jueves, 7 de abril de 2011

MUJERES EN VENECIA


 Como resultado de la traumática experiencia sufrida por Joseph Mankiewicz en el rodaje y la postproducción de “Cleopatra” (1963), la salud y la autoconfianza del autor se vieron considerablemente mermadas, de tal forma que el director precisó de prácticamente cuatro años para reunir la energía y determinación suficientes para volver a enfrentarse a una nueva película.
En “Mujeres en Venecia” (1967) encontramos otra buena muestra de lo mejor del cine de Mankiewicz: Su habilidad para escribir una trama excitante, brillantes y ácidos diálogos, esos personajes (especialmente los femeninos) maravillosamente dibujados y una puesta en escena inspirada en el teatro.
Aunque quizás lo más reseñable de la película que hoy nos ocupa, sea su utilización por el autor para plasmar en ella su pensamiento, radicalizado tras la digestión de frustraciones y padecimientos, exponiendo una filosofía personal cargada de cinismo y con la que Mankiewicz pretende saldar cuentas con el pasado.

FICHA TÉCNICA: MUJERES EN VENECIA “The honey pot”.
AÑO: 1967. DURACIÓN: 131 min. PAÍS: Estados Unidos.
DIRECTOR: Joseph L. Mankiewicz.
GUIÓN: Joseph L. Mankiewicz. MÚSICA: John Addison.
FOTOGRAFÍA: Gianni di Venanzo.
REPARTO: Rex Harrison, Clift Robertson, Susan Hayward, Maggie Smith, Capucine, Edie Adams, Adolfo Celli.
PRODUCTORA: United Artists. Productor: Charles K. Feldman.
GÉNERO: Comedia. Intriga.

SINOPSIS: El excéntrico millonario Cecil Fox reúne en su palacio Veneciano a las tres mujeres más importantes de su vida alegando, falsamente, que se encuentra cerca de la muerte por una grave enfermedad y que desea verlas para legar toda su fortuna a una de ellas.
Todo ello no es más que una mascarada, una broma pesada, que Cecil ha urdido, inspirándose en la obra de teatro del siglo XVII “Volpone”, y con el único objetivo de burlarse y humillar a esas tres mujeres que en otro tiempo amó y que ahora desprecia. Para llevar a cabo la charada se valdrá de los servicios de William McFly, un actor en paro, al que contratará para hacerse pasar por su secretario personal.


Con “Mujeres en Venecia” un Mankiewicz renacido de sus cenizas comienza lo que algunos han denominado como “la trilogía del cinismo” formada por sus tres últimas películas: “El día de los tramposos” (1970) y “La huella” (1972) y la cinta que hoy nos ocupa. Con ellas el autor se valdrá de lo mejor de su cine para “repartir estopa” a diestro y siniestro, valiéndose para tal predicamento de personajes de dudosa moralidad que fraguan tramas llenas de falsedades, codicia, revanchismo y manipulación.


Desde el principio, en el que Cecil Fox (Rex Harrison) asiste a una representación privada de “Volpone”, la película tiene una marcado tono teatral y casi todas las secuencias se desarrollan en tres o cuatro decorados de los estudios Cinecitta, que simulan ricas estancias del palacete veneciano propiedad de Mr. Fox. El guión libremente inspirado en las piezas teatrales “Mr. Fox of Venice” de Frederick Knott, “Volpone” de Ben Jonson y en la novela “The evil of the day” de Thomas Sterling, desarrolla una suculenta historia que comienza como una perversa y divertida charada y que continua, al más puro estilo Poirot, con una trama criminal plagada de humor negro.
Tal y como podeis apreciar por mi última frase, ambas partes de la película tienen un nexo en común, que es el humor. Y es que si algo prima en “Mujeres en Venecia”, es el humor cínico y lleno de “mala leche” con el que Mankiewicz sublima la desilusión por los desengaños del pasado y su rabia por los cambios que estaban transformando la sociedad y el mundo del cine.


El aristocrático y maquiavélico Cecil Sheridan Fox (Rex Harrison), paradigma del héroe mankiewiczniano, ejercerá como la voz de su amo, disparando sin tregua contra la industria del cine, las mujeres y la ruindad intrínseca del ser humano en los afilados diálogos que mantiene con su compinche William McFly (Clift Robertson). El realizador convierte así al protagonista en su alter ego, en el portavoz de su crítica y de una profunda reflexión que gravita sobre el paso y la utilización del tiempo. Algo con lo que Mankiewicz juega continuamente en el montaje, ofreciéndonos múltiples insertos con todo tipo de relojes, que nos recuerdan que el tiempo es oro.
Un tiempo que para Fox sólo merece la pena ser vivido de una forma: Con intensidad, máximo aprovechamiento y disfrute; y haciéndome eco de este pensamiento, citaré el apropiado refrán italiano: “Meglio un giorno da leone che cento de coglione”.
No es extraño que la cinta se desarrolle en Venecia, una ciudad fascinante anclada en el pasado y en la Fox y Mankiewicz buscan cobijo seducidos por su ilusión de serena atemporalidad.


