jueves, 5 de abril de 2012

ALMA EN SUPLICIO



Este magnífico melodrama arranca con una impactante escena al más puro estilo del cine negro que presagia la gran película que se va a desarrollar a continuación; en ella Michael Curtiz nos deleita con la historia de un asesinato contada en flashback llena de suspense interpretada por una Joan Crawford que inunda la pantalla en cada escena, abrazando su papel con  intensidad,  dramatismo y una dosis eficaz de realismo.
Toda la obra exhala belleza plástica y fatalidad en un in crescendo que mantiene al espectador en vilo hasta la última escena.


FICHA TÉCNICA: ALMA EN SUPLICIO “Mildred Pierce”
AÑO: 1945. DURACIÓN: 111 min. PAÍS: Estados Unidos.
DIRECTOR: Michael Curtiz.
GUIÓN: Ranald MacDougall. MÚSICA: Max Steiner.
FOTOGRAFÍA: Ernest Haller (B&N).
REPARTO: Joan Crawford, Jack Carson, Ann Blith, Zachary Scott, Eve Arden, Bruce Bennet, Joan Marlowe, Moroni Olsen.
PRODUCTORA: Warner Bros. Productor: Jerry Wald.
GÉNERO: Drama. Melodrama. Film Noir.

SINOPSIS: Mildred Pierce es un ama de casa de clase media dedicada en cuerpo y alma a dar un futuro mejor del que ella tuvo a sus hijas. Su marido Bert está en el paro y critica sus excesivas atenciones a las niñas, estos enfrentamientos derivarán en la ruptura del matrimonio.
Mildred sola y sin oficio no escatimará esfuerzos ni sacrificios para conseguir satisfacer los deseos de sus hijas.


El proyecto de la película empezó cuando Jerry Wald, productor e íntimo amigo de Michael Curtiz se decidió a poner en marcha su sueño de llevar a la gran pantalla una adaptación de la novela de James M.Caín: “Mildred Pierce” (1941).
En su obra Caín incorpora a unos personajes desagradables y deshonestos, poco apropiados para que el gran público empatizase con ellos. Las actividades de la Mildred de la novela no pasarían la censura cinematográfica por inmorales, así que el primer paso de adaptación fue el de “limpiar” el personaje de la protagonista para conseguir su aceptación por un público que tendería que identificarse con él. El lenguaje soez de Mildred en la novela y sus orígenes en los bajos fondos, fueron sustituidos por el del ama de casa de clase media que se convierte en víctima y no en culpable de su situación.
Los demás personajes fueron debidamente modelados exacerbando sus aspectos negativos  para conseguir un mayor contraste con la personalidad de la protagonista; Veda, la hija de Mildred, se transforma para el film en un ser perverso y egoísta capaz de cualquier acto de maldad y traición; y Monty Veragon, su segundo marido, se comporta como un auténtico gigoló que carece de principios morales y de dignidad.


Estos cambios tan importantes en las características de los protagonistas de la novela fueron auspiciados por Jerry Wald y con ellos trataba de que la película fuese un producto de éxito. Encontrar al escritor capaz de transformar la imagen que Wald se hacía de la novela de Cain en un guión cinematográfico no fue tarea fácil y por ello se probó con varios guionistas.
La primera guionista contratada fue Catherine Turney que colaboró con Thomas Williamson y Albert Maltz, pero pronto fue retirada del proyecto. Wald deseaba contar la historia en flashback y ella se opuso, por lo que aquel directamente prescindió de ella. El siguiente paso fue el de buscar la colaboración del propio Cain. El escritor hardboiled, declinó la oferta porque no estaba interesado en la elaboración del guión, pero sugirió a Wald que contratara a su amiga y colaboradora Margaret Gruen. Wald una vez más rechazó la adaptación de Gruen por considerarla excesivamente fiel al libro, y por no incluir los matices que él deseaba. Finalmente el guión corrió a cargo de Ranald MacDougal, que contó con las aportaciones de Margaret Buell Wilder, Louise Randall Pierson, William Faulkner y del propio Curtiz.
  
