martes, 11 de enero de 2011

LA BRIGADA SUICIDA

El agente del Tesoro Dennis O´Brien (Dennis O´Keefe) ha conseguido infiltrarse en una red de falsificadores de billetes que desde Los Angeles mueve dinero falso por todo el país. Para llegar hasta la cúpula de la trama soportará torturas, hará uso de la violencia y tendrá que transformarse en un gánster de ademanes chulescos para mantener su tapadera.
¿Pero qué precio tendrá que pagar el agente O´Brien por este ominoso y brutal viaje al negro corazón urbano? La respuesta a esta pregunta nos la traen Anthony Mann y su fotógrafo John Alton, dos de los más prestigiosos cineastas que ha dado el film noir. Extrayendo el argumento de la película de un caso real, sientan las bases de lo que será conocido como el docu-noir, una nueva vertiente del genero que pretende sugestionar aún más al espectador. Así que agárrense fuerte a sus asientos que aquí llega "La brigada suicida" y está dispuesta a no dejar títere con cabeza.

FICHA TÉCNICA: LA BRIGADA SUICIDA “T-men”.
AÑO: 1948. DURACIÓN: 92 min. PAÍS: Estados Unidos.
DIRECTOR: Anthony Mann.
GUIÓN: John C. Higgins. MÚSICA: Paul Satwell. FOTOGRAFÍA:  John Alton.
REPARTO: Dennis O´Keefe, Alfred Ryder, Mary Meade, Wallace Ford, Charles McGraw, Jane Randolph, Art Smith, June Lockhart.
PRODUCTORA: Eagle-Lion. Productor: Aubrey Schenk. GÉNERO: Film noir.


SINOPSIS: Dennis O´Keffe y Tony Genaro son dos agentes del Tesoro, su misión es desenmascarar una red de falsificadores de dinero que opera desde Los Angeles. Haciéndose pasar por delincuentes perseguidos se introducen en una organización mafiosa en Detroit, ya que saben que ésta mantiene contactos con los falsificadores californianos.
Pronto descubrirán que un hombre llamado "El Planificador" actua como nexo de unión entre ambas organizaciones. O´Brian parte hacia Los Angeles en busca del misterioso "Planificador", con un solo objetivo, utilizarlo para infiltrarse en la oscura trama de los falsificadores.




El docu-noir sumó a las habituales influencias del cine negro, expresionismo alemán y realismo poético francés, las del movimiento neorrealista italiano. Consiguiendo films con un mayor efecto dramático gracias al uso de escenarios reales y tramas inspiradas en fuentes ajenas a la ficción (periódicos, revistas y registros públicos).
"Yo creo en ti","La ciudad desnuda" y "La brigada suicida" todas ellas del año 1948 son las pioneras de esta nueva vuelta de tuerca del género.


 El director afanoso por dar autenticidad al film comienza la película  presentando a un verdadero ex-director de la Secretaría del Tesoro que sentado tras un sobrio su escritorio, se dirige monótonamente a los espectadores explicando la labor de los agentes de Tesoro en todas las ramas de dicha agencia gubernamental.
Posteriormente el directivo continuará siendo la voz en off que nos guía durante todo el film, comentando las sutilezas de la labor policial durante toda la operación. Esta voz en off nos acompañará durante todo el metraje, su presencia no sólo acentúa ese tono documental que el realizador quiere aportar al film, sino que también nos ayuda ha orientarnos en otro intrincado guion de cine negro.




El aspecto realista que nos introduce en la trama contrasta de forma brutal con el tratamiento manifiestamente expresionista de la parte no documental de la película. Tanto Mann como el fotógrafo John Alton saturan con contrastes lumínicos una planificación repleta de simbología.
Mann vuelve a estudiar la psicología de sus personajes, esta vez la de un policía (Dennis O´Keefe) que se ve  expuesto a la corrupción y la violencia. El realizador acentúa de forma metafórica el carácter de O´Brien y los daños colaterales que reportará a su psique su viaje al lado oscuro.