Aun así Mankiewicz sólo quedó parcialmente satisfecho con los resultados de la película, ya que en cierta manera su postproducción reprodujo, a pequeña escala, los problemas padecidos en el montaje de “Cleopatra”
El metraje final que el director tenía en mente se vio reducido en casi 30 minutos de escenas, que incluían flashbacks referidos al pasado de las tres mujeres y una secuencia completa en la que se daban cita nuevos personajes que complicaban aún más la ya de por sí enrevesada trama.
Escuchemos a Mankiewicz hablar sobre ello: “Mujeres en Venecia ha sido el más complejo y cínico guión que yo haya escrito. Está inspirado en “Volpone”, de Ben Jonson, una obra que siempre me ha intrigado por su perversidad. Los productores se asustaron al leerlo pensando en la hipócrita moralidad del público americano. No me dejaron mostrar, tampoco, un distanciamiento satírico de lo que se veía en la pantalla, a la manera de Pirandello. Les pareció demasiado avanzado. Todo esto lo acusó el film, al que cortaron más de veinte minutos. La United Artists se aprovechó de mi estado de ánimo. Después de la depresión que había sufrido con Cleopatra no estaba demasiado seguro de mí mismo. Hice lo que a ellos se les antojó y mi obra más personal se fue al garete.”
Tras esto sólo cabe pensar que “Mujeres en Venecia” es una producción en la que Mankiewicz volvió a sentir cortadas sus aspiraciones artísticas, quedando en un punto intermedio sus pretensiones y los resultados.


En el elenco artístico brilla con luz propia un Rex Harrison inspiradísimo, que consigue una interpretación redonda del vitalista y mordaz Cecil Fox.
Durante todo el metraje da la impresión de que el actor disfruta con su trabajo, gustándose a si mismo en la piel de Fox, gracias a lo cual dota al personaje de una energía especial que atraviesa la pantalla y contagia al espectador.
Impagables son sus tremendos pasos de baile, su mirada y gesto cínicos, sus alocuciones y réplicas…manteniendo esta buena forma gracias a un suministro continuo de whisky y puros.
Sobre su intervención y la de Susan Hayward comentaba Mankiewicz: “Con Rex Harrison colaboraba por cuarta vez. Un buen actor que me crispa los nervios con su excéntrico comportamiento. Es muy difícil trabajar con él, pero estamos ligados por una mutua relación de amor-odio muy fuerte. Susan Hayward era estupenda. Atravesaba, entonces, una mala época, el marido se le estaba muriendo y, aunque intentaba disimular el dolor, la interpretación quedó marcada por su estado de ánimo. Para colmo, su papel fue el que peor parado salió con los cortes.”





El trío de damas que acuden a la trampa, como moscas golosas al tarro de miel, está compuesto por una madura Susan Hayward, la bella y aristocrática Capucine y Edie Adams. Las tres componen, más que correctamente, a tres arpías con distinta educación y extracción social a las que une su amoralidad y su codicia.
Tampoco podemos olvidar a otros tres personajes, muy importantes para la evolución y la conclusión de la trama, como son: William McFly (Clift Robertson), el actor contratado por Cecil para representar la charada, la virtuosa enfermera con vocación detectivesca Sarah Watkins (Maggie Smith) y el simpático Inspector Rizzi (Adolfo Celi). Mankiewicz transmutará a los tres en paródicas caricaturas de personajes de novela de Agatha Christie, para desarrollar la intriga criminal de la película.


Para terminar destacaré la hermosa fotografía de Gianni di Venanzo, un clásico del cine italiano famoso por sus trabajos con Fellini y Antonioni, que en “Mujeres en Venecia” consigue crear la atmósfera difusa y misteriosa que Mankiewicz deseaba para la cinta. Fotografiando de manera esplendida las secuencias en exteriores aprovechando la melancólica luz del invierno y la tenue iluminación nocturna.

Y para finalizar sólo me queda recomendaros encarecidamente la visión de esta película un tanto desconocida, que no menor, dentro de la filmografía de Joseph L. Mankiewicz. Una película de un humor sólo apto para mentes despiertas, lúcida y mordaz que a buen seguro no os decepcionará.

50 comentarios:

  1. Es verdad que no destaca entre los primeros títulos del maestro Mankiewicz que te vienen a la mente, pero es una de mis preferidas. Me parece muy inteligente y mordaz el modo en que elabora el engranaje de la historia, demostrando diversas facetas del comportamiento humano no siempre dignas de orgullo. Además, tiene una marcada (y supongo que intencionada) teatralidad. Del reparto, para mi sobresale Rex Harrison en uno de los mejores roles de toda su carrera. Gracias por la entrada y saludos.

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  2. Mujeres En Venecia es una peli que descubrí recientemente, creo que la culpable fue Capucine, y en cuanto la vi me recordó mucho a La Huella: supongo que por su teatralidad de la puesta en la escena y por esa farsa argumental que esconden ambos films. The Game también me recordó mucho a la Huella, pero a diferencia de los films de Makiewicz, el film de Fincher me pareció un ejercicio vacío.

    Intentaré revisarla.

    Un saludo!!!

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  3. A mí me parece una película deliciocísima y no siempre considerada del todo mayor, sofistacada, intrigante y muy hábil