Michael Curtiz disfrutaba del apoyo incondicional de su amigo Wald, y tuvo la oportunidad de participar en la toma de decisiones de todos los aspectos de la película que le resultaron relevantes. Wald se interpuso entre Jack Warner y Curtiz con el fin de otorgar a este la autonomía y la independencia necesarias para desarrollar toda su creatividad.
Curtiz es el responsable de la existencia de esa maravillosa casa en la playa con la que empieza la película. Al parecer su amigo Anatole Litvak tenía una exactamente igual y el húngaro envió al director artístico, Antón Grot, para que diseñase una réplica idéntica de la misma en los Estudios Warner de Burbank.



Curtiz también intervino  junto a Wald en la selección de un reparto que por supuesto fue muy reñido. Para el papel de Mildred se barajaron los nombres de Bette Davis, Ida Lupino, Ann Sheridan o Rosalind Russell. Al final optaron por Barbara Stanwyck, pero cuando la decisión parecía estar tomada, Curtiz en una corazonada decidió hacerle una prueba a Joan Crawford.
La actriz hacía poco que había firmado con la Warner, después de ocho años en la plantilla de la MGM, y permanecía en un segundo plano en el star system del estudio. La Crawford, que intuía que el personaje podía relanzar su carrera, puso toda su alma en la prueba y tras ver el resultado de la misma Curtiz no dudó en darle el papel.
Para el personaje de Veda se apostó por Ann Blyth, una actriz prácticamente desconocida que únicamente había intervenido en películas de serie B de la Universal.
Jack Carson y Jo Ann Marlon repetían con Curtiz que ya había trabajado con ellos en “Rougbly Speaking” (1944).

Otras de las preocupaciones de Curtiz y Wald en este proyecto fue la de encontrar el director de fotografía capaz de seguir las indicaciones del director. Curtiz deseaba aprovechar su formación en la tradición expresionista, quería exprimir las posibilidades de enfoques y giros con la cámara y reproducir la iluminación inquietante y atractiva propia del cine negro.
Se barajaron nombres de la talla de Sol Polito, Carl Guthrie, Ernie Haller y Bert Glennon.
Todos ellos se esforzaron por filmar a Joan Crawford en su papel de Mildred, pero Curtiz no estaba nada convencido con los resultados, finalmente el trabajo recayó sobre Ernest Haller que ya había colaborado con el director en las celebradas “Four Daughters” y “El Capitán Blood”.


El trabajo de Haller combinado con la dirección de Curtiz es digno de mención, durante el metraje predominan los ambientes de penumbra, tanto en exteriores  nocturnos como en interiores. Las sombras de los protagonistas se deslizan más que se desplazan por la pantalla como espectros dirigidos por la fatalidad. Las columnas de humo de los cigarrillos, que no pueden faltar en los ambientes policiales y del crimen, ascienden ingrávidas y estilizadas desde los rostros de los personajes. En el local de baile de los bajos fondos propiedad de Wally el ambiente recreado inspira inquietud y las sombras más que las luces cumplen con su labor. Las escenas en la comisaría de policía, introduciéndonos tras la protagonista en el despacho del comisario que va a interrogarla y desde el que nos relatan toda la historia, es oscuro pequeño con economía de mobiliario, apenas una mesa a la que sientan el comisario y Mildred, iluminada por un foco cenital que deja el resto de la habitación en sombras por las que se mueven otros policías y testigos. Y la espectacular casa de la playa, con su escalera de caracol, sus espejos y sus salas apenas iluminadas donde empieza y acaba el film son un portento de sobriedad y estilismo.





Otro de los aspectos destacables del film es su banda sonora. Max Steiner se permite aportar la magia de la ambientación musical que aromatiza el cine negro sin la que sentiríamos una disonancia y un vacío sonoro que desvirtuaría toda la obra. Steiner cumple con maestría el objetivo  musical del film.

Pasemos ahora a analizar los personajes. Todos y cada uno han sido espléndidamente elaborados, beben del fatalismo propio del mejor cine negro y están cargados de matices que los elevan más allá de su mera vis dramática.

