con la conversación de Rick e Yvonne.

      Renault.- ¿Y qué demonios le trajo a Casablanca?
      Rick.- Mi salud. Vine a Casablanca para tomar las aguas
      Renou.- Qué aguas, qué aguas, ¿las del desierto?
      Rick.- Bueno... me informaron mal.

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  14. Sí el de las aguas es buenísimo; y es que entre Louis y Rick fluye una corriente de irónica camaradería que replandece en sus diálogos.
    Son dos tipos "de vuelta" de casi todo en la vida, que además se tienen bastante calados el uno al otro (bueno Rick tiene más calado a Renault que al revés) pero que se respetan.

    RENAULT: Le echaré de menos, Rick. Es usted la única persona en Casablanca que tiene menos escrúpulos que yo.
    RICK: Gracias.

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  15. Impresionante clarividencia la de Umberto Eco en su artículo. Desmenuza la película para volver a darle forma. Su planteamiento de tópico tras tópico que llega a lo sublime es muy original y certero. Se me ocurre un simil culinario paralelo, que sería algo así como hacer una tarta sobre la marcha mezclando los ingredientes al azar, solo que los ingredientes y el cocinero son de primera calidad y el horno tiene la temperatura exacta.No olvidemos además que la guerra estaba ahí y que parte de los "ingredientes" eran parte interesada y perjudicada directamente por ella.Esto debió contribuir a que la masa de mi pastel creciera espléndidamente para dar ese producto oloroso que es casablanca a través de los tiempos.

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  16. Me llamó mucho la atención eso que comenta Eco al principio de su artículo. Lo de las filmotecas americanas en las que el público acompaña a los personajes en sus diálogos coreándolos en voz alta. Pensé que eso sólo pasaba en películas de culto pero en su versión más freak (Rocky Horror Picture Show).
    Me gustaría asistir a una de esas proyecciones, tienen que ser muy especiales.

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    1. He asistido a una de esas 'funciones golfas' de 'The Rocky Horror Picture Show' y desde luego, la experiencia fue fantástica. Cine, música, gente muy implicadacon ganas de pasarlo bien, risas y mucha, mucha diversión.
      Es una forma diferente de Cine.
      Saludos.

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    2. Perdonad, pero, ¿ sabeis que error de rodaje relacionado con una ficha de ajedrez ocurre en Casablanca?
      Muchas gracias

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  17. Preciosa la película, precioso todo lo que tu cuentas.
    Siempre a sido tu preferida.............

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