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  4. @ David.
    Excelemte entrada David. En ella das las principales pinceladas a temas que me parecen muy interesantes, y van a permitir que los desarrollemos en profundidad.
    Empezaré por el "Tiempo", que como dices es omnipresente en toda la cinta. Lo miden en múltitud de relojes, desde el de Lucrecia Borgia, pasando por el reloj de arena hasta el de muñeca del querido inspector que este consulta cuando está en su casa viendo la tele.Por cierto que la escena en que apunta la tele con su revolver me encanta. No sabeis lo identificada que me siento con ese gesto! es fantástico que el inspector a falta de llave para conseguir algo de intimidad en su hogar tenga la genial idea de "cargarse la tele" Hurra por él!En fin volviendo al tema del transcurso del tiempo, me encanta la metáfora final en la que Fox coge el maravilloso reloj de arena que es oro, nunca mejor dicho que el tiempo es oro,y se lo lleva consigo al otro tiempo,en esos diez minutos que valen más por su intensidad que los diez años que pudiera vivir cualquier ser anodino. Porque el tiempo no merece ser vivido sino es intensamente. No vale la cantidad vale la calidad. El reloj de arena mide un corto espacio de tiempo (si no le das la vuelta), pero su valor como objeto es incalculable, el reloj que da las horas de las principales capitales del mundo, mide el tiempo a más largo plazo y de múltiples lugares, pero su valor como objeto es infinitamente menor. El film está plagado de metáforas guiños e interrrelaciones entre las palabras y las ideas. Recordemos por ejemplo que MacFly fue elegido por lo que significa su apellido "mosca", al igual que en la obra de Ben Johnson, Volpone. Rex destroza todos los relojes que le han regalado antes de acabar con su propio tiempo.
    Quizás la palabra sea venganza, o quizás cinismo, para describir el hecho de que las tres mujeres regalen un reloj, cada una a su estilo, pero en una clara referencia al tiempo que se le acaba a Cecil Fox, aquí la mano de Mankiewicz resulta magistral. El aderezo de humor que impregna toda la cinta nos permite disfrutar de este y otros detalles con plenitud. Rex Harrison actúa disfrutando de cada escena, lo requiere el papel claro, pero creo que se lo estaba pasando estupendamente haciéndolo y se nota. Bien hay mil cosas más que referir en cuanto al tiempo en este film así que lo dejaré para otro comentario y para intervenciones de otros.
    Otros temas que me suscitan interés son por ejemplo :
    El engaño sobre el engaño.
    La visión misógena de Mankiewick, que no deja títere con cabeza, ni siquiera la bondadosa e inteligente Sara es trigo limpio.
    El querido inspecto que nos recuerda tanto a Poirot, sobre todo en esa escena en la que reúne a todos los sospechosos para desvelar al culpable, tan del estilo Aghata Christie.
    Los momentos de suspense a lo Hitchkok cuando se apagan las luces, se detiene el ascensor , esas tomas de los zapatos caminando, cuando desconocemos de quién se trata.
    Y por supuesto el elenco de personajes llenos de dobleces, y de mentiras a media.
    Un saludo

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  5. ¡Por cierto se me olvidaba el estupendo reloj de sol, que portaba aquellas joyas valiosísimas, tanto como el propio tiempo!
    un saludo

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  6. Este filme ilustra a la perfección, que Mankiewicz era mucho mejor guionista que cineasta.
    Buena entrada, camarada.
    Un saludo.

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  7. Precisamente, y debido a tí, estoy rescatando toda la filmografía de este magnífico director desde el primero de sus film. En realidad se trata de volver a ver estas pelis, salvo excepciones.
    Yo creo que esa trilogía cínica, vista en su conjunto, es uno de los mejores testamentos cinematográficos de un realizador. Pocos directores han podido dar tanto en el declive de sus carrera. Mankiewicz, a pesar de todas las limitaciones físicas y psíquicas, logró tres obras geniales, ¡una gran hazaña!
    Un abrazote.

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  8. Muy bien documentada y medida la reseña, amigo David, además de compartir el punto de vista allí expresado sobre "Mujeres en Venecia". Tratándose de una película bastante aceptable, derrapa, a mi juicio, en el último tercio, haciendo de ella una obra, digamos, malograda. Lo que empieza siendo una inteligente "charada" (el término preciso es, exactamente, ése), acaba convirtiéndose en una trama muy próxima a las historias de Agatha Christie. Nada que objetar al trabajo de la venerable Lady, pero, sencillamente, ese estilo no le va al director de "La huella". Mankiewicz brilla en los diálogos, en los conflictos cruzados y en la geometría de las pasiones, no en la aritmética de los extras o los asesinatos.

    Que lo suyo es el teatro y las tablas queda otra vez de manifiesto en cómo dirige al danzarín, marrullero y burlón Rex Harrison (verdaderamente, espléndido), así como a las damas en Venecia. ¡Qué hermosa, Capucine! ¡Qué convincente, Maggie Smith!

    Por cierto, y sin cambiar de tema (pues seguimos en las tablas): ¿sabías que en los años 50, Joseph L. Mankiewicz asumió la dirección artística de la ópera "La Bohème" de nuestro admirado...¡Puccini! en el Met de Nueva York?

    Salucines

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  9. Hoy no te voy a echar flores por la entrada David, aunque las mereces, pero es que las reservo todas para el comentario de Cristina. Efectivamente el tiempo es clave en esta película, con todas sus connotaciones posibles y sus distintas representaciones, el tiempo valioso, el tiempo relativo, el que se acaba...

    Pero hoy voy a ejercer de pirata, y voy a piratear nada menos que una también estupenda entrada que hizo Josep sobre la película en su blog. Le cito textualmente como homenaje, porque apunta otra de las claves:

    "...de improviso, la comedia se convierte en tragedia y la tragedia en intriga criminal.

    Y todo es confusión; Mankiewicz da una vuelta de tuerca y nos va desgranando las motivaciones de los personajes que nos ha presentado y que ahora se hallan presos en el enorme palacio, con sus puertas falsas, su jardín escondido y la ominosidad de saber que, de sus cinco habitantes, uno ha cometido el asesinato, sin que, aparentemente, haya lugar a sospechar el motivo, ya que Fox sigue vivo."

    Y es que la película esté llena de dobleces, empezando como muy bien dice Josep por ese palacio intricado, lleno de escondrijos, siguiendo por los propios de cada personaje, cada uno con sus múltiples caras y terminando por el propio guión, lleno de "engaño" y trampas que nos van abriendo sucesivas interpretaciones y explicaciones de lo que estamos viendo. Nunca nada es lo que parece.