Empecemos como no por Mildred Pierce. Joan Crawford encarna a un ama de casa de clase media que desde las primeras escenas afirma lo que es la única constante de la película, el motor de su existencia y el objetivo de su vida: dar todo a su hija. Nos adentramos en el paradójico mundo de los sentimientos y del amor  maternal. Cada exigencia de su hija la lleva a superarse y arriesgarse en la vida ascendiendo en el escalafón social y convirtiéndose en una mujer adinerada. Pero cada logro la lleva a descender lenta e ininterrumpidamente por la peligrosa pendiente de la infelicidad y del “nunca es suficiente”. Por muchos esfuerzos y sacrificios que ella haga, su hija nunca está satisfecha, siempre quiere más y más. Mildred es una mujer inteligente y emprendedora capaz de analizar las situaciones que se le plantean en la vida. Sin embargo toda su sensatez y todas sus dotes la abandonan cuando se trata de su hija. Esta la utiliza la vapulea y la infravalora sin que ella sepa o pueda siquiera defenderse o darse cuenta. El amor no necesita de dos. El amor puede ser entregado incondicionalmente sin recibir a cambio. Este tipo amor está abocado al dolor a la infelicidad y a la fatalidad. Desde los primeros instantes del film, el espectador intuye que nada bueno puede derivarse de un sentimiento tan obsesivo y radical.
Crawford con sus anchos hombros y su gran porte es capaz de dar realismo al personaje, su interpretación confiere magnetismo y fuerza al personaje a la vez que lo acompaña por la pendiente de la fatalidad.
La actriz pidió a Curtiz que rodara las escenas en orden cronológico y este la complació. A diferencia de la relación del director húngaro con otros protagonistas, con Joan Crawford se entendió estupendamente centrándose ambos en aunar esfuerzos para conseguir un buen resultado.


Veda interpretada por Ann Blyth es una joven bella, odiosa y avariciosa. Está llena de complejos y su mente es perversa y retorcida. Todo el amor que le procesa su madre es para ella motivo de desprecio y se lo paga a base de humillaciones y engaños. Los guionistas no dejaron ni una sola buena cualidad en este personaje. Ann Blyth encarna a la mujer-niña fatal de la película, aquella que destruye todo lo que toca. La joven Blyth a pesar de su escasa experiencia, se mete en su personaje y convence al espectador, crea una Veda que genera el rechazo y repulsión.

En este film protagonizado por mujeres, los papeles masculinos van matizando y dando pie a los avatares de la vida de las mismas.
El primer marido de Mildred, Bert, está interpretado por Bruce Bennet. Es un hombre bueno que no da la talla como padre de familia, está desempleado y carece de ambición. A ojos de Mildred él no comprende las necesidades de sus hijas y no es capaz de cubrirlas. Actúa con sobriedad y casi me atrevería a decir que con delicadeza. Como dice Mildred en la comisaría él es bueno.
El segundo marido, Monty Beragon, es un hombre de clase social superior, un aristócrata, ideal para las ambiciones de Veda y por lo tanto aceptado por Mildred. El personaje es el de un hombre arruinado que cambia posición social por dinero. Interpretado con excelencia por Zachary Scott consigue crear sentimientos ambiguos en el espectador que no acaba de conocer sus verdaderos sentimientos por Mildred.
Jack Carson es Wally, el tercero del trío masculino de la película. Es amigo de Mildred y la pretende, pero es ante todo un hombre de negocios, conoce todos los secretos del mundo inmobiliario y Mildred recurre a él en busca de ayuda y consejos financieros.


Por último otra mujer, Eve Arden que interpreta a Ida, es amiga de Mildred y tiene una afilada percepción del mundo y de los hombres en particular. Intercala toques de humor en un film desgarrador.

El comisario (Moroni Olsen) es un hombre inteligente y hábil. Consigue descubrir  al asesino con astucia y mano izquierda, su papel a diferencia de los demás destaca por la falta de agresividad y de intensidad dramática. Se trata de un personaje que además ejerce una doble función, la de guía del espectador a través de la compleja estructura narrativa de de la película, él nos lleva de la mano a través de la misma y nos ayuda a desentrañar el misterioso asesinato que sirve de gancho para contarnos la historia de Mildred Pierce.
Michael Curtiz rodó un final alternativo que fue desestimado en el montaje en el que Mildred sale sola de la comisaría, y no acompañada por Bert, como ocurre en la versión definitiva.