Lo hace utilizando multitud de recursos de poderosa simbología expresionista. Reflejos en espejos, escaparates y charcos. Salas de aspecto luciferino, llenas de vapor y difusamente iluminadas . Neones palpitantes...
A su vez la poderosa fotografía en blanco y negro de marcados contrastes, crudos exteriores diurnos y un trabajo nocturno de gran realismo han hecho de esta película un referente dentro del género.


La iluminación, los encuadres, la planificación, los movimientos de cámara y los recursos de montaje son de una calidad extraordinaria y funcionan como un mecanismo de relojería. Aquí esta la verdadera grandeza de esta película, es una autentica lección magistral de como hacer buen cine.
Alton, un maestro de la iluminación, nos brinda todo un repertorio de luces y sombras, tanto en exteriores nocturnos como en oscuros interiores claustrofóbicos. Luces sin filtrar a los lados, detrás o sobre los intérpretes que nos muestran misteriosas siluetas oscuras y rostros parcialmente ocultos que aumentan la tensión y el dramatismo de la puesta en escena.


¿Y qué decir de la planificación? ¡Es gloriosa!
Mann no sólo nos regala con los habituales planos de ángulos distorsionados tan característicos en estos films. Sino que haciendo gala de su habilidad innata para el encuadre, se recrea en todo de tipo de planos con personajes en diferentes capas de profundidad. Con planos en los que se desplaza la cámara con movimientos laterales, ascendentes o descendentes. Planos detalle que acaban en planos americanos. Cámaras subjetivas. 
Fundidos en negro...

Ya lo veis "La brigada suicida" es un disfrute para el cinéfilo, más aún si ama el cine negro.  No debeis perderos esta orgía de recursos cinematográficos, una orgía a la que todos estais invitados.

21 comentarios:

  1. Excelente el blog. Resulta interesante que reivindiquéis la figura de un director "todoterreno" como Anthony Mann, ya que tiene un buen puñado de grandes películas.
    Añado tu blog a la lista de favoritos del mío.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. @Ricardo Perez. Muchas gracias por tus opiniones. Tus comentarios siempre son bienvenidos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Magnífica, una obra maestra. Puede que Mann sea conocido ante todo por sus western, pero esta película de cine docu-negro es ya una de mis favoritas del género.
    En primer lugar no tengo palabras para describir la belleza de las imágenes, la maestría con que juega con las luces y sombras,como utiliza los reflejos en espejos, en el agua, cristales.... Fantásticos picados y contra-picados, tomas desde abajo que crean esa sensación de claustrofobia típica del género. Enfoques que comienzan por los pies y van subiendo lentamente hasta la cintura, para detenerse en ese punto, dejando al espectador en suspense, sin conocer la identidad del personaje hasta la escena siguiente. Muy inquietantes algunas tomas, como la de la escalera donde la cámara está situada la un lado y a la altura de la vista de niño pequeño, que vería unos pies que van subiendo los escalones progresivamente y la cámara va captando los pantalones, la cintura... pero no se percibe al actor entero hasta que no dobla el recodo de la escalera y está muy arriba, en un plano contra picado y opresivo para desaparecer de pronto tras el pasamanos. los movimientos de cámara son lentos y precisos, también aparecen escenas en las que esta permanece estática, como en las de la violencia física más explícita.
    Las tomas en la sauna son increíbles,te introducen de tal modo en el ambiente que casi sientes el calor agobiante y la amenaza opresiva. Magnífico el juego de luces y sombras, con siluetas que se adivinan entre el vapor y la luz de los focos difuminada por la bruma. John Alton da la talla en este gran trabajo de fotografía e imaginación tan influenciado por el expresionismo y el realismo europeos.
    Los recursos propios del documental aplicado al cine negro, permiten que se entienda la trama en todo momento, a diferencia de lo que ocurre en la mayoria del "film noir", donde resulta fácil perderse en la historia. La voz del narrador nos va guiando y adelantando los pasos de los protagonistas, evitando que el espectador se pierda en el hilo argumental. Recordemos además que es un auténtico directivo de la tesorería el que relata los hechos.
    Mann vuelve a la carga con su debilidad por retratar la psique humana. Coloca a los personajes en situaciones límite, donde entran en juego sentimientos intensos y enfrontados, como (SPOILER) cuando Dennis O'Keefe presencia la muerte de su amigo sin poder intervenir, y como sabiendo ests que va a morir, reacciona protegiendo a Dennis. Ambos interpretan sus papeles con gran sobriedad, con el tono justo de tensión y compañerismo para dar más realismo a una historia que por otro lado está basada en un hecho real.
    Los secundarios completan una interpretación excelente en su conjunto.
    El guión es muy bueno, mantiene la tensión en todo momento, que va "in crescendo" hasta la escena final. Los momentos de espera antes del veredicto del experto y la sorprendente respuesta de este, no son previsibles, y tras ellos la pesecución por el barco,da el broche final.
    El momento de la historia en que Dennis es enviado a localizar al planificador, no me parece que esté correctamente desarrollado.Ocurre demasiado bruscamente. Además las explicaciones que da Tonny a los gánsteres, que le están pegando para que hable, convencen a lo delicuentes,pero resultan algo confusas para el espectador.
    Una película muy recomendable.