    A mí no me gusta Agatha Christie, y es evidente que la película tiene "un aire" a ella. Pero ese aire está impregnado de una crítica mordaz y una acidez que yo no encuentro en la británica, por eso seguramente me gusta mucho Mankiewick y ella no.

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  10. Hola a todos, lo primero de todo me gustaría disculparme con todos los que habeis participado con vuestros oportunos e interesantes comentarios, no he podido contestaros oportunamente, un extenuante curso intensivo de orden profesional me ha tenido abducido durante 12 horas, permitiendome pequeñas pausas insuficientes para daros feed back con cierto criterio. Mañana será igual, pero intentaré contestaros a uno a uno y poco a poco o ya de noche.
    Muchas gracias, parece que ya se abren unas cuantas puertas para desarrollar este nuevo cine fórum.
    Un cordial saludo amigos.

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  11. Hola David. He visto "La huella" pero no he vist todavía "Mujeres de Venecia". Espero poder aprovechar la oportunidad de verla y disfrutar, una vez más, de mi adorado Rex Harrison. Abrazos.

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  12. Interesante película. Gracias a ti, he vuelto a verla. La había visto hace tiempo y quise revisarla para tenerla más cercana.
    Una de las cosas que más me gusta son los cambios de ambiente que en ella se ven. Primero tenemos un ambiente teatral que según va avanzando el tiempo pasa a un drama y finaliza con un misterio. El tiempo pasa en los personajes, en los relojes, en la trama y en la música (genial la ‘danza de las horas de Ponchielli!!) ¡Curiosos regalos, los relojes, para un moribundo!!! Excéntrico millonario en un excéntrico juego!!

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  13. @Fernando
    Estoy de acuerdo con que el último tercio de la peli es inferior a los dos tercios iniciales. Pero no diría tanto como que está malograda. Los diálogos no son tan brillantes, y el desarrollo a lo Aghata Christie empobrece la historia. Sin embargo salvaría de la quema, esa voz en off de Cecil Fox, comentando el desarrollo de los acontecimeientos después de su muerte, intercalada además con la de la otra muerta del reparto.Vuelve a parecer el tono de humor, de "bon vivant" que nos transmite Rex, y permite que no desaparezca del todo del film el que fue su motor principal.
    @GCPG,
    Es muy cierto, y no había caído en la métafora de los vericuetos del palacio y de sus habitantes. Especialmente el ascensor, que utiliza Sara para llegar al Sr Fox, y que como este bien dice:"igual que sube baja". Nos da así un primer indicio que pasa casi desapercibido, del camino que siguió para llegar hasta su victima.
    Y muchas gracias por las flores.
    Saludos

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  14. @Dickson
    Efectivamente, pese a ser una película con muchas cosas destacables no goza de la popularidad de otras.
    Sin embargo es una película muy destacable, especialmente por su ácido guión y por un soberbio Rex Harrison que raya a una altura similar a la mostrada en "My Fair Lady".

    Un saludo y gracias

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  15. @Cinexim
    Efectívamente las conexiones con "La Huella" son muy interesantes, de hecho parece que Mankiewicz con "Mujeres en Venecia" hace una primera aproximación vacilante a temas que más tarde funcionarán a la perfección en su última película, esto por supuesto no condiciona que la película tenga una identidad propia.
    Engaño, manipulación, codicia, asesinato, la charada...
    Espero una segunda valoración si te vuelves a acercar a la película, disfrutarás del brillante guión, del humor ácido de Mankiewicz, de los divertidos diálogos durante las manitas de poker en los que el director "pela" a los jerifaltes del mundo del cine y a los actores. Y de la brillantísima interpretación de sexy Rexy.
    Ya nos contarás.
    Un abrazo.

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  16. @Ibán
    No sé, yo no la calificaría de deliciosa, es mucho más ácida que dulce.
    Un Mankiewicz resentido, amparandose en su humor cínico, pasa una serie de facturas al ser humano (genericas y específicas) pendientes de resolver, que indican cierto grado de frustración y de amargura en el realizador.

    Mankiewicz un hombre cabreado con el mundo.

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  17. @Cristina
    El tiempo es el verdadero protagonista de la película, Mr.Fox es un hombre consciente del valor real del tiempo.
    No concibe una vida anodina sin podibilidad de disfrute, así que vive pendiente del tiempo que le queda permitiendole el estilo de vida que desea, es fantástico el paralelismo que existe entre el planteamiento de la trampa y la situación en
    la que mr. Fox se encuentra filosóficamente hablando.
    Realmente Cecil está filosóficamente enfermo (por su falta de liquidez) algo que le puede llevar a la tumba (una vida carente de la plenitud acostumbrada y deseada).
    A partir de esta reflexión de fondo existen continuos juegos y metáforas temporales que nos ofrecen esas capas múltiples que caracterizan los guiones de Mankiewicz.

    El otro asunto fundamental del que habla Mankiewicz en la cinta es del engaño, el uso de la mentira para obtener beneficios personales, todos los personajes mienten y se engañan unos a otros, salvo el inspector y la pobre "Lone Star".

    Me sorprendió muchísimo la misoginia que destila el director en la película, si con sus ácidas humoradas maltrata al ser humano, dentro de éste las mujeres salen doblemente malparadas.
    El rasgo común de las tres es la avaricia, todas ellas acuden a la trampa atraidas por el botín de la herencia, las dos arruinadas y que nada en dólares. Finalmente hasta la honesta enfermera se deja seducir por el dinero. Me hubiera gustado mucho ver los flashbacks sobre el pasado común de Cecil con todas ellas debían ser tremendos.