El rodaje empezó el 7 de diciembre de 1944 y terminó en febrero de 1945.
Jack Warner retrasó el estreno hasta el fin de la segunda guerra mundial, y lanzó una campaña publicitaria  que decía: “¡No cuente lo que hizo Mildred Pierce!”. Esto provocó diversas reacciones, por ejemplo un restaurante del centro de L A colgó un cartel de su puerta que decía: “Por 65 centavos no solo le serviremos un buen plato, sino que le contaremos lo que hizo Mildred Pierce”.
El presupuesto final de 1.342.000 dólares quedó ampliamente compensado por el éxito en taquilla de la película. En España, en 1947 la película no llegó a estrenarse porque no superó el filtro de la censura.
Joan Crawford consiguió el Oscar a la mejor actriz y la película fue nominada a mejor película. La estatuilla de Crawford fue recogida por el propio Curtiz, ya que la actriz estaba al parecer en cama por una gripe poco oportuna.


Una vez más me complace alabar el trabajo de Michael Curtiz, este director poco valorado, pero que dejó tras de sí un muestrario de buenas películas, como lo es “Alma en suplicio”.
La profundidad de estos personajes nos va a permitir exprimirlos y disecarlos en los comentarios dedicados a ese film. Ahí nos veremos amigos cinéfilos.

21 comentarios:

  1. Maravillosa película de Curtiz que, yo confieso, prefiero a "Casablanca". Análisis también maravilloso, sí señora!!. Siempre he opinado que "Mildred Pierce" es una especie de "melodrama negro" porque estéticamente es cine negro, no cabe duda, pero la historia es melodrama puro y duro....En cualquier caso, las actrices protagonistas están espléndidas. Jamás una actriz me ha provocado tanta repulsión como Ann Blyth, jeje!

    Por cierto, la miniserie (está sí melodrama) de la HBO también es fantástica!!

    Saludos y enhorabuena por la entrada!

    ResponderEliminar
  2. Y no serás él único en confesar que "Casablanca" no es tu preferida!!En mi caso es difícil de decidir muy difícil. Creo que me atrae más el guión de "Casablanca", que el de "Mildred Pierce", pero en cuanto a la forma de rodarla no puedo inclinarme por ninguna de ellas. Si el melodrama de "Alma en suplicio" no tuviese ese maravilloso tite de cine negro,el resultado no hubiera sido ni por asomo tan rotundo.
    Ah y sí que me apunto a la repugnancia que genera la "querida" Veda.....
    un saludo compañero

    ResponderEliminar
  3. "Alma es suplicio" es una película absolutamente brillante.

    El guión es una gozada, especialmente en su estructura narrativa; el comienzo con las secuencias del asesinato y la estratagema de Mildred para que Wally cargue con el crimen es tremendamente potente.
    Luego viene el flashback en dos tiempos, uno más largo para desarrollar la historia de Mildred y que además desemboca en el otro, que desvela poco a poco, dosificando magistralmente el suspense, la resolución del crimen por parte de la policía.
    Todo un acierto, así como la polarización moral de los personajes de Veda y Monty, absolutamente negativos, que hacen que el alma de la pobre Mildred este prácticamente durante toda la cinta en suplicio.

    La realización es sencillamente impecable.
    Lo comenta activamente Cristina, Curtiz bebe de las fuentes del cine negro para potenciar las escenas, aportándole al melodrama ese desasosiego propio del Noir y esa sensación permanente de fatalidad.
    Otro asunto muy bien resuelto, desde el punto de vista formal es el de la plasmación del asesinato de Monty casi al final de la cinta y que sirve de colofón al largo flashback.
    Ahora que tenemos reciente otra peli con asesinato y narración en flashback como es "Laura", apuntaré que para esas secuencias de gran suspense, me gustan más las soluciones técnicas y narrativas que aporta Curtiz respecto a las de Preminger.
    Matrícula de honor para Curtiz en la realización.