    ResponderEliminar
  4. Qué bien suena tu crítica, David. Esta mezcla de estilos tiene muy buena pinta. El aspecto expresionista te viene enseguida a la cabeza, y mezclarlo con documental puede ser la bomba.
    Como señalas, de otras pelis con el estilo docu-noir me tira muchísimo la de Jules Dassin La ciudad desnuda. Otra de él, La ley que es casi de una década más tarde, no sé si es también de ese corte. Un saludo y a ver si la veo pronto y comento algo más. Ciao

    ResponderEliminar
  5. Para mi un buen comentario de una película, que se supone buena claro, es aquel con el que me dan ganas de ver inmediatamente la película. Si además aporta información valiosa lo califico de muy bueno. En este caso se dan las dos premisas, y aunque ya la he visto, la he visto la revisaré sin duda cuanto antes.

    Toni, como diría la Montiel, es uno de esos dierctores quizá no suficientemente valorado con un monton de buenas películas y unas cuantas obras extraordinarias, entre las que se encuentra esta.

    Enhorabuena por vuestro blog, nos veremos también por aquí a menudo.

    ResponderEliminar
  6. Gracias por los halagos y por tu visita GCPG es un placer poder contar contigo.

    Para empezar me gustaría matizar una cosa.
    Para todos aquellos a los que las voces en off de las películas os levanten ampollas. Porque pensais que son un recurso facilón de directores cortos de talento y con pocas ganas de contar las cosas como se deben de contar en cinematografía, es decir con imagenes y con las palabras imprescindibles.
    Advertiros que en "La brigada suicida" los tiros no van por ahí, ya que las partes en off se utilizan unicamente para dar un tono de documental. Como en esa serie USA que se llamaba "Cops" en la que contaban como trabajan los polis americanos; con un narrador, entrevistas y además dramatizaciones de sus intervenciones (seguro que hay cientos de series de este tipo y esta es un poco obsoleta, pero no sabría citaros más, la tv no es mi fuerte).
    Este recurso esta incluido en la película exclusivamente para darle un poco de morbo, es como decirle al espectador "Esto podría estar pasando ahora mismo al lado de su casa".
    Sin el el resto del metraje funciona perfectamente como una (excelente) película de cine negro. Juntos producen un fuerte contraste, que en el año 48 debía de ser mucho más acusado, entre realidad y ficción. Realismo y expresionismo. Hacienda y psicoanálisis.

    @Javi: La vas a disfrutar de lo lindo. Esperamos tu analisis. Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Bueno David, quien piense eso de la voz en off evidentemente es que no le gustan Godard o Lars von Trier, por citar solo a dos. Yo creo que es un recurso como otro cualquiera, hay quien lo utiliza bien y le sirve para reforzar una idea determinada, como es el caso de Mann en esta película, y otros que efectivamente recurren a él porque no saben cómo explicar algo si no.