    Y lo de disparar a la tele, jejeje, quien no ha querido hacerlo más de una vez.

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  18. @Ricardo
    Mnkiewicz es un guionista genial, como cineasta está claro que su predilección por el lenguaje teatral mediatizan su cine. Aunque bien es cierto que no es un cineata que carezca de sentido narrativo cinematográfico, celebres son sus flashbacks (que fracturan temporalmente la narración) algo que no se puede realizar en el lenguaje teatral.
    La presencia del flasback en mujeres es anacdótica, pero las voces en off se utilizan de manera acertada y eficaz. Encontramos dos tipos, voces que verbalizan el pensamiento de los personajes (en contramos al personaje en el plano sin hablar pero "Oimos" su pensamiento) y otras voces fantasmales, que aparecen en la secuencia final de la película (en las que el personaje ya fallecido no aparece en el plano).

    Siempre me llamó la atención que Mankiewicz no se dedicase al teatro tras renunciar al cine.
    Un abrazo camarada, gracias por tu apunte.

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  19. Creo que podríamos comenzar a tratar las diferentes metáforas temporales, los personajes y los multiples engaños que aparecen en la cinta.
    ¿Comenzamos por las tres damas y sus tres relojes?

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  20. @ David
    Tomo el señuelo para iniciar las metáforas temporales.
    El reloj que cada mujer regala a Cecil Fox, es una metáfora del tiempo que a cada una de ellas le ha tocado vivir.
    La aristocrática Capucine, mujer de alta alcurnia, de un linaje que va extinguiéndose lentamente, una forma de vida en decadencia, al igual que lo es el medir el tiempo con un reloj de arena. Pero este es de oro, tal y como corresponde al alto nivel social de la dama. Es la medida de un tiempo valioso pero a extinguir.

    El reloj que indica las horas en las diferentes partes del mundo, es propiedad de la mujer que lleva una vida moderna y cosmopolita, representa el presente y el futuro, está fabricado con nuevos materiales y luce una estética llamativa y moderna. Su proprietaria también es una mujer llamativa con estética moderna superficial y del momento.
    El reloj de Lucrecia de Borja, es una magnífica obra de arte que tiene un valor sentimental para Fox y para su mujer. Es la adquisición de una parte del mundo de las bellas artes por el nuevo rico. Aquel que se puede permitir el lujo de adquirirlo porque puede pagarlo y no tanto porque lo admire como objeto de arte.
    Cecil Fox recibe los tres presentes con sorna porque cree que el único tiempo que vale es el que está por venir y sólo si se vive con intensidad.
    Saludos

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  21. Muy bien, David, excelente entrada. Promete la peli; por lo que parece Mankiewicz sigue con la inmoralidad de falsedades y codicia que ya ofreció en la gran Eva al desnudo. Un crack! Sus pelis son de una densidad considerable que se nos acercan por esos diálogos sugerentes y llenos de lucidez. Un intelectual del cine sin duda alguno. A ver si la veo pronto y comento algo... ya sabes: si se me ocurre... aunque últimamente no me callan ni metiéndome la cabeza debajo de una tina llena de agua... ni tan siquiera en una peli de Tarantino y siendo el negro que persigue a Bruce Willis antes de ofrecerle éste su ayuda en una situación comprometida para Wallace. ;) Un saludo, David.

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  22. @ANRO
    La trilogía cínica es excepcional, Mankiewicz se reinventa así mismo y a lo largo de las tres película va depurando su discurso.
    "La Huella" es una obra maestra, la mejor película del director junto a "Eva al desnudo", pero "Mujeres en Venecia" y "El día de los tramposos" son dos muestras excelentes de buen cine, inteligente divertido y muy crítico.
    Un abrazo y gracias por participar.

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  23. @Fernando
    Parece que en esta coincidimos plenamente, de las dos partes la buena es la primera: La charada y su preparación. Rex Harrison enorme sustentando el film al 55% (el otro 45% se lo dejamos al excelente guión de Mankiewicz) , haciendo de este Cecil Fox una de las mejores carcterizaciones de su carrera; una gran parte de la culpa de que la peli decaiga en su segunda parte es la muerte de Fox... esa brusac desaparición del alma mater de la cinta genera un brutal sindrome de astinencia que el paripé final en plan "La cena de los acusados" no puede compensar.
    Y por supuesto la bella Capucine... :)

    No conocía la interesante conexión Mankiewicz-Puccini pero no me extraña. Mankiewicz era lo más parecido a un artista del Renacimiento que dió el cine clásico de Hollywood.
    Artista multidisciplinar, intelectual y amante de la ópera... todo encaja.

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  24. Un momento de inflexión de la película es la escena en el Florian. El tiempo vuelve a ser el protagonista, lo comentan, lo consultan en el reloj, transcurre mientras Sara se duerme. Es un tiempo cargado de sospechas e incertidumbres. La escena acaba con la cámara que desde el exterior de las ventanas del Florian, como un observador peligroso, sigue a la pareja mientras va saliendo del café. El tono del film ya ha cambiado y empieza la parte de intriga criminal.
    Un saludo.