    Por último la excelente elección de Joan Crawford como protagonista.
    La Crawford está que se sale, se adueña del personaje de Mildred y le pone cara y expresión en cada una de sus transiciones; el ama de casa angustiada, la camarera voluntariosa, la atractiva mujer de mediana edad, la resuelta empresaria y sobre todo la madre que sufre y padece por sus hijas.
    La gestualidad de Joan Crawford está magníficamente matizada y reforzada por los claroscuros de la fotografía en B/N de Haller, el rostro de Crawford es la perfecta plasmación de ese suplicio que atenaza el corazón de la protagonista. La caracterización de esa tensión sostenida, de esa congoja larvada, es una de las mejor conseguidas dentro del cine clásico.

    Bueno dejo el resto de mis impresiones para el análisis de personajes...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Qué opinas del personaje de Monty?
      Por un lado parece un ser altanero y soberbio crecido por su condición de aristócrata, pero sin dinero. Se aprovecha de Mildred porque ella sí tiene dinero y no le importa gastárselo para tener a su hijita encantadora contenta. Así que Monty se junta a Veda y entre los dos van dilapidando los fondos de Mildred.
      Esta visión, me resulta en exceso simplona. Monty puede que de verdad se enamorase de Mildred cuando ella no era rica ni parecía que lo fuera a ser nunca. Pero más tarde descubre que si ha entrado en su vida es porque él cumple con las exigencias de Veda. Descubre que el verdadero amor de Mildred es Veda y que él está en segundo plano. Puede que a partir de entonces actúe por despecho, y sea capaz de traicionarla con su propia hija que es lo más daño podría causar a Mildred,y no satisfecho con eso, de arruinarla por venganza. Su última palabra fue Mildred.
      ¿Que te parece?
      Por extensión solicito la opinión de todos vosotros amigos contertulios de este blog.
      Un saludo

      Eliminar
    2. Interesante punto de vista, yo siempre he visto a Monty como un parásito y un ser despreciable incapaz de amar a nadie más que a sí mismo.
      Es un playboy con fachada aristocrática, acostumbrado a un altísimo tren de vida del que no piensa renunciar aunque para ello tenga que dilapidar el patrimonio familiar o explotar a terceros. Porque desde luego Monty cobra de Mildred por ejercer de padrastro e introductor de la niña en la high-society además de enseñarle sus usos y costumbres de vividor de alto copete.
      Bueno, que me parece un cabrón indigno y sin escrúpulos... se nota ¿no? :)

      Eliminar
  4. Ohhhhhhhhhh magnífica película que descubrí gracias a deWitt.Como apenas tengo tiempo espero pasarme la próxima semana y leer detenidamente la reseña. La serie reciente que hicieron no me gustó tanto como el film. ¿Será por el buen hacer de la Crawford y de Curtiz? Será.

    Feliz Finde!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Que opinas de "Casablanca" comparada con "Mildred Pierce"?
      Crawford pone estupendamente cara de sufrimiento todo el film. En los momentos en que interacciona con su hija, se repiten tres expresiones sucesivas. Primero la alegría de estar con ella, luego la culpabilidad por no ofrecerle todo lo que ella pide y por último deja vagar una mirada perdida, mientras está pensando en la forma de resolver la nueva exigencia de su hija. En ese punto es donde el espectador está pensando: dile que no, no cedas a sus caprichos, son injustos y pérfidos. Pero las siguientes escenas nos muestran el camino que elige Mildred para conseguir una vez más complacer al "bicho".

      Eliminar
  5. Junto a Casablanca las que mas he disfrutado de Curtiz, realmente una pelicula maravillosa con un inmensa interpretacion de Crawford. La direccion de Curtiz es soberbia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Repito la pregunta,¿prefieres Casablanca" o "Mildred..."
      Cuanto más pienso en estos dos films, más similitudes entre ellos voy encontrando.La historia de Casablanca me gusta más pero las estructuras del guión son esplendidas en ambos casos.