    ResponderEliminar
  8. Excelente iniciativa la del ciclo sobre el gran Anthony Mann. Autor no demasiado reconocido, pero que se mueve por los géneros más diversos con mano de maestro, habiendo dejado a lo largo de su carrera algunas obras fundamentales. No olvidaros en el ciclo de "Side Street" (1950), título, asimismo, poco conocido, al que he dedicado recientemente un post en mi blog de cine.
    Ánimo y saludos.

    ResponderEliminar
  9. Efectivamente monsieur le Gourmet es sólo otro recurso cinematográfico que los buenos directores suelen usar bien y los malos no tanto.

    Me gustaría entrar ahora de lleno en el análisis del personaje que interpreta Dennis O´Keffe, un personaje desdoblado por necesidades del servicio.
    O´Keffe el policía infiltrado representa "al buscador de la verdad" personaje arquetípico del film noir. Pero para llegar a descubrir esta verdad tendrá que pagar un alto precio.
    (SPOILER) Al infiltrarse en el mundo del hampa el detective Dennis O´Brien se transforma en el gánster Vannie Harrigan con aparente facilidad, magníficamente adaptado nos sorprende con una capacidad innata para adoptar poses chulescas y agresivas que no detectamos en su compañero, el también infiltrado, Tony Genaro.
    Desde el principio del film la frontera entre el bien y el mal para nuestro protagonista se dibuja intencionadamente de una manera difusa y el espectador nunca sabe si esa aparente facilidad de adaptación al mundo del hampa se debe un exceso de celo interpretativo (digno de un actor del método) para mantener a salvo su tapadera o a un progresivo disfrute inconsciente del papel de malvado. Mann y sus guionistas demuestran gran talento a la hora de contarnos lo que O´Brien va sacrificando conforme va ascendiendo la pirámide de mando hasta llegar al verdadero jefe de la organización de los falsificadores. El coste unas veces es físico, como la paliza que recibe en la sala de juego o la tortura a la que es sometido por Moxie y Brownie los matones de la organización. Otras veces tiene un alto coste moral porque deja a su compañero a merced de los gánsteres, la primera vez cuando deja Detroit para ir a L.A. y Genaro es interrogado por los matones de Vantucci y sobre todo cuando asesinan a Genaro y no es capaz de intentar evitarlo. Al final de la película Dennis recibe un balazo en las tripas mientras persigue y da muerte a Moxie (el brazo ejecutor de la banda), es su último sacrificio físico.
    El último sacrificio espiritual viene al final del film en forma de grandes titulares de periódico. El narrador los lee y nos cuenta como O´Brien se recupera en el hospital de sus heridas y es condecorado por sus acciones heroicas y al final lee una pequeña noticia en la que se habla del agente Genaro, caído durante la misión y de su viuda.
    Dennis con sus “sacrificios” ha conseguido desmantelar la red de falsificadores, Es un héroe pero, como nos muestra sutilmente Mann, la muerte de su compañero le amargará el dulce sabor de la gloria.

    En mi próximo comentario analizaré la rica simbología y las metáforas presentes en la película, espero vuestro feed-back.
    Saludos para todos, gracias por leernos y por participar.

    ResponderEliminar
  10. Bienvenido Fernando, gracias por tu comentario y por supuesto que consultaremos tu interesante post.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Vamos allá con la simbología. (SPOILER)

    Cuando Dennis llega a Los Angeles siguiendo la pista del “Planificador”, del que sabe muy pocas cosas, una de ellas es que recibe tratamientos de medicina tradicional china. Dennis recorrerá las consultas de los sanadores chinos hasta dar con uno que ha tratado al “Planificador”.
    Aquí comienza la búsqueda de lo oculto, el comienzo de una larga travesía hacia el corazón de las tinieblas, a través de la organización de falsificadores. Los chinos, y sus sociedades secretas, tradicionalmente han sido vistos como una raza/nación misteriosa y hermética, en la película simbolizan a los guardianes de las puertas de un mundo tenebroso.