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  25. Otro momento interesante "temporalmente" hablando es la secuencia del jardín, en la que la enfermera Sarah Watkins (Maggie Smith)descubre que Cecil goza de una salud física excelente.
    Ella decide revelarle sus sospechas respecto a McFly, y el le reprocha su comportamiento entrometido, su altruismo y la llama tonta abiertamente(pues evidentemente sus sospechas están completamente erradas y aún así pretende acusar al hombre que ama obligada por su sentido del deber además de no comprender nada de la filosofía vital de Cecil).
    Es un momento magníficamente dibujado, en el que Mankiewicz opone el buen estado de salud física de Cecil con el aspecto invernal del jardín, en el que arboles y plantas parecen agonizar porque su tiempo se agota en claro paralelismo con el estado de salud filosófico de Cecil, porque así está Cecil: Agonizando y esperando su particular primavera (el resultado satisfactorio de su maquiavelico plan).

    No se le puede negar a Mankiewicz su habilidad a la hora de articular esta segunda parte, desde el comienzo de la intriga nos ofrece la narración fundamentalmente desde el punto de vista subjetivo de la enfermera Watkins, haciendonos caer en las mismas trampas en las que elle cae. Esto queda graficamente demostardo en la escena del jardín en la que Cecil junto al reloj de sol expresa metafóricamente su filosofía vital. Habla de las piedras preciosas que decoraban antiguamente este reloj (En clara analogía del elevado valor del tiempo y de que el tiempo sin riquezas que garanticen su pleno disfrute, no merece la pena) llega un momento en que "ofrece" a Sarah de forma figurada una de las joyas que decoran el reloj y Sarah dice que no sabría que hacer con ella. Ahí Cecil queda convencido de que Sarah es candorosamente estúpida, pues antepone el deber a las inmensas posibilidades de placer, e insobornable... algo que Mankiewicz subvertirá en el final de la película, dejandonos bien clarito que todo el mundo (hasta los en apariencia más honestos) tiene dobleces, que es sensible a la codicia y que es capaz de valerse del engaño en beneficio propio.

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  26. A ver si consigo volver a revisarla a tiempo. Me ha llamado poderosamente la atención la escena en el Florian que ha comentado Cristina, pues no la recordaba y da la casualidad que no hace ni un mes estaba desyunando en tan insigne café.

    Feliz semana!!!

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  27. @Gourmet
    Es cierto el guión de Mankiewicz ofrece muchas, dobleces, simbolismos y metáforas abiertas que todos podemos jugar a interpretar porque bien es cierto que algunas aceptan varias interpretaciones.
    También estoy de acuerdo contigo en que Mankiewicz va mucho más allá que Agatha CHristie... De hecho creo que en el fondo se burla de este tipo de tramas: Convirtiendo a la enfermera Watkins en una especie de Miss Marple torpona, siguiendo pistas falsas e incapaz de captar el mensaje oculto en su diálogo con Cecil en el jardín. Y ese final con McFly tan a la Poirot, sacandose de la manga, de forma efectista, todas las respuestas a las misteriosas muertes.
    Mankiewicz utiliza esta trama y la anterior para saldar cuentas personales (con el mundo del cine, con algún antiguo y honesto amigo en el que confiaba y con alguna exmujer con buenos abogados) y de forma general con el ser humano.

    Apuntate a desentrañar las metáforas y misterios temporales de la peli Cris y yo llevamos ya unas cuantas.

    PD. Pasaré por el blog de Josep a conocer su punto de vista sobre la peli.
    Un abrazo y gracias por tus comentarios.

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  28. @Marcos y Javi
    Como siempre espero que vuestras agendas os permitan opinar después de ver esta peli, no os va a defraudar, es inteligente, mordaz y muy divertida.
    Un saludo amigos.

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  29. @Manderly
    El transcurrir del tiempo y su aprovechamiento es el epicentro de la película, la reflexión de fondo que realiza el director, visiblemente afectado por la enfermedad que casi acaba con él tras el rodaje de "Cleopatra" y los enfrentamientos personales y profesionales sufridos en su vida, expresa a través de su personaje Cecil Fox su particular manera de entender la vida, siempre determinada por la temporalidad.
    Te animo a participar en el cine fórum ayudándonos a desentrañar las metáforas temporales que definen a los personajes y a sus actos.

    Un saludo y gracias.
    PD El bailecito de Rexy (y su doble bailarín) con "la danza de las horas" es impagable... de lo mejor de la película y que bien define el caracter de mr. Fox esa euforia bailonga.

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  30. @Cinexim
    Venecia no sale mucho en la peli pero lo poco que sale es sumamente gratificante para los amantes de esta hermosísima ciudad, entre los que Cris y yo nos incluimos.
    Espero que disfrutases de tu desayuno en tan emblemático lugar (el café más antiguo de Italia) y de la música de su cuarteto de cuerda en una soleada mañana invernal.
    A mi concretamente me encantó ver el Florian, los canales y alguna de las travesías reconocibles. Una cosa con la que disfruto mucho en el cine es encontrarme con lugares que me apasionan en películas que me apasionan igualmente.
    Un saludo y cuando revises la peli, no olvides que Mankiewicz no hace nada porque sí, ni de forma banal... ¿qué tendrá el Florian para darle sus buenos 5 minutos de metraje?

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  31. Tengo que volver a verla. Recuerdo que me cansó. Estoy de acuerdo con Fernando, decae bastante en la segunda parte. (Y aquí sale a relucir de nuevo mi antipatía por Rex Harrison).
    Es cierto que pertenece a esa trilogía, aunque Mankiewicz es muy de repartir estopa a los personajes (Carta a tres mujeres, Eva al desnudo, etc.), muy de apariencias y trampas, de engaños, de que nada es lo que aparenta ser.
    Saludos!

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  32. Espero que me de tiempo a verla porque con tu increíble post y los comentarios tan fantásticos de los blogueros amigos, espero poderla ver pronto que yo también llego a casa super tarde y no tengo casi tiempo.