      Eliminar
  6. Excelente análisis del film "Mildred Pierce", lo que ya es marca de la casa... Hace meses dediqué una entrada de Cinema Genovés a reseñar la serie de tv del mismo título emitida por la cadena norteamericana HBO el año pasado. Allí mismo realicé el correspondiente cotejo con la versión previa de Curtiz. Y, sin que sirva de precedente, sostuve (y sigo pensando lo mismo) que la serie televisiva mejora el clásico cinematográfico. Que tampoco es para despreciar.

    El problema es que, después de ver la serie interpretada por una colosal Kate Winslet, la "Mildred Pierce" encarnada por la Crawford queda un tanto eclipsada. Curtiz, y los guionistas de la película, le imprimen un aire policiaco (o negro, como guste), además de glamoroso, a una historia que exigía un tono más siniestro y melodramático. Sólo basta ver la forma de vestir a la Crawford, elegante, pero nada apropiado para el papel y el personaje.

    Acercaros a la serie, si tenéis ocasión, porque vale la pena. O si no, siempre nos quedará Curtiz...

    Salucines

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola compañero, recuerdo perfectamente tu reseña de la serie televisiva, de hecho la conseguí y voy a empezar a verla estos días. No queríamos adelantarnos y ver la serie antes que la película.
      La forma de vestir de Crawford al parece fue todo un problema, no sólo en esta película sino en en todas. Su anatomía un tanto desmesurada para una mujer, con una espalda tan ancha, su estatura y unas caderas poderosas suponían un reto. Al parecer cuando la vistieron a la moda de las grandes hombreras y los talles ajustados, consiguieron por fin dar forma estilizada a semejante corpachón, y desde entonces repitieron modelito.
      Queda pendiente que veamos la serie para intercambiar opiniones.
      Un saludo

      Eliminar
  7. Aunque no soy muy seguidora de la Crawford, es una gran actriz y en esta película está impresionante. Lleva todo el peso de la historia y borda ese personaje de madre-coraje-sufridora. Sin embargo el éxito de su buen trabajo también reside, en parte, en Blyth, su hija a la que odiamos desde el primer momento. Las escenas -los enfrentamientos- entre ambas nos hacen sentir lo que está ocurriendo en pantalla.

    Drama típico de aquella época donde las mujeres con personalidad -Bette Davis, Barbra Standwyck...- brillaban con luz propia.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esta es una película policíaca donde las protagonistas sorprendentemente eran mujeres,cosa bastante inusual desde luego. La pequeña Veda, es odiosa, y lo hace muy bien porque con su físico de mujer-niña menudita, guapa y atractiva no resulta fácil convertirse en un ser sin principios dominado por la avaricia, pendiente del que dirán y maltratador. Es capaz de vender a su madre, de traicionarla y de manipularla con la mejor de la "lágrimas de cocodrilo". Dan unas ganas de tirarle de los pelos y abofetearla irreprimibles. Como dices nos hacen sentir lo que ocurre en la pantalla.
      Un saludo

      Eliminar
  8. ¡Glups!Reconozco que tengo pendiente la revisión de este clásico desde hace tiempo. La vi de pequeñito (hace mucho tiempo) y no la recuerdo demasiado, de hecho, no sé si con motivo,la confundo con La Escalera de Caracol (¿quizá por la iluminación?).Espero verla en breve y llegar a tiempo para comentar algo. Tomo nota de la serie que menciona Genovés y la pongo en cola.
    Por cierto, David, en tu avatar me fui algo así como ¿3000 quilómetros? :)
    Pd: Muy buena recomendación para Semana Santa la de Ben-Hur, suena a programación televisiva añeja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también he recordado "La escalera de caracol" y la escalera de "Vértigo", salvando las distancias claro, cuando veía las tomas de la escalera de la casa de la playa.
      Cuando la veas cuéntanos la opinión que te merece el personaje de Monty, ¿Quiere o no a MIldred?
      Un saludo

      Eliminar
    2. ¡Tachín, tachán!...por fin he visto Alma en Suplicio y creo que para Monty todo comienza como su juego habitual de seducción pero cuando conoce un poco más a Mildred y comprueba la fortaleza de ésta llega a sentir algo por ella. No obstante, creo que este querer es a su manera y pronto se desliza a un segundo plano, muy por detrás de otras cosas mucho más importantes para él como demuestra su nuevo entretenimiento (Veda) y su contrato (o venta) matrimonial con Mildred para conseguir fondos con los que mantener su frívolo estilo de vida. Zachary Scott esta soberbio, por cierto. Saludos.