    Dennis encuentra la pista del “Planificador”, un médico chino le refiere que es un gran aficionado a los baños de vapor. El detective recorrerá varias salas de vapor hasta dar con su presa. Estas salas de vapor guardan una clara analogía con el infierno.
    Dennis está acercándose al mal-infierno-banda de falsificadores, en su recorrido por las saunas (maravillosamente fotografiadas por Alton) va dejando parte de sí mismo, de su “yo” policía/O´Keefe en pos de su “ello” gánster/Harrigan. Esta transformación viene retratada con unos planos onírico-psicodélicos en los que vemos el rostro de Dennis en un estado presincopal producido por el calor, la hipotensión y el mareo. Por fin encuentra al “Planificador” y su peregrinar por la antesala del infierno ha tenido su recompensa ¿Pero a qué precio?

    Como ya anticipaba en el anterior comentario el camino de Dennis hasta el jefe de la banda tiene algo de paseo por el infierno.
    Como en “La divina commedia” de Dante, en la que el infierno está dividido en diferentes anillos o estratos, la banda tiene varios mandos intermedios. A modo de Virgilio (guía de Dante en la Commedia) el “Planificador” es la llave y la guía que usará Dennis en su búsqueda. Cada vez que el detective O´Keffe pasa de un cabecilla de la banda a otro de rango superior (desciende de un anillo infernal a otro) debe de pagar un precio ya sea físico o espiritual.

    Por último los reflejos. Mann juega continuamente con imágenes reflejadas de Dennis y de Genaro. El espejo-escaparate-charco devuelve a los detectives la imagen que están proyectando, su imagen de gánsteres de malos. El espejo les devuelve esa imagen, para recordarles en lo que se están convirtiendo al entrar en el mundo negro y corrupto de los criminales. Aquí existe una nueva dualidad entre lo que son y lo que proyectan.
    Muy significativo es el hecho de que después de reflejarse en el escaparate de una panadería durante un paseo por un mercado de alimentos, Genaro es reconocido por una amiga de su esposa y a su vez por su esposa. Pese a los esfuerzos de Genaro y de su mujer por simular un equívoco, la tapadera de Genaro cae y esto le costará la vida.
    Genaro no puede proyectar un aspecto tan gansteril como O´Keefe, porque no está tan cercano al mal como este. Una metáfora dentro de otra. Y una nueva alusión a la atracción subconsciente que siente Dennis O´Keefe por el mundo del hampa.

    Ya lo veis aquí hay mucho psicoanálisis (típico del expresionismo alemán) y claras influencias literarias de La divina commedia, Fausto e incluso Dr. Jeckyll & Mr. Hyde.

    Un saludo para todos.

    ResponderEliminar
  12. Qué distintos los infiltrados, sobre todo el de actitudes chulescas (el protagonista), como dices tu, David, con otros infiltrados como Pacino en la de Friedkin A la caza. Después diré algo más que lo tengo escrito. Pero primero leeré todos los comentarios que pusisteis. Hasta después.

    ResponderEliminar
  13. Lo que más me gustó fue su estilo Docu-noir. Es visualmente muy atractivo y tiene una semejanza clara con el cine de Orson Welles en cuanto a su expresionismo.

    El guión también me parece buenísimo. Es sólido y con muchísimos matices en una trama perfectamente montada, muy planificada, sin complicaciones e inteligente.