    Besotes

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  33. No hemos comentado todavia las escenas en las que los protagonistas juegan a las cartas y que se repiten a todo lo largo del metrage. Primero entre Fox y McFly pero también entre Capucine y Edie Adams. Durante el juego se desarrollan parte de esos diálogos ingeniosos y vamos obteniendo la información en retazos, entre una apuesta y otra. Rex Harrison disfruta de lo lindo en esas escenas, y es que para Fox su entramado de engaños es ante todo un juego: el juego de la vida.El es el maetro que mueve los hilos de los títeres a los que ha convocado a su teatro veneciano. Su palacio se convierte en el escenario de la tragicomedia de la vida. La mesa donde juegan a las cartas es el tablero donde se reparte la suerte. Pero ni siquiera el gran Creador del Juego, nuestro Sr. Fox, controla a sus marionetas. La fichas están en juego y tiene vida propia, los imponderables surgen. Como dice Rex, Sara es uno de ellos, nadie la ha invitado a participar en esa farsa pero ahora juega en ella como los demás.Y son precisamente las fichas del juego, esas monedas que van cambiando de mano sin que Cecil Fox pueda ejercer control sobre ellas las que le acaban estropeando el juego, y le convierten un zorro atrapado en su propia trampa.
    Saludos

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  34. @Ethan
    Tienes toda la razón, Mankiewicz es un cineasta crítico como demuestra en muchas de sus películas. Pero en "Mujeres..." se le nota especialmente "quemado" ya que no deja títere con cabeza, atca a la industria cinematográfica, a los actores (estrellas y don nadies), a la televisión, a las mujeres como género, a las exmujeres (no sólo las maltrata sino que las mata:)), a los que van de honrados y a los que van de listos...
    ¡Casi nada!
    Si detestas a Rex, ni lo vuelvas a intentar porque el solito se come la película, y te vas a hartar de él.
    Un saludo y gracias por comentar.

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  35. @Lala
    Gracias Lala, puedes comentar en cualquier entrada de nuestra página de inicio, todas siguen abiertas aunque no sean las más recientes. Que esto es para disfrutar y no para agobiarse.
    Un saludo y gracias de nuevo.

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  36. @Cristina
    Gran apunte... como ya dijo el Gourmet estás muy inspirada en este cine fórum.
    Fox y Mc Fly sostienen dos partidas en esta película, la pequeña partida (poker) y la gran partida (el plan de Cecil para rehacer su fortuna).
    Las partidas de cartas entre Rex y McFly nos dan información indirecta sobre el caracter de Cecil: Un devoto del juego, que no duda a la hora de asumir riesgos para ganar y que no hace ascos a hacer alguna trampa.
    Mc Fly (exjugador profesional) es capaz de descubrir las trampas y de ganar siempre.
    Las evoluciones de la pequeña partida nos dan pistas sobre lo que ocurrirá en la gran partida, una partida que en la que el zorro apostará muy fuerte y aunque hará trampas no podrá engañar a la mosca. En definitiva una partida que el zorro perderá.

    La partida entre las chicas también habla por sí sola, ellas son parte del juego y por eso juegan. También creo que Mankiewicz ataca a las féminas tildándolas de falsas (antes de la partida se acusan mutuamente de asesinato y al ratoestán jugando como buenas amigas) y de mentirosas (la princesa dice no haber jugado nunca y acaba desplumando a la actriz... y eso no puede ser fruto de la casualidad con Mankiewicz).
    Pues eso, ya que se ponen a tiro un poquito más de estopa para las féminas.

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  37. Sofisticación en un teatro motado en casa en el que un divertido, inmoral, hedonista y vanidoso Rex Harrison mueve los hilos de una comedia ligera que nunca pierde ese tono, ni tan siquiera cuando en su evolución entramos, sorprendentemente, en el terreno de lo detectivesco con similitudes más o menos cercanas a Agatha Christie. Esa combinación la hace tan rara como otra que puse recientemente en mi blog (La burla del diablo), pero el gran Mankiewicz demuestra gran capacidad para no hundirse en propuesta tan original y excéntrica.
    Harrison es hedonista porque le gusta la vida y disfrutar de ella; el tiempo lo obsesiona y es una constante, tiempo para seguir disfrutando de las cosas bellas que ofrece la vida… aunque curiosamente él esté solo. Harrison tiene un algo de vitalista en cuanto a considerarse superior al resto de los mortales en casi cualquier aspecto del ser humano; su representación demuestra que está por encima de cualquier cosa. Él quiere hacer un divertimento especial con un fin, y ese es el dinero. Su vanidad querrá saber, además, y aprovechando la ocasión, qué recuerdo les quedó a esas mujeres que marcaron su vida; es como si la opinión de ellas pudiera alimentar más su vanidad, con lo que la charada sería perfecta para un anfitrión que se muestra como si de un Ser Superior se tratara.