      Eliminar
    3. Osea que la quiere pero no lo bastante, o quizás se quiere más a sí mismo y su hedonismo le lleva a no privarse de nada(Veda, dinero..). Claro que como en todo hedonismo el fallo está en que es pan para hoy y hambre para mañana. Es tan frívolo que no se da cuenta de que está perdiendo algo mucho más valioso que lo que gana, dícese el amor de una gran mujer.

      Eliminar
  9. Hola que tal, os hemos dado un premio en cadena Liebster, para dar a conocer a blogs y todo eso. Metéos en Malditos Cinéfilos y mirar la entrada. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Carlos,
      Gracias por el premio,si no lo hemos entendido mal, nosotros tenemos que continuar la cadena otorgando el premio a nuestros cinco blogs favoritos.
      Estamos en ello,
      un saludo y gracias de nuevo.

      Eliminar
  10. Bueno, yo aquí voy a discrepar de la opinión general.
    Es un melodrama con aspecto de cine negro, sobre todo al principio, cuando se inicia la historia con el asesinato y tal. Cuando entramos ahí (lo poco que lo hacemos) el estilo es magnífico, con una estética expresionista (sombras, planos contrapicados, etc) muy bien plasmada (esa parte en la que Joan Crowford trata de engañar a su amigo y socio cuando lo lleva a su casa para hacerlo sospechoso del crimen me recordó a Perdición, de Billy Wilder).
    Pero después nos encontramos con un enorme culebrón a medio camino entre una de Douglas Sirk, pero sin su pasión, y algo como Qué el cielo la juzgue, pero sin la fascinación y el “alucine” que ésta produce en quien la ve (en ésta hay como una sublimación de la maldad). Lo evidente de los personajes y el maniqueísmo de la hija no me convencen. Tampoco el papel de madre entregada que interpreta la gran actriz (aún así ella le da personalidad y lo arregla en cierto modo) Joan Crowford. La dirección es ágil de cualquier forma y eso se agradece dándole a la peli un ritmo adecuado, aunque las situaciones me parezcan forzadas y la continuidad del guión se haga abrupta en gran parte de las ocasiones.
    No sé, me convence poco la peli de Curtiz, la historia, la exageración de lo trágico en la relación de Mildred y esa hija mayor repelente que tiene, lo anticuado, simple e ingenuo del clasismo y las apariencias de la hija de Mildred y de Monty (en el caso de la hija de Joan Crowford enfermizo, pero, y equiparando, sin el halo que pudiera tener Gene Tierney, y me repito, en la peli Qué el cielo la juzgue).

    Un saludo Cris y David. Aunque en este caso no vea parecida la peli la entrada está muy interesante.

    Hasta la próxima

    ResponderEliminar
  11. Hola Javi,
    bienvenido, que tal tus vacaciones?. Ya echaba de menos tu opinión!.En algún lado he comentado ya que me parece que la película gana gracias al tratamiento que Curtiz le da de cine negro, y que el melodrama tal cual sin ese enfoque se hubiera quedado en una película más. En cuanto a los personajes, estoy de acuerdo contigo en que han exagerado muchos sus rasgos con el fin de crear esa polaridad que pretendían al modificar la novela. Convirtieron a la hija en un auténtico monstruíto, y al aristócrata en un gigoló. En la novela los personajes estaban más desdibujados, eran grises no blancos y negros como en el film, pero parece que esto no iba a gustar al público en general así que los "readaptaron".
    En la peli que citas, "Que el cielo la juzgue" el personaje que encarna la maldad una magnífica Gene Tierney, a mi entender es más profundo y su comportamiento cabalga entre psicopatía y la obsesión posesiva. No hay frivolidad ni capricho, además de maldad y perersidad, como se puede ver en Veda.Engulle al ser amado hasta no dejar nada de él, pero antes elimina a cualquiera de su entorno que compita con ella por su "posesión". Es como tú dices la sublimación de la maldad.
    un saludo

    ResponderEliminar