    Ahora voy con lo que menos me gustó. Me extenderé más porque hay varias cosas con las que no coincido con David ni con GCPG, por ejemplo con lo que dicen de la voz en off. No me convence por lo general, casi nunca. Hay pelis a las que le queda mejor, pero a mí, personalmente, me parece un recurso que no haría falta usar si se modificaran cosas muy concretas del montaje, generalmente pocas.
    La voz en off suele ser un recurso en cine demasiado literario, que explica lo que se haría mejor con un sencillo diálogo o con imágenes que tuvieran un contenido conceptual importante, o simbólico dependiendo del tipo de película que fuera. En ésta de Anthony Mann, sobra la mayor parte de las veces; lo que se ve es suficientemente entendible y es un añadido irrelevante. El recurso se utiliza, además, con muchísima frecuencia y suele ser largo el discurso en su narración (aún más literario); puede ayudar al principio, pero luego sobra. Cuando se usa con frases cortas es totalmente prescindible porque describe obviedades. Es cierto que hay que contar con el componente documental; al inicio aquel hombre hablándole a la cámara explica de que va la cosa y por donde irán los tiros (nunca mejor dicho), pero hasta ahí. Eso está bien, pero no hacía falta el recurso explicándonos casi todo después. Creo que llegaba con usar la voz en off en contadas ocasiones y no alargarla tanto: para mí el concepto visual en el cine es trascendental, y sobran recursos como la voz en off. Se pueden usar imágenes, como ya comenté, o diálogos, aunque yo prefiera imágenes que tengan fuerza visual y de contenido (más vale una imagen…). A mí Blade Runner me gustó más sin voz en off, que era como la había concebido el director para exhibir en los cines. Los productores le dijeron que sin ella resultaba extraña y que la gente la preferiría, seguramente, con una voz en off. Así fue. A la gente le gustó más con voz en off y resultó más vendible así, pero yo para eso soy raro y me pareció mucho más sugerente y hermosa sin voz en off. Eso tampoco es incompatible con que haya pelis que tienen el recurso que me encantan y que le da un algo interesante, como por ejemplo en Léolo, de Lauzon (en esto lo comparo con los musicales; por lo general no me gustan nada, pero los hay buenísimos y que a mí me entusiasman.). En esta peli canadiense el recurso es casi ideal por el tipo de historia contada: los libros y la imaginación de un niño tienen mucho que ver en que esa voz en off literaria y profunda nos sumerja aún más en el mundo de Léolo…

    ResponderEliminar
  14. No me cabe en un post y tengo que hacerlo en dos-

    Por otro lado comentar que los agentes eran de una personalidad muy decidida. Daba la impresión de que no le tenían miedo a nada. En eso es muy distinto a policías infiltrados de otros films como en A la caza, en donde Al Pacino demostraba inseguridades y parecía más humano en sus debilidades. Aquí los agentes son durísimos; supongo que por contagio por el tipo de cine negro de la época en el que los personajes eran también muy duros y sin fisuras: Es posible que en aquella sociedad si no eras un hombre parecido no tenías demasiado éxito; se llevaba ese tipo de hombre, aparte de el galán, que se reflejaba muy bien en películas donde las estrellas interpretaban papeles parecidos, papeles que demandaba la gente porque era lo que le gustaba. Hoy, sin embargo, este tipo de hombre no es tan atractivo, tan decidido, tan macho, tan fuerte. Está bien ser fuerte, pero no hay que irlo demostrando siempre que se tiene la más mínima ocasión exhibiéndolo casi como si de una bandera se tratara.

    Y por último (que ya va siendo hora :-) comentar que hay algo de frialdad en la ambientación. Los personajes se centran en lo oficial, en el caso, y este hecho le resta algo de atractivo. El aspecto más humano, íntimo, no aparece a penas, y eso lo hace ser menos cálida. Hay mucha planificación (y ahora no hablo del montaje, que es excelente) en los agentes, en la mafia, en el departamento del tesoro. La sensación de tenerlo todo controlado, de hacer comprobaciones y más comprobaciones continuamente es consustancial con el tipo de historia que se nos cuenta. Este hecho le quita cierta frescura, además de hacerla más fría, como ya comenté, y matemática.

    Es una peli a la que le pongo un 7 (sobre 10), pero a la que le metería 1 punto más de convencerme más los aspectos negativos que comenté.

    PD- David: No creo que O´Keefe tenga esa maldad que se le presupone; creo que ni inconscientemente siente atracción por el mundo del hampa. Yo iría más al hecho de que es un hombre fuerte y decidido y al tener esa personalidad, y saber fingir, puede adoptar mejor actitudes de gangster. Pero yo no veo tanto que disfrute o que esté cómodo en momento alguno, ni mínimamente, aunque si fuera así, para mí el director no fue más allá arriesgando para darle ese matiz que dices y que le podría haber ido mucho mejor… yo es que no lo veo tanto, o tal vez es que me niegue a verlo.

    Bueno, nada. Me he enrollado mucho; hoy andaba con ganas. Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  15. Gracias Javi por exponer tus puntos de vista, tus comentarios siempre enriquecen el cine-fórum.
    Indudablemente es bueno aportar diferentes lecturas y opiniones (razonadas) de un mismo film.
    Sólo así conseguiremos sacar mayor jugo a una película.
    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  16. Perdona por haber escrito tan mal los comentarios. Fueron sin revisar y los puse copiándolos de unos apuntes que tenía por aquí desordenados. Al releerlos comprobé que hay partes que no se entienden demasiado bien.

    Por otro lado comentar que mi punto de vista con relación a O´Keefe es totalmente subjetiva y pienso más bien que el personaje está descrito de una forma que se acerca más a lo que dice que a lo que a mí me parece. Seguro que Mann cuando la hizo tenía esa idea. Lo que ocurre es que, de ser así (que lo es, seguramente), para mi gusto no está demasiado bien plasmado porque hay una especie de sobreactuación nada sutil, y su comportamiento es un tanto exagerado (por eso mi interpretación de que actúa y no siente realmente ese mundo tan atractivo). A mí me hubiera gustado más de otra forma: que se descubriera poco a poco que a ese agente le atraía de algún modo el mundo del hampa y nos sorprendiéramos al ver ciertos comportamientos (como Pacino en A la caza y sus dudas sobre su sexualidad; en esta sería sobre si O´Keefe siente o no esa atracción)... pero en este caso el personaje de O´Keefe lo veo como descarado...no sé si me explico bien. Bueno yo lo veo de ese modo. Un saludo, David, y gracias.

    ResponderEliminar
  17. Hola Javi, supongo que como comentabas más arriba esa "sobreactuación" se debe más al rol de gánster muy físico y agresivo que era habitual en el cine de la época. De hecho la interpretación de O´Keffe me recuerda poderosamente a otras de James Cagney.
    Es sólo eso producto de la época.
    Mi percepción de que el protagonista se acerca de manera subconsciente al mundo de los "malos", no se debe sólo a las poses interpretativas que adopta sino porque toda la simbología que comenté anteriormente refuerza la idea de este acercamiento al lado oscuro.
    No le presupongo maldad, sólo reseño el hecho de el personaje es seducido a nivel instintivo-subconsciente por la maldad del mundo del hampa. Lo cual le lleva a actuar de una forma determinada, más agresiva, más morálmente punible.

    En cuanto a la voz en off, pues lo que tu comentas: Gusta o no gusta.
    Por lo que veo a ti te deja más bien tibio, te agrada al principio y al final para aportar ese tono documental, pero te desagrada durante el resto del metraje.
    A mi sinceramente sólo me parece una curiosidad dentro de lo que es el cine negro. El efecto poderoso que buscaban los realizadores de la época, enfrentar el tono documental (realista) con el cinematográfico (dramatizado), ya no tiene ese efecto en nuestros días de realitychows y demás zarandajas.
    Es un subgenero (docu-noir) dentro del género (film noir) y no me meto en muchas valoraciones estéticas porque lo acepto como tal y no me chirría.
    Lo que sí me parece absolutamente meritorio es el resto de la narración, la no documental, en la que Mann se muestra como lo que es, un superclase del género.

    Un abrazo compañero y no preocuparse que las opiniones son como las huellas digitales (siguiendo con los procedimientos policiales jejeje)cada cual tiene las suyas.

    ResponderEliminar
  18. Mi momento favorito de "la brigada suicida" es aquel en que O'Keefe tiene que recuperar la plantilla del billete para poder marcharse cuanto antes.
    La escena está tratada con sobriedad pero llena de tensión, ejemplifica el caracter duro y atrevido del policía.
    Está rodada en dos habitaciones, y la cámara juega desplazándose arriba y abajo, como en el plano en el que vemos la placa pegada al lavabo, y a los dos hombres de pie junto a este. Utiliza las sombras para crear más sensación de peligro y claustrofobia. La interpretación del protagonista es excelente, un compendio de actitud chulesca, osadía y tensión contenida ante una situación tan peligrosa.
    En el dialogo establecido entre David y Javi, se comentaba la actitud de O'Keefe. En esta escena se ve con claridad como el protagonista mimetiza su comportamiento con el de los gangsters, no es uno de ellos, pero la simbiosis es tal que da a entender que O'Keefe disfruta con el papel que le han asignado. Tiene que salir de allí ya que su tapadera está a punto de caer.

    ResponderEliminar
  19. Me estáis medio convenciendo. Sí, parece que está cómodo y que le puede atraer ese ambiente; es por eso que no le resulta tan difícil disimular y estar entre ellos comportándose de esa forma. ¿Qué puede pensar el compañero al verlo actuar así: que es un gran actor (dentro de la peli, claro) o que se siente bien entre ellos? Si sospechara que es esto último le podía traer problemas a O´Keefe; por eso comenté antes que, aunque sintiera eso, lo podía disimular más porque el resultado hubiera sido igual de bueno ya que todo el plan estaba perfectamente articulado por el departamento del tesoro y los responsables de la investigación. Yo hubiera preferido otro tratamiento con el el personaje de O´Keefe como ya comenté; pero veo ahora mejor que antes que sí sentía algo especial entre la gente del mundo del hampa, hala! Chaito

    ResponderEliminar
  20. Escoger mi momento favorito de la película, es francamente difícil porque es tal el derroche de talento visual aplicado al género que hace Mann en la película, que me dificulta enormemente la tarea de quedarme con uno sólo.
    Así pues tendré que decidirme por éste en representación de los demás.Me refiero a la secuencia en la que Dennis sigue al "Planificador" desde su apartamento hasta la casa de apuestas.
    Es un prodigio técnico.
    Se desarrolla en exteriores nocturnos y la iluminación es sencillamente magistral. Comienza con el plano picado de unas escaleras por las que desciende el "Planificador", al que vemos alejarse de espaldas hacia la calle. Desde el final de la escalera y con un gran movimiento de camara asciende el plano hasta centrarse en un primerísimo plano del rostro de Dennis en la parte superior de la escalera, aclarando que el plano inicial de la secuencia es una camara subjetiva. La persecución sigue por la calle con planos en dos capas de profundidad con perseguidor y perseguido. Planos laterales con el encuadre captado en un angulo ascendente. Y un momento en el que el "Planificador" intuye que lo pueden estar siguiendo y se vuelve para comprobarlo. Dennis se agacha a encender un cigarrillo para ocultar el rostro y es captado con un sobervio contrapicado en primer plano.
    Una maravilla de secuencia realizada por uno de los genios que ha dado el género Noir.

    ResponderEliminar
  21. Excelente y didáctica entrada, y pedazo de coments que se marcan tus seguidores. A mi de Mann me gusta casi todo, no creo, como Fernando que sea un autor poco reconocido. En la mayoría de los géneros que ha tocado y han sido unos pocos siempre ha demostrado que es un tipo que sabe hacer "cine". Para mi la película fetiche (en realidad son dos) de Mann es "La pequeña tierra de dios" (hace poco hice una reseña para el bog, deudor del nombre "God's little Acre")y después un western que adoro, "Winchester 73", pero me gusta generalmente todo su cine, algunas veces, como comento en la reseña de esta semana con rarezas como Two o'clock courage, una película "rara" y con un humor distinto al que nos tiene acostumbrado. Mann ha hecho cine en tres décadas y todas sus películas suelen tener una media alta. Enhorabuena por la entrada.

    Saludos
    Roy

    ResponderEliminar