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  38. Harrison es como un Maquiavelo simpático y divertido

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  39. Mankiewick debía sentirse proyectado en estos personajes medio maquiavélicos como dice Javi del Sr. Fox, o malísimos del todo como el crítico de "Eva al desnudo". Eran por supuesto sus "alter ego", seguro que al director le gustaría haber tenido ese papel en la vida, y no el de la inútil y agotadora lucha contra el sistema en el que lidió. Como su amargura trás Cleopatra, su alejamiento definitivo de Hollywood, lleno de amargura y desilusión y otros momentos poco afortunados de su carrera. Su inteligencia aguda y elitista no le bastó para mover los hilos más a su conveniencia, me temo que debió enfurecerse más de una vez ante lo obtusos que le resultaba el mundo que le rodeaba. Pero su venganza ha llegado a nuestros días en estas películas, donde critíca a diestro y siniestro con gracia y lengua afilada.
    Saludos

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  40. Capucine es tan estirada, está tan por encima de la "poca clase" de la actriz de Hollywood, que Mankiewicz la rebaja hábilmente, en esa partida de cartas y para colmo, como dice David, deja recaer la sospecha de que es una avezada jugadora, y por lo tanto una mentirosa también. En ese no dejar títere con cabeza, Mankiewicz se ceba con la aristocracia y con la pose que mantiene. Ni es rica ni está tan lejos de los hábitos de los demás mortales.
    Un saludo

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  41. David dice en la entrada: "esos personajes (especialmente los femeninos)"... Para mí el personaje superior es el millonario Fox, tanto porque me parece el personaje más "rico" en el guión, como por la actuación de Harrison.
    Este tío me parece de lo mejor de la historia del cine, por encima de tantos mitos del 7º arte. En Cleopatra me gustó más que Burton y Taylor. Y su versatilidad no es frecuente: grandes figuras siempre hacen papeles parecidos (Bogart, J.Wayne, etc), en cambio Harrison hace un papel serio en Cleopatra, y luego esta maravilla. Poca gente puede hacer esto.

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  42. MUJERES EN VENECIA, me parece un film redondo y
    David; dices que a Makiewicz, no le dejaron aportar
    el guión que el quería, basado en Volpone de Luigi
    Pirandello, con los am,ericanos ya sé sabe, pienso
    qué si le hubiesen dejado, ya sería sobérbio.
    Susan Hayward, es una actriz magnifica, precisamente
    el otro día volvi a ver QUIERO VIVIR y siempre, siempre, me gusta.
    Yo también la recomiendo a todo aquel qué no la haya
    visto, merece la pena.
    Un abrazo.

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  43. @Javi
    Buen apunte comparar "Mujeres..." con "La burla del diablo" ya que ambos representar un crossover de géneros aunque creo que Mankiewicz lo tiene mucho más claro que Huston ya que su película es netamente superior y tiene un guion que funciona a la perfección algo de lo que "la burla..." adolece, ésta una película que Huston atacó con cierta desgana es más bien un pastiche entre "El halcón Maltés", "Casablanca" y "el tesoro de Sierra Madre" en clave humorística y en versión descafeinada. Algo de lo que no se puede acusar a "Mujeres..." mucho más cercana a la comedia negra y en la que subyace una crítica mordaz y una reflexión de corte existencialista.
    Un saludo y como siempre gracias por tus apuntes.

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  44. @Javier
    ¡Te has atrevido con Cleopatra!
    Tú que aborreces las películas larguíiiismas.
    My Hero! :)

    Tienes mucha razón en lo que comentas de Rex Harrison, un auténtico maestro de la interpretación, un todoterreno capaz de hacer de todo y de hacerlo muy bien.
    Me uno a tu reivindicación: ¡Queremos más Rex Harrison en Ciclos de Cine!

    Un abrazo primo.

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  45. @Susan
    Bueno lo que digo exactamente es que Mankiewicz quería una puesta en escena de su guión (basado fundamentalmente en "Volpone" de Ben Jonson") que se asemejase al metatearo (teatro dentro del teatro)de Pirandello.
    Algo completamente innovador y que los productores pensaron que no tendría buena acogida entre el público creyendo que resultaría confuso para los espectadores.
    Mankiewicz de nuevo se sintió frustrado por las intromisiones de éstos ya que además sufrió importantes cortes en la narración en flashbacks.
    Susan Hayward precisamente sufrió en su papel los cortes más importantes y este quedó reducido en bastantes minutos.
    Un saludo y muchas gracias.

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  46. Si, más que la trilogía del cinismo, diría que toda la obra del directo respira cinismo y gracias tenemos que dar a eso, que era un gran escritor.
    Dicen que Mankiewicz era un cínico, efectivamente, le gustaba mucho el cine. ja, ja. Un saludo.

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  47. Llego tarde, pero igualmente me gustaría dejar mi opinión.
    No había viso hasta ahora este film de Mankiewicz y mi impresión es grata, no a la altura de alguna de sus otras obras (p.ej. "Eva al desnudo"), pero es palpable que todas las virtudes de su director, que son muchas, están latentes en él.
    La palabra, como el gran dramaturgo del cine americano que fué, reina a sus anchas.
    Su formación como guionista asegura la calidad del texto y refuerza la complejidad de sus personajes, endiablados, por cierto. En este caso sobre todo destaca William Fox por encima de todos, todo un farsante.

    Un saludo.

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  48. Los buenos comentarios siempre son bien recibidos cisne.

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  49. La película Mujeres en Venecia me ha parecido un interesante film sobre todo cuando aparece la primera víctima entonces me ha recordado a las novelas de Agathe Christe. Preguntándome quién podía ser el asesino, también me ha gustado los diálogos en el jardín entre el protagonista y la enfermera, en fin muchas cosas más me han gustado.

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  50. Impresionante Rex Harrison, cuyo rol de Cecil Fox me recuerda mucho a su inolvidable Henry Higgins de "My Fair Lady", de Cukor, por ese cinismo y esa superioridad con la que se cree tener el personaje por encima de los demás (Rex tenía bastante de ambos personajes en su carácter). Al principio, cuando asiste a la representación personal que le hacen de "Volpone" está tal cual estaba al volver del baile de la embajada tras su triunfo y victoria sobre el coronel Pickering al ganarle la apuesta, con su esmóquin, su capa y fumándose un puro, tal cual. Peliculón de Mankiewicz y precedente de lo que sería 5 años después "La huella